España - Cataluña

‘Un monumento musical extraordinario con un reparto vocal de lujo’

Jorge Binaghi
lunes, 5 de junio de 2023
Guth, Parsifal © 2023 by A. Bofill / Teatro del Liceu Guth, Parsifal © 2023 by A. Bofill / Teatro del Liceu
Barcelona, domingo, 28 de mayo de 2023. Gran Teatre del Liceu. Parsifal. Libreto y música de R. Wagner. Puesta en escena: Claus Guth (repuesta por Aglaja Nicolet). Escenografía y vestuario: Christian Schmidt. Luces: Jürgen Hoffman. Coreografía: Volker Michl. Videoartista: Andi A. Müller. Intérpretes: Nikolai Schukoff (Parsifal); Elena Pankratova (Kundry); René Pape (Gurnemanz); Matthias Goerne (Amfortas), Evgeny Nikitin (Klingsor), Paata Burchuladze (Titurel), y otros. Coral Càrmina, Cor infantil Amics de la Unió y Coro (preparado por Pablo Assante) y Orquesta Sinfónica del Teatro. Dirección de orquesta: Josep Pons
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El largo título es como, modestamente, se presenta este espectáculo en la red del Liceu. Lo de ‘monumento musical extraordinario’ es verdad indiscutible si se refiere a las dimensiones (siempre recordando lo del tiempo que se hace espacio … o al revés) de la obra. Por lo demás, basta con citar a Nietzsche y decir que se está de acuerdo con él (así terminó abruptamente su idilio con Wagner) para decir que todo es opinable, y también este caso. A mí solía indignarme, y son varias las veces en que me he propuesto hacer mutis, pero ahora que estaba cerca y se proponía de nuevo una puesta no demencial (como suelen ser las de Guth, por ejemplo en su desnortada Bohème que se vuelve a ver estos días en París) que ya conocía, pues …

Eso sí, recuerdo que cuando la pandemia se estaba por dar un Lohengrin, cuyas pruebas habían comenzado. Supongo que lo más adecuado era recuperar aquellos contratos y espectáculo pendientes, pero la lógica parece ser otra. Personalmente, además, prefiero de lejos lo que inspiró a Wagner el hijo que no el padre.

Con respecto al espectáculo me había librado yo de hacer la crítica en 2011, de modo que diré que, como de costumbre, todo reinterpretado y cambiado de época. Parecemos estar entreguerras, dicen que en una clínica como la de La montaña mágica de Thomas Mann, pero los pacientes son muy otros. Se proyecta al principio de cada acto un vídeo de pies desnudos caminando que en el tercero calzan botas; son los de Parsifal que de ‘loco puro’ (o parecido) termina de líder carismático un tanto nazi mientras Amfortas y Klingsor reanudan su buena amistad, y el único que muere es Titurel (no sin provocar una disputa y largas disquisiciones filosóficas sobre su muerte).

‘Parsifal’ de R. Wagner. Dirección musical: Josep Pons. Puesta en escena: Claus Guth. Barcelona, Gran Teatre del Liceu, mayo de 2023. © 2023 by A. Bofill / Teatro del Liceu .‘Parsifal’ de R. Wagner. Dirección musical: Josep Pons. Puesta en escena: Claus Guth. Barcelona, Gran Teatre del Liceu, mayo de 2023. © 2023 by A. Bofill / Teatro del Liceu .

Kundry, que en su origen también moría, quema sus ropas de pecadora y se va con su maleta a otros destinos (siempre muy sabia conociendo lo que se preparaba). Las muchachas flores son unas alocadas démimondaines (alguna gritó bastante, pero no de placer), Klingsor vaya uno a saber y el insoportable Gurnemanz que todo lo sabe y todo lo dice diez veces (hasta lo importante que es el Viernes Santo) parece un predicador de Biblia en mano, aunque al final reconoce al nuevo rey y se declara dispuesto a servirlo.

Aunque la lanza es fundamental y creo que sabemos qué tipo de heridas inflige a Amfortas y Klingsor, ni texto ni dirección escénica lo especifican demasiado. Buenas luces, buenos decorados y trajes para todos los gustos (que sean adecuados o no es otra historia), una coreografía que no habría hecho falta pero quizás había que explicar la presencia de un bailarín absolutamente innecesario (Joaquín Fernández, buen trabajo).

Como tantas veces se repite lo del Cid y su rey, ‘buen vasallo si tuviera buen señor’: nadie vea una alusión a tiempos más recientes. Los intérpretes parecían convencidos de lo que hacían, y me alegro por ellos y por los que se los creyeron.

