Alemania
El duque de Mantua, pedófilo y tecnófobo
Juan Carlos Tellechea

Este Rigoletto es un concentrado de dramatismo verdiano que en esta nueva producción se parodia involuntariamente a sí mismo. Dorothea Kirschbaum logra mantener el suspense, durante dos horas y media, con mucha buena música y muy buen canto, bajo la batuta de Giovanni Conti. Aunque la régie se pierde en las interminables extensiones de la sociedad robótica de nuestro tiempo, al final triunfa musicalmente con una puesta más que respetable en el Teatro de Mönchengladbach.
Todo ocurre en un escenario decorado como las malas películas en blanco y negro de ciencia ficción del decenio de 1950 (Theodor Semmelmann), puertas corredizas de apertura silenciosa, con ángulos redondeados por alguna razón inexplicable.
Lamentablemente la régie está despiadadamente exenta de toda ironía. No aprovecha el humor negro que prodigara el propio Giuseppe Verdi, verbigracia cuando Sparafucile insiste en la respetabilidad de su profesión de asesino a sueldo. De todas formas, la puesta tiene gracia, porque se caricaturiza impensadamente en toda la línea.
Incógnitas
Las cuestiones legales que plantea
Rigoletto, el bufón de la corte del duque de Mantua da vida con solo pulsar un botón a su hija, Gilda, un robot. Para resolverlo todo, , cínico y misántropo en la vida pública, cultiva su idilio privado con la niña, que debe hacer una cosa por encima de todo: funcionar, y hacerlo como un ideal angélico de lo bueno y bello en sí mismo.
Ningún ser humano puede lograrlo, pero quizá sí un robot perfectamente programado. Gilda se enamora apasionadamente del duque de Mantua, pero él, en un principio entusiasmado con la idea de abusar sexualmente de una menor de edad, termina rechazándola, porque es solo una muñeca mecánica.
Inflación
Ciertamente no es una concepción del todo errónea, pero en este punto la régie exagera al convertir Rigoletto en un espectáculo cyborg de ciencia-ficción; le hace perder el sentido a la obra, y no tiene nada que ver con una fidelidad al original mal entendida. Uno puede reinterpretar productivamente una ópera, incluso utilizarla como material para corrientes de pensamiento completamente diferentes, pero lo que ocurre aquí es un disparate superior, en el sentido más profundo del término.
La brillante actuación de Sophie Witte en el papel de Gilda, que maneja a la perfección el acto de equilibrio entre robot y la adolescente camino a la adultez, salva aquí a esta versión completamente extremada. Otro tanto ocurre con los seudorrobots que hacen de personal de servicio durante la representación (incluida Giovanna, la acompañante de Gilda). En fin, el arte es libre en esta comunidad de teatros de Krefeld y Mönchengladbach.
El duque de Mantua le arranca a Gilda la ropa de su cuerpo robótico, por demás andrógino (vestuario muy bien logrado de Devin McDonough). Quizá sea esto una forma de deshonra para un cyborg. Rigoletto, en todo caso, está desesperado ante la situación. "Ma la loro 'vendetta, vendetta' diventerà una maledizione".
Enigma
Dorothea
Jaco Venter encarna a un Rigoletto impresionante, con enorme presencia, muy seguro en su forma y con la potencia necesaria; no lleva joroba, sino una cicatriz en el lado derecho de su rostro. Desde su frase inicial "in testa ache avete", hizo hincapié en que la suya sería una interpretación sólida. Su voz es oscura, potente y de timbre cálido.
A lo largo de la velada demostró que no tenía ningún problema con las notas altas. Podía colorear fácilmente su voz para ridiculizar a Monterone en el primer acto, o mientras imitaba al duque en su aria del primer acto "Parisiamo", antes de sonar asustado en "Quel vecchio maledivami". En un momento posterior se mostró amenazador y furioso contra las cortesanas.
Barítonos
En la gramática de Verdi, el tipo vocal barítono ocupa un lugar central dentro de la famosa e ineludible trilogía soprano/tenor/barítono. El compositor le confió sus melodías más penetrantes. Es un pivote de la dramaturgia. Del padre ultrajado como Rigoletto al villano absoluto como Iago, pasando por el amigo infalible Rodrigo, cuántas figuras sorprendentes, esenciales, tiranos también (Nabucco) o justicieros (Macbeth) nos entrega.
