España - Galicia
Finis coronat opus
Xoán M. Carreira

En Galicia, en lo que respecta a la creación académica, la música actual está especialmente privilegiada, tanto por las dos orquestas públicas como por los -al menos- cinco festivales de música contemporánea o actual que se celebran anualmente en A Coruña, Lugo, Pontevedra, Santiago y Vigo, y por los grupos estables que tienen su sede en Galicia, entre los que destaca Vertixe Sonora (fundado en 2010), organizadores de este Ciclo de Música Contemporánea de Lugo 'MIHLSons-XXI' que ya va por su novena edición.
Su proyecto en el marco de Cardinais - Academia Internacional Vertixe Sonora de este año ha sido especialmente laborioso, la Music for 18 Musicians de Steve Reich,* que llevaban preparando desde hace más de un año -con un curso intensivo en agosto de 2022- y fructificó en un espectáculo que implicó la participación de más de 100 estudiantes de diferentes especialidades artísticas, dando forma así a un proyecto pedagógico colaborativo en el que a Cardinais - Academia Internacional Vertixe Sonora, se unió un grupo de Danza Contemporánea del Conservatorio Profesional de Danza de Lugo, y alumnos de 3º e 4º de la especialidad de Diseño de Interiores y Diseño Gráfico de la Escuela de Arte y Superior de Diseño 'Ramón Falcón' de Lugo.
Tras la publicación de The works of Pérotin (1970) de Ethel Thurston, Steve Reich, quien previamente había experimentado diversos procedimientos contrapuntísticos basados en la duración, ritmo, e incluso tecnológicos, quedó fascinado por los conductus de Pérotin. En sus propias palabras: "Allí podías ver esas enormes longitudes, que ningún tenor podía cantar en solitario, y tenían que ser compartidas con un co-tenor para poder mantenerlas sostenidas".
El primer producto reichiano de esta técnica medieval fue Music for Mallet Instruments, Voices, and Organ (1973), embrión de esta Music for 18 Musicians (1974-76) que con toda justicia se incorporó al canon musical y está considerada una de las obras maestras del repertorio del último medio siglo.
Surgidas en la 'época crepuscular' de las vanguardias musicales de la Guerra Fría, las primeras obras de Steve Reich provocaron la ira de del establishment musical. En España fueron estrenadas en las Jornadas de Pamplona (1972), lo cual el director de las mismas, Luis de Pablo, consideró su mayor error como programador musical.
En los años 1970 Steve Reich había creado un grupo integrado por jóvenes instrumentistas en formación, con los cuales realizó el estreno y la primera grabación analógica de Music for 18 Musicians para el sello ECM en 1978. Este LP se convirtió en un objeto de culto y sigue siendo una pieza de coleccionista tanto en el formato original como en el de CD. Poco después de su salida al mercado se distribuyó en España en los circuitos de jazz y me tocó comentarlo en la revista Ritmo.
A pesar de las limitaciones interpretativas y de sus deficiencias sonoras, por debajo de la media de excelencia de ECM, esta grabación pionera sigue siendo una referencia y conserva una innegable aura poética a la que no es ajena su obvia carga de utopía sonora. Durante dos décadas la obra fue interpretada a partir de los manuscritos de Reich hasta que a mediados de los 1990 se publicó la partitura y se inició la gran carrera hacia el Olimpo de la obra.
La versión de Diego Ventoso, director artístico del ciclo, comparte aspectos con la primera grabación en ECM: buena parte de los veinte ejecutantes están en período formativo, en general los instrumentos disponibles no eran de alta calidad -en especial los pianos-, y el resultado excedía la suma de las partes gracias (al igual que en la grabación) al entusiasmo, entrega e ilusión puestos en el proyecto.*
Especial mención merece el soberbio trabajo de las cuatro cantantes (Daniela Antunes, Laura Candame, Sara Pérez, y Sara Reija) y del técnico (Iván Ferrer-Orozco) que atendió sus micrófonos. Semejante mención merecen las dos clarinetistas, Uxía Sierra y Victoria Oropeza, que bordaron las difíciles partes para clarinete en si bemol y clarinete bajo.
En el proyecto participó también el Conservatorio Profesional de Danza de Lugo que aportó veintiún ilusionados alumnos con distintos niveles de formación y experiencia, lo cual condicionó las cuatro coreografías presentadas, creadas por Carmen Candales, Silvia Eijo, Reyes González y Marina Rojas, eminentemente pragmáticas, que en algún caso dieron amplia libertad de expresión a los jóvenes bailarines en sus breves solos, organizados según la lógica de la street dance. Se formó así un alegre y eficaz revoltijo en el que vimos ejercicios didácticos de centro del aula, extractos del repertorio coreográfico, improvisaciones de street dance, interacciones con la iluminación creando juegos de sombras, e incluso una muiñeira estilizada.
Quizá estos cuatro números no hayan sido lo más adecuado para una música tan sutil e introspectiva como la de Reich. que parece querer convivir más bien con propuestas tipo Balanchine o Roland Petit. Pero lo mejor es enemigo de lo bueno y de haber adoptado los coreógrafos estas estéticas o semejantes, podrían haberse creado dificultades inasumibles para jóvenes bailarines de poca experiencia y el resultado hubiera sido indecoroso. Pelillos a la mar, pues, y celebremos el triunfo de lo bueno sobre lo mejor.
Lo más relevante de la función no fue poder escuchar en condiciones más que dignas esta obra maestra en Lugo, y lo que ello significa como un gran paso adelante en la normalización de la vida musical gallega, sino el éxito de esta experiencia didáctica que marca un antes y un después en la formación de los jóvenes músicos y bailarines, y ha conseguido establecer fuertes vínculos artísticos y afectivos entre sus participantes.
Finis coronat opus ..., ahora esperamos ilusionados qué hermoso proyecto nos espera en 2024, porque superar este montaje de la Music for 18 Musicians es un reto y una obligación.
Notas
1. La música de Steve Reich en Galicia tuvo que recorrer un camino con muchas más espinas que rosas. A principios de los años 1990, cuando sus obras para marimba formaban parte de la agenda de los departamentos de Percusión de los conservatorio de música de Galicia, respondiendo a una consulta del CGAC (Centro Galego de Arte Contemporánea, con sede en Santiago) sugerí la interpretación de esta 'Music for 18 Musicians' en el hermoso espacio minimal creado por Álvaro Siza aprovechando el viejo cementerio de Santiago. Mi sugerencia provocó que la administración del CGAC me condenase al ostracismo retirando mi nombre de su agenda de mailing e incluso se intentase, sin éxito, impedirme el acceso a este museo público.
2. Incluso nos vendieron camisetas, bolsas de tela, chapas, etc. del 'Universo Reich' para ayudar a financiarse. Una de las chapas sigue prendida en mis tirantes y ya me ha acompañado a diversos conciertos y un congreso científico.
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