Discos
''Whispers of Tradition''
Juan Carlos Tellechea
Un dechado de virtuosismo y color es este álbum-debut Whispers of Tradition (sello Genuin Classics), de Max Volbers, primer flautista de pico ganador del prestigioso Deutscher Musikwettbewerb (2021). Acompañado por un conjunto de 11 músicos, Volbers reúne aquí una juiciosa selección de piezas en una rica variedad de estilos; un panorama nada monótono, en el que cada uno aporta su propio sabor y buen hacer. Aunque el joven músico no alardea ni hace alharaca sobre esta histórica distinción (el Concurso Alemán de Música se realiza anualmente desde 1975), lo cierto es que se impuso en la ronda final ante casi un centenar de competidores, que concursaron con otros ocho instrumentos.
Una parte de la dotación del codiciado galardón consistía en la producción de este CD, para lo cual, y en una actitud digna de admiración, el músico no ha escatimado ni en gastos ni en esfuerzos con el objetivo de presentar el mayor número posible de piezas en las que se utilizaba la flauta dulce, tanto en el Renacimiento como en el Barroco. En esta placa ha prescindido incluso de lo que hubiera parecido más obvio, una pieza para solo de flauta dulce. A cambio, alternan en un total de nueve obras las experiencias sonoras del colectivo, desde conciertos a suites, pasando por ornamentadas adaptaciones de madrigales y sonatas.
En el séptimo de los 19 surcos del disco el flautista inserta la "Fantasía de la chacona" (último número) de Fairy Queen, de Henry
Dicho sea al margen, Max Volbers recibirá el próximo 8 de octubre en Berlín el Premio Opus Klassik como Artista Joven del Año, durante una fiesta de gala que será transmitida internacionalmente por el Segundo Programa de la Televisión Alemana (ZDF).
Fantástica imaginación
Varias piezas justifican el subtítulo del álbum, (re)invenciones para flauta dulce, y en todas ellas Volbers demuestra su fabulosa habilidad virtuosística, que nunca degenera en mero arte. Sus compañeros, en su mayoría jóvenes músicos, lo apoyan con maestría, especialmente el galardonado clavista (y claviorganista) Alexander von Heißen.
En sus arreglos de madrigales y danzas, el joven músico revela asimismo una imaginación particularmente asombrosa. Ha adaptado el material musical del madrigal tardío de Claudio
El surco número seis incluye una composición encargada al joven compositor griego Thanos Sakellaridis para dos angulosas flautas dulces contrabajo (Paetzold), cuyo staccato proceso de creación (y articulación) fue un animado intercambio de pimpón con el compositor.
Suprema disciplina
En dos temas del álbum, Volbers actúa junto a tres antiguos compañeros (Elisabeth Wirth, Felix Gutschi, Jonathan Volbers) de la clase de su profesora del Mozarteum de Salzburgo Dorothee Oberlinger. La presentación de piezas para conjunto de flautas de pico es especialmente importante para él. No solo debido a que este tipo de agrupación era muy popular en el siglo XVI, sino también porque es considerada la disciplina suprema para su instrumento. Para tocar realmente como un molde, para que la interpretación suene como un pequeño órgano vivo, se tarda mucho en la afinación conjunta.
Arreglos
Las dos piezas interpretadas por este grupo eran originalmente motetes sacros. En total, solo dos de las nueve obras del álbum se compusieron para flauta dulce o se publicaron también para el pequeño instrumento de madera-viento en el momento de su composición. Esta reelaboración, sin embargo, siempre ha desempeñado un papel importante para Max Volbers, ya que el repertorio escrito originalmente para su instrumento es relativamente reducido, como ocurría en el siglo XVIII. La idea del CD es tocar música que teóricamente podría haber existido, pero tal vez solo en la mente de los compositores de la época.
Rupturas
En dos movimientos de la Troisième Suite de Charles Dieupart, Alexander Robert Smith y el laudista Axel Wolf se permiten incluso mostrar sus habilidades sin el líder. Con la vista puesta en los oyentes, Volbers se concede aquí un respiro. Al galardonado músico le parece muy agradable reposar un poco de la flauta o del instrumento que se esté tocando, ya sea en conciertos como en grabaciones.
Dieupart desarrolló toda su carrera en Londres a partir de 1704, contribuyendo de manera importante a la introducción de la ópera italiana en Inglaterra y haciéndose también un nombre como violinista. Dejó seis Sonatas para clave, que varían entre los estilos italiano y francés. La Tercera Suite consta de siete movimientos y recuerda a veces el estilo del gran compositor François
Reflexión
Hermann
Aunque el Banchetto Musicale (1617) dio a Johann Hermann Schein cierta popularidad en el ámbito profano, es evidente que sus obras religiosas constituyeron la base de su producción musical, como demuestra el inmenso catálogo que compuso en este campo. Su producción incluye más de 200 corales escritos para 4, 5 y 6 voces, así como 62 motetes a 3 y 6 partes, por no mencionar numerosos madrigales, entre ellos Diletti pastorali (15 madrigales). Johann Hermann Schein también dejó una serie de elocuentes obras instrumentales, sobre todo piezas para órgano.
En "Lehre uns bedenken" (Enséñanos a reflexionar), de Fuentes de Israel (1623), Schein deja claras sus intenciones con esta colección de madrigales: rendir homenaje a la música de la lejana Italia. El compositor logra una extraordinaria síntesis, fusionando el soleado esplendor de