Discos
When in Silence of the Soul
Juan Carlos Tellechea
Este nuevo álbum de la galardonada pianista Paula Ríos toma su título del bello poema que le dedicara Johann Wolfgang von Goethe a la joven Fanny Mendelssohn, dos años antes de contraer matrimonio con el pintor Wilhelm Hensel. Fanny buscaba textos para sus Lieder y le ofreció estos versos (serventesios) en 1827 para que les pusiera música:
Wenn ich mir in stiller Seele
Wenn ich mir in stiller Seele
Singe leise Lieder vor:
Wie ich fühle, daß sie fehle,
Die ich einzig auserkor.
Möcht’ ich hoffen, daß sie sänge
Was ich ihr so gern vertraut;
Ach! aus dieser Brust und Enge
Drängen frohe Lieder laut.
Cuando con el alma tranquila (Traducción libre)
Entono para mí suaves canciones:
Cómo siento que ella falta,
La única que he elegido.
Yo esperaría que ella cantara
Lo que con tanto gusto le confío;
¡Ay! de este pecho y encierro
Alegres cantos urgen en voz alta.
Sonata de Pascua
Los primeros de los 17 surcos del disco han sido reservados para los cuatro movimientos (I. Allegro assai moderato, II. Largo e molto espressivo, III. Allegretto, IV. Allegro con strepito) de la Ostersonate (Sonata de Pascua) en la mayor, la segunda escrita por
La composición representa la Pasión de Cristo. En el primer movimiento, profundamente influenciado por la música de Beethoven, la pianista aprovecha esta remisión para amplificar las ricas sonoridades de los timbres orquestales utilizados aquí notoriamente por la compositora.
El segundo movimiento contiene una extraña forma de preludio, de cuyas voces interiores Paula Ríos extrae un exquisito timbre aterciopelado, y una "fuga eclesiástica" que dirige con elegancia hacia un lirismo más dulce. El Allegretto (un Scherzo), se sacude el carácter sombrío de la fuga, y fascina al oyente, enfatizando melódica y rítmicamente el motivo interior.
Muerte
El Finale expresa el momento de la muerte de Cristo, cuando se rasga la cortina del Templo, y termina con una fantasía sobre la melodía coral "Christe, du Lamm Gottes" ("Cristo, Cordero de Dios"). La pianista lo interpreta con un conmovedor sentido de gravedad y majestuosidad. El silencio al cierre es de una hondura abisal que desgarra literalmente al espectador.
La partitura permaneció perdida durante 150 años y, cuando fue encontrada, se la atribuyó a su hermano Felix Mendelssohn, antes de ser finalmente reconocida como suya y estrenada en su nombre en Londres el 7 de septiembre de 2012. Esa ''F.'' del manuscrito no significa "Felix", como se supuso en un principio, sino "Fanny". Para entender por qué la sonata de Fanny tardó casi 200 años en ser interpretada como la sonata de Fanny, no solo hay que viajar un poco en el tiempo, sino hay que ser también un detective a lo Miss Marple.
De no haber mediado largos años de investigaciones de destacadas musicólogas, entre ellas la renombrada profesora Dra Beatrix Borchard, del Conservatorio de Música y Teatro de Hamburgo (Fanny Hensel geb. Mendelssohn - Komponieren zwischen Geselligkeitsideal und romantischer Musikästhetik, 2002), y más recientemente de la Dra Angela Mace, de la Duke University, la labor creativa y el gran talento de Fanny Mendelssohn habrían quedado para siempre pulverizados e ignorados por el rigorismo prusiano de sus padres y el genio celoso de su hermano. Estas obras siguen siendo raramente incluidas en los programas de los recitales de piano.
La Dra
Prohibición
Corría el año 1828 y Ludwig van Beethoven, la luminaria de las sonatas para piano, llevaba un año muerto. Había puesto el listón muy alto para los compositores de la posteridad. Pero Fanny Mendelssohn no se dejaba intimidar por ello. Tenía 22 años, sabía tocar el piano y se puso manos a la obra. Como se acercaba la Pascua, eligió como tema la fiesta de Resurrección. La sonata se interpretó en privado, nunca en público. El padre y el hermano Felix lo impidieron con éxito, porque "tal cosa" no era apropiada para una mujer.
Desde 1823, los Mendelssohn ofrecían "Música de los domingos", en el salón del jardín de su palacio en la berlinesa Leipziger Straße al número 3 (hoy Jägerstraße 51); se interpretaban obras de Johann Sebastian Bach, Willibald Gluck, Ludwig van Beethoven o de maestros contemporáneos, así como de los propios hermanos Mendelssohn, ante unos 300 invitados.
Entre los visitantes se encontraban celebridades como Robert y Clara residencia, que puede ser visitada hoy por público general, se organizan también conciertos y sus instalaciones se alquilan para acontecimientos sociales.