‘Parsifal’ de R. Wagner. Dirección musical: Josep Pons. Puesta en escena: Claus Guth. Barcelona, Gran Teatre del Liceu, mayo de 2023. © 2023 by A. Bofill / Teatro del Liceu.‘Parsifal’ de R. Wagner. Dirección musical: Josep Pons. Puesta en escena: Claus Guth. Barcelona, Gran Teatre del Liceu, mayo de 2023. © 2023 by A. Bofill / Teatro del Liceu.

Los coros de niños y adultos estuvieron muy bien y la orquesta demostró -la partitura es complicada- que ha logrado un muy buen nivel técnico. Mérito sin duda del trabajo de Pons, que en Wagner y otros autores alemanes consigue muchos mejores resultados que en Mozart u óperas italianas como ha podido demostrarlo este mismo año. Como interpretación la encontré un tanto plana al principio y más bien inclinada al forte, pero los artistas se oían casi siempre y salvo en dos casos no es que tuvieran un volumen enorme.

Pasemos al “reparto vocal (¿y qué otro había? ¿no era bueno?) de lujo” (una palabra que se me ocurre poco adecuada a lo que pretende presentarnos este ‘festival escénico sagrado’ … Nunca ópera, por Dios). La primera vez que la vi aún se seguía la directiva de no aplaudir, y no era para evitar protestas. Además: ¿a quién le quedarían fuerzas?

Así Shuckoff compuso un protagonista más que correcto, con un agudo seguro (que era algo que no siempre tenía). La voz está más oscura, fea y rígida, pero aquí eso importa menos que, digamos, en Don José, y salió airoso incluso de pasajes temibles como ‘Amfortas! Die Wünde!’ en el segundo acto (que sigue siendo el mejor de los tres y el único donde hay verdadero teatro y drama).

‘Parsifal’ de R. Wagner. Dirección musical: Josep Pons. Puesta en escena: Claus Guth. Barcelona, Gran Teatre del Liceu, mayo de 2023. © 2023 by A. Bofill / Teatro del Liceu.‘Parsifal’ de R. Wagner. Dirección musical: Josep Pons. Puesta en escena: Claus Guth. Barcelona, Gran Teatre del Liceu, mayo de 2023. © 2023 by A. Bofill / Teatro del Liceu.

Pankratova estuvo vocalmente estupenda aunque la figura tal vez no la ayude. Hizo una buena escena de la seducción aunque sin medias voces o piani seductores, y el timbre es más para Ortrud o la Tintorera straussiana, pero entra dentro de las posibilidades de la tradición. Su caudal es imponente y probablemente fue la que obtuvo mayor ración de aplausos (había una buena asistencia, incluso inocentes niños de escuela que espero no hayan salido disparados para no volver a entrar nunca más. Al menos resistieron hasta el final). A mi lado dos jóvenes claramente más interesados por los resultados electorales -tienen toda mi comprensión- consultaban sin parar móviles y relojes, pero también siguieron hasta el final. La mayor parte de las ausencias anticipadas se observó luego del segundo acto. Una dama preguntaba: ‘¿todavía falta más?’, y la respuesta no parecía ilusionarla.

Pape está aún en más que sobradas condiciones de afrontar la agotadora (por muchos motivos) parte de Gurnemanz y no pareció cansado y su voz resiste bien el paso del tiempo. Esperemos lo mismo de su Felipe II próximo en Milán. Como actor hizo lo que se le pedía y puso todo de su parte para hacer creíble su personaje.

Goerne fue un buen Amfortas con más volumen del que creía, pero sigo creyendo que es mucho más para el lied que para la ópera (digamos que no es una voz tipo George London, que me parece que es lo que se necesita para la parte).

Notable el Klingsor de Nikitin, con poderío vocal y suficiente maldad (nunca creí que esperara con tanto interés que apareciera alguien malo de veras en una ópera, porque aunque Kundry sea la pecadora por excelencia, y de resultas de su abrazo fatal lo contagia a Amfortas, en el fondo no es mala, o no del todo. Vaya, casi seres humanos).

Los demás estuvieron correctos en general en sus diversos niveles. No logro comprender a quién se le ocurrió traer a un Burchuladze sin siquiera el volumen y el color de otros tiempos (su afinación no fue nunca famosa) para cantar al otro insoportable de turno, Titurel, que al menos muere tras el primer acto aunque sigue dando guerra como cadáver en el tercer acto como he dicho.

Yo debo de estar muy viejo porque apenas me indigné con el texto como antes, aunque sigo comprendiendo a Nietzsche en su rechazo total. Pero sobre todo, como me aburrí salvo en el segundo acto, el tiempo se me hizo espacio (o al revés), pero no creo que ese sea el sentido oculto de la máxima wagneriana: ‘Zum Raum wird hier die Zeit’ que citado en alemán queda como más fino y culto. Ya sé que es más corta que Los maestros cantores, pero sin ser un wagneriano acérrimo, qué diferencia... 

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