Entrevistas
Entrevista con la directora de orquesta Virginia Martínez Fernández
Juan Carlos Tellechea
El ciclo Mujeres en la música, que organiza el prestigioso Instituto Cervantes de Bruselas, se clausura este miércoles 29 de marzo con el tema Mujeres en la dirección de orquesta, un fenómeno cuyo crecimiento en todo el mundo parece imparable.
El programa cuenta con la presencia de Virginia Martínez Fernández, directora artística de la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia (OSRM), y de Isabel Rubio, directora titular de la Jove Orquestra de les Comarques Gironines.
A último momento, y por motivos familiares, se ha visto impedida de participar en el encuentro Natalia Salinas, directora invitada de diversas orquestas sinfónicas de Europa e Iberoamérica.
Basta con leer sus respectivas biografías para convencerse del enorme trabajo que tienen estas activas, jóvenes y talentosas mujeres por delante. ¿Cómo ha llegado a producirse este fenómeno? ¿Qué dificultades han debido superarse para que llegara a producirse? ¿Qué perspectivas de continuidad tiene? ¿Qué riqueza musical aporta esta incorporación? Estos y otros temas conexos serán abordados en la cita que cierra hoy con gran éxito el ciclo 'Mujeres en la música' del Instituto Cervantes de Bruselas y que con toda probabilidad se celebrará nuevamente en 2024.
A Fernández la sorprendimos en medio de su intensa labor, pero pese a su apretada agenda tuvo la gentileza conceder una entrevista por escrito y vía correo electrónico a Mundoclasico.com. Estas son sus declaraciones exclusivas:
Juan Carlos Tellechea: ¿Qué le preocupa y que le satisface a usted en estos momentos, en lo personal, en su carrera musical y como integrante de la sociedad humana?
Virginia Martínez Fernández: En lo personal no tengo ningún motivo de preocupación en estos momentos, pero si me inquieta la salud de mi familia y amigos, así como el futuro de mis hijas. Imagino que como a todo el mundo. Me satisface ser honesta con todo lo que hago en mi vida. En mi carrera no hay nada que me preocupe, pero me satisface enormemente vivir de lo que yo siempre había soñado, que es la dirección de orquesta, así como tener la oportunidad de hacer música cada día con músicos excepcionales como los que forman parte de la OSRM. En el aspecto social me preocupan muchísimo las injusticias como la guerra, el hambre, la desigualdad, la violencia de género, o el futuro de nuestro país, de nuestro planeta, el cambio climático...Me satisface saber que por lo general somos una sociedad solidaria, como se ha demostrado en la pandemia y en momentos complicados de nuestra historia.
¿Por qué ha permanecido usted en España, y concretamente en Murcia, a pesar de todas las ofertas y posibilidades que ha tenido de hacer carrera en el extranjero, por ejemplo en Austria?
Porque amo mi tierra y quería formar una familia en el mismo sitio donde yo he crecido, al mismo tiempo que hacer mi trabajo. Por eso yo siempre he dicho que lo de que "nadie es profeta en su tierra" no se ha cumplido conmigo. He recibido todos los premios y reconocimientos en mi tierra, soy Directora Artística y Titular de las dos orquestas de mi Región, tengo hasta un Auditorio que lleva mi nombre .... no me puedo sentir más querida y agradecida por tanto cariño. Me encanta vivir en Murcia, cerca de los míos y disfrutar esta tierra tan maravillosa todo el tiempo que mi carrera fuera me permita. Aunque es cierto que a todas las orquestas donde he ido, me han tratado con un mimo excepcional y me han hecho sentir como en casa. Viena siempre estará en mi corazón, porque allí viví una etapa muy importante de mi vida y me encanta volver. Soy una afortunada.
¿Qué desea usted expresar en este ciclo Mujeres en la música del Instituto Cervantes de Bruselas?
Sobre todo dar visibilidad. En la vida es muy importante tener referentes que nos impulsen a luchar por nuestros sueños.
¿Ha tenido usted la oportunidad de conocer diferencias en el trato hacia la mujer en España y en otros países, cuál es su conclusión?