Así nació el "barítono Verdi". En todos estos personajes hay una alta tensión permanente que los hace tan difíciles de cantar. Estos papeles de barítono, que se encuentran entre los más logrados, necesitan tanto ser muy encarnados como excelentemente cantados .
Hermosura
Todos sus agudos sonaron seguros y perfectos, desde el staccato de su dúo con Rigoletto en el primer acto hasta la limpia coloratura durante su aria "Caro Nome". Lo mismo puede decirse del mi bemol de la "vendetta" así como el mi bemol staccato de la cadencia de su aria.
Su línea vocal es hermosa y brilló en los pasajes más líricos del papel, incluyendo sus tres dúos con Rigoletto, especialmente "Tutte le feste al tempio". Cantó una conmovedora escena de la muerte con un sonido mezza voce, proyectando exquisitos y piannisimi si bemoles agudos. Aportó un fuerte carácter a una joven que es maltratada y abusada por su primer amor, pero que acaba muriendo para salvarle la vida.
El sólido tenor Woongyi Lee, hizo suyo a un simpático duque de Mantua, con muy bellos sonidos. Posee una voz lírica de timbre claro y buena proyección. Hizo que su aria de apertura "Questa o quella" sonara alegre y fácil, pese a la difícil naturaleza de la tesitura; los tempi eran bastante rápidos pero consiguió coronar el aria con un sonoro si bemol.
Delicadeza
Luego demostró que podía cantar bellas líneas legato en una tesitura alta durante su dúo con Gilda en el primer acto, y ascendió sin esfuerzo, y en una sola respiración, a los si bemoles en la difícil línea "d'invidia agli uomini", emitiendo un seguro re bemol agudo al final de la escena en "Addio!".
Su interpretación de su aria del segundo acto "Ella mi fu rapita...parmi veder le lagrime" fue cantada con delicadeza, bella mezza voce, decrescendos, y navegó el passagio bastante bien después. Su cabaletta "Possente amor mi chiama" fue fuerte y enérgica. Cantó una juguetona "La donna è mobile" en el tercer acto. Manejó con facilidad la tesitura alta del cuarteto "Bella figlia dell'amore", cantando varios si bemol.
El sicario Sparafucile de Matthias Wippich tiene un fraseo cuidadoso, no demasiado demoníaco, y muy bien cantado. Posee un bajo profondo oscuro con un timbre redondo que es bastante uniforme en todo su registro vocal. Emitió con facilidad un mi bemol agudo a media voz en "Sparafucile mi no, mi no". Su intervención durante la "tempesta" del tercer acto fue fuerte, al igual que el sol bemol grave de "Buona notte".
Delicia
Eva Maria Günschman está deliciosa en su pulcra Maddalena. Hizo un sólido trabajo, mostró un vigoroso registro grave y su interpretación fue sexy y fuerte.
El bajo Hayk Deinyan fue un robusto Monterone. Tiene una poderosa voz de bajo que se transmite por encima de la orquesta sin ningún problema. Sonó amenazador y aterrador en sus dos apariciones y emitió un fuerte fa agudo al final de su "si maledetto". El conjunto entero es muy histriónico y deleita a la platea con su sonidos. En un papel menor, la Giovanna de Kejti Karaj mostró también una delicada interpretación vocal en sus breves intervenciones.
Aunque poco antes, en un arrebato de hiperrealismo, Sparafucile hizo que Maddalena borrara todas las huellas de su último asesinato por encargo, la régie trata el libreto de forma más bien abstracta.
La donna è mobile
El Duque canta su celebérrima ''La donna è mobile' directamente al oído de Rigoletto:
La donna è mobile
Qual piuma al vento
Muta d'accento
E di pensiero.
Sempre un a mabile
Leggiadro viso
In pianto o in riso
è mensognero.
La donna è mobile
Qual piuma al vento
Muta d'accento
E di pensier
E di pensier
E di pensier!
E' sempre misero
Chi a lei s'affida
Chi a le confida
Mal cauto il core!
Pur mai non sentesi
Felice appieno
Chi su quel seno
Non liba amore!
La donna è mobile
Qual piuma al vento
Muta d'accento
E di pensier
E di pensier
E di pensier!'
Orquesta y coro
El coro, muy bien preparado por
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