Alemania

Pappano triunfa sobre las fuerzas de la noche

Juan Carlos Tellechea
jueves, 2 de febrero de 2023
Orchestra dell’Accademia Nazionale di Santa Cecilia © 2022 by Accademia Nazionale di Santa Cecilia Orchestra dell’Accademia Nazionale di Santa Cecilia © 2022 by Accademia Nazionale di Santa Cecilia
Essen, domingo, 29 de enero de 2023. Gran sala auditorio Alfried Krupp de la Philharmonie Essen. Arnold Schönberg, Sinfonía de cámara nº 1 en mi mayor para 15 instrumentos solistas, op 9. Anton Bruckner, Sinfonía nº 7 en mi mayor, WAB 107. Orchestra dell'Accademia Nazionale di Santa Cecilia, de Roma. Director Sir Antonio Pappano. 80% del aforo.
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La Orchestra dell'Accademia Nazionale di Santa Cecilia, bajo la batuta de su director (saliente), Sir Antonio Pappano, ofreció una sensacional lectura de la Sinfonía de cámara nº 1 en mi mayor para 15 instrumentos solistas, op 9 de Arnold Schoenberg, al comenzar el concierto de esta tarde en la gran sala auditorio Alfried Krupp de la Philharmonie de Essen.

Con esta nerviosa pieza de 20 minutos de duración escrita en 1906, hoy un clásico moderno, el entonces joven compositor quería convencer, no falto de arrogancia y audacia, de todo lo que era capaz de hacer, anunciando así el fin definitivo del postromanticismo.

De hecho, fusiona los cuatro movimientos de una sonata en uno solo (''Langsam – Sehr rasch – Sehr langsam – Schwungvoll – Hauptzeitmaß''); abusa de la tonalidad, lo que provocaría un escándalo en el estreno vienés en 1907. Pero, para los oídos de nuestros días, se trata de la obra de Schoenberg que resulta bastante más fácil de comprender; sobre todo, por el uso de la disonancia en un contexto expresionista, con una cuerda transparente, una madera matizada, así como un metal expresivo y sin fisuras.

Penúltima palabra

La Orquesta de la Academia de Santa Cecilia de Roma es una joya acústica. Altamente virtuosos en todas las secciones, los músicos tocaron con tanto carácter y estilo propio que fue un gran placer escucharlos. Atento y receptivo, Pappano hace que todo suene con brío. La fusión de cuerdas y maderas funciona bien en sus diversos pasajes, ''lento, muy rápido, muy lento, brioso, medida del tiempo principal''.

Predomina un tema muy desarrollado y unas impresionantes lagunas dinámicas. La parte lenta, resulta ser de un lirismo inquietante y misterioso. La sección final retoma un ritmo vivo en digresiones fascinantes, tanto de una modernidad refinada como de una pasta tonal que no ha dicho su última palabra, sobre todo cuando se toca con el ardor de los intérpretes actuales.

Un posible sucesor de Daniel Barenboim

La actual gira europea de la orquesta es también de despedida de Sir Antonio Pappano, quien a finales de la presente temporada pasará a dirigir la London Symphony Orchestra, como sucesor de Sir Simon Rattle, quien a su vez asume este año la dirección del Coro y de la Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera.

Pieza enlazada

Pappano lleva ya 18 años en Roma. Deben de haber sido buenos tiempos, pero sin duda fue un período muy largo. Es evidente que él es de los que vienen para quedarse, y esto no es lo único que despierta simpatías en su personalidad. Sobre la tarima del director de orquesta Pappano siempre se las arregla para parecer despreocupado y no dejar ninguna cuestión sin respuesta.

No debería sorprender que las autoridades de cultura de Berlín le estén echando el ojo a Sir Antonio Pappano como posible sucesor de Daniel Barenboim al frente de la Staatskappelle, entre otros varios probables candidatos. Hace unos seis años ya se decía en la Staatsoper de la capital alemana que si a este "ser humano maravilloso" que es Pappano le apeteciera dejar el Covent Garden de Londres para trasladarse a la Ópera Estatal de Berlín y ser su director artístico se le pondría una alfombra roja desde el aeropuerto de Heathrow hasta la puerta misma de esa casa, en el número 7 del gran bulevar Unter den Linden.

Bruckner

Tras el intervalo, la segunda parte del concierto fue dedicada a la Sinfonía nº 7 en mi mayor de Anton Bruckner. De proporciones gigantescas, esta obra es la más ambiciosa y lograda de este compositor. Quizá solo su Novena Sinfonía, desgraciadamente inacabada, podría haberla igualado o incluso superado, si hubiera sido terminada antes de su fallecimiento el 11 de octubre de 1896 en Viena.

Compuesta entre 1881 y 1883, la Séptima es sin duda un punto culminante en el peligroso y glorioso ascenso de Bruckner al escenario sinfónico. Comienza con un ''Allegro moderato'', que encierra un considerable mensaje emocional, en medio del clima de contemplación y fervor que nos introduce en esta sinfonía fluvial.

Le sigue un enorme ''Adagio: sehr feierlich und sehr langsam'', de casi 30 minutos de duración, inspirado en la repentina muerte de Richard Wagner en Venecia el 13 de febrero de 1883. Bruckner sentía gran admiración por Wagner, por lo que le confiere a este movimiento un carácter de profunda y sentida pena y tristeza.

Sir Antonio Pappano sabe también cómo hacer para sumergirnos en las oscuras profundidades abisales de este inmenso 'Adagio...'. El maestro despliega la partitura con conocimiento de causa y permite una profunda introspección en la estructura y el sonido del alma. Deja que las cuerdas toquen con inmenso colorido en los trémolos que aquí se reclaman sin cesar.

El tercer movimiento, 'Scherzo: Sehr schnell – Trio – Etwas langsamer', es de carácter extraño y caprichoso, misterioso y fantástico, capaz de evocar imágenes sonoras alucinantes. El 'Finale: Bewegt, doch nicht schnell' es acechado por tuttis de metal ominosos y amenazantes que producen ondas de sonido arrebatadoras. Las maderas y los metales, que sonaron noblemente, entusiasmaron al público con su creatividad y su sensible entonación. Los timbales marcaron sus claros acentos con una precisión milimétrica.

Es de admirar aquí la maestría del director en esta terrible sección que lleva hasta sus últimas consecuencias. Sin forzar nunca la situación ni ceder a lo espectacular, Pappano termina en una especie de victoria sobre las fuerzas de la noche. Con qué sublimidad y grandeza los músicos crearon con monumental entrega este emocionante final. ¡Cuánta luz, fuerza y alma! ¡Una delicia!

La Orchestra dell'Accademia Nazionale di Santa Cecilia es soberbia, con sus impecables cuerdas y su sección de viento-metal y madera igualmente majestuosa. El público vivió esta tarde una interpretación estelar de esta peculiar sinfonía. Espontáneamente de pie en la sala, los espectadores comprendían exactamente el momento tan especial que estaban viviendo y celebraron a Sir Antonio Pappano y a su gran orquesta con prolongadas y estruendosas ovaciones, intercaladas con las más variadas y altisonantes exclamaciones de aprobación.

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