La sonata es pronto olvidada; hasta 1970. Henri-Jacques Coudert, un bicho raro, pero con buen olfato para las trufas musicales, tropieza con unas partituras en una librería de anticuario parisina firmadas F. Mendelssohn. "Felix", por supuesto, pensaba. Es una sonata, después de todo, es un género masculino. La pieza fue grabada en 1975. ¡Enhorabuena para el avispado buscador e intérprete!
Muy masculina
Pero el caso no quedó cerrado allí. Hay que dar un salto temporal de 30 años y viajar a Estados Unidos. Entra en juego otro nombre: el de la musicóloga Dra Angela Mace. La académica analiza el patrimonio musical de Fanny Mendelssohn en la Biblioteca Estatal de Berlín. En el proceso, se da cuenta: En una sonata, faltan 30 páginas. ¿No podrían ser ésta las partituras encontradas en París...? La Dra Mace va a ver a Coudert, pero éste le dice:
Disculpe, es una obra maestra, muy masculina, francamente amenazadora.
La musicóloga no se deja disuadir por la llana valoración del músico. Los números hablan en favor de su tesis: el manuscrito de París, con sus páginas numeradas consecutivamente, encaja exactamente en la sonata incompleta de Fanny conservada en la capital alemana. El diario de Fanny Mendelssohn, su correspondencia y las cartas de su propio hermano confirman que ella compuso esa obra. Casi 190 años después de ser escrita, la Sonata de Pascua se interpretaría públicamente por primera vez en Londres bajo el nombre de Fanny en el Royal College of Music, en el Día Internacional de la Mujer y en presencia de la tataranieta de la compositora.
Apoyo
Fanny Mendelssohn es consciente de su restrictivo papel como mujer. Pero Wilhelm
cita a Fanny Mendelssohn en el folleto que acompaña al CD, afirmando que
no puedo evitar considerar una señal de talento que no me rindo,
y a una amiga suya, Johanna Kinkel, también ella compositora, pianista, poetisa, feminista de primerísima hora y revolucionaria (tuvo que exiliarse en Londres en 1851, junto con su marido y cuatro hijos), sosteniendo que
ningún sentimiento corriente podía poseerla; debía estar contemplando y respirando en la esfera de lo sublime y bello.
Nocturno
En el sexto surco fue colocado su Notturno (género creado por John Field, compañero de Carl Friedrich Zelter, maestro de los hermanos Mendelssohn en la Sing-Akademie de Berlín), compuesto en 1838, que presenta una melodía más cercana al Lied que al bel canto propio de estas piezas. Los Vier Lieder für das Pianoforte op 8 (surcos 8 – 11), de 1846, son verdaderas romanzas sin palabras (en la tercera, Larghetto en re bemol mayor incluso nombra al poeta Nikolaus Lenau), llenas de audacia armónica y hallazgos pianísticos sumamente inteligentes.
El viaje a Italia de Fanny Mendelssohn, inolvidable como las estrellas en el cielo, inspiraría multitud de composiciones, que dedicaba a sus lugares favoritos, entre ellos la Villa Medici, en Roma. La pieza homónima (surco 7: Villa Medicis, Allegro maestoso en la bemol mayor, 1840) empieza con una noble marcha y poco a poco alcanza una intensidad al rojo vivo, con un tema irresistible subrayado por arpegios arriesgadísimos.
El Allegro molto en mi menor (1844) da otra muestra de su arrojo y logra estremecer en cada momento al oyente. Del año anterior es su beethoveniana Sonata para piano en sol menor, que tiene instantes mágicos como los del Scherzo. La oleada de virtuosos al piano llegaría inevitablemente a Berlín desde París. Felix y Fanny los criticaban ampliamente, aunque ella tomaba nota de sus innovaciones.
Maravillosos diálogos
Su maestra en París Marie Bigot le recomendaba fortalecer sus dedos y ella misma compuso estudios, llenos de encanto y buenas ideas, como el Allegro en do menor, escrito el año en que terminó su 32º fuga, o el Andantino en si bemol mayor, que Friedrich Kalkbrenner tocó hermosamente en su casa, según escribió ella misma en su partitura. El de las fugas de Fanny Mendelssohn es otro campo que demanda un gran esfuerzo de pesquisas e investigación, hay todavía mucho por hacer.
Paula Ríos logra maravillosos diálogos con el piano en el delicado universo de Fanny Mendelssohn. Este álbum fue presentado en mayo pasado en el Instituto Goethe de Madrid durante un muy elogiado y aplaudido recital de la pianista.
La refinada sonoridad y los matices extremos de la interpretación encuentran eco en el toque esbelto y el estilo dúctil de Ríos, captados en la sala Mozart del Auditorio de Zaragoza por los micrófonos (Sonodore LDM-54 & Schoeps; Merging Horus preamplifier y AD/DA converter) perfectamente dispuestos y equilibrados por el ingeniero de sonido Gonzalo Noqué.
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