En casi 20 años de carrera he tenido únicamente dos anécdotas machistas, las cuales curiosamente vinieron de dos mujeres. En mi caso no podría hablar de una desigualdad manifiesta, porque siempre me he sentido respetada y muy, muy querida por las orquestas con las que he trabajado, por los gerentes, los auditorios, los teatros ... no puedo hablar más que de cariño por parte de todos ellos. Pero es cierto que todavía queda mucho camino por recorrer en este sentido y es por ello que la visibilidad es muy importante para que otras chicas que se animan a estudiar dirección de orquesta vean que es posible, que se puede conseguir. Hay que luchar cada día por ello. Y nunca perder de vista que lo importante es el talento, por encima del género.
¿En qué radican las mayores dificultades para la mujer en una carrera como directora de orquesta o como música, cuál es su experiencia personal, y qué otras experiencias ha conocido?
La mayor dificultad la podríamos encontrar en que la dirección de orquesta siempre ha sido una profesión de tradición masculina y cuesta romper con ciertas inercias o tradiciones, pero creo que poco a poco estamos llegando, aunque de manera demasiado pausada. Es cierto que he oído experiencias diferentes a la mía y me indigna saber que todavía haya alguien en pleno siglo XXI que dude de la capacidad de una mujer solo por cuestión de género. Es inaceptable.
¿Hay solo dificultades o también hay ventajas para una mujer que emprende una carrera en el campo de la dirección musical?
Como le comentaba, todavía hay que seguir luchando. Pero yo apuesto por un camino en el que no caigamos en el error contrario, es decir, donde ahora por ayudar a las mujeres tengamos que pisar a los hombres, porque eso ha pasado y sigue pasando. Insisto, el talento y no el género. Dificultades, demasiadas todavía. Ventajas, algunas; uno mismo debe centrarse en ellas y focalizar toda su energía para conseguir su sueño.
¿Qué siente y cómo se siente usted dirigiendo una orquesta o un coro?
Es difícil explicar lo que siento cuando dirijo una orquesta o un coro, pero sí tengo la sensación de que el tiempo se para y solo existe la música y el momento. Hay pocas oportunidades en la vida de centrarse y valorar el "ahora", y la música nos ofrece este regalo. Solo hay que ser honesto con lo que uno hace y dejarse llevar.
¿En qué género se siente mejor: ópera, zarzuela, concierto sinfónico, música de cámara, música clásica, música del Barroco, música moderna (Neue Musik) y por qué?
Me gusta todo y nunca he pretendido la especialización en ninguno de las áreas que nombra, porque yo necesito enriquecerme de cada una de ellas. La ópera y la zarzuela, o el ballet, ofrecen una dimensión muy especial, enriqueciendo la técnica de la dirección, así como la oportunidad de hacer grandes amigos y conocer gente increíble, ya que pasamos mucho tiempo juntos. El repertorio sinfónico es tan amplio y maravilloso que necesito estar siempre en contacto con él. Como pianista me encanta hacer música de cámara, especialmente con amigos y de manera privada. El Barroco es mi medicina espiritual que me renueva como ser humano. Hacer música contemporánea me encanta, especialmente por tener la oportunidad de poder trabajar con el compositor en directo. En definitiva, disfruto muchísimo siempre y cuando estemos hablando de hacer música. Tengo suerte de poder disfrutar de cada uno de éstos géneros, año tras año.
¿Qué aspira alcanzar usted en su carrera, qué quisiera experimentar aún?
Sinceramente mi única pretensión es seguir disfrutando de la música y no caer en la rutina. Hasta el momento lo he conseguido y espero que siempre sea así. No concibo mi profesión de otra manera.
¿Qué pueden lograr las mujeres en la música (o en la dirección orquestal) que un hombre no pueda?
No creo en estas diferencias. Solo en valorar el talento por encima del género.
¿Es necesario un mayor feminismo en el ámbito cultural y / o en la música?
El feminismo verdadero es el que lucha por la igualdad de hombres y mujeres. Y esto no se ha inventado ahora. Existieron y existen mujeres que ya iniciaron una lucha por la igualdad de derechos con mucho más tesón y valor que el que podamos atesorar hoy en día. Por supuesto que el feminismo sigue siendo necesario, ojalá que no fuera así, pero no solo en el ámbito cultural, sino en todas las profesiones y aspectos de la vida. Todavía queda camino, pero yo siempre he sido optimista y confío en que algún día no haya motivos presentes para celebrar el 8M [ndlr: el 8 de marzo, institucionalizado a escala mundial como Día Internacional de la Mujer en 1977, después de que la Organización de Naciones Unidas, ONU, celebrara en 1975 el Año Internacional de la Mujer].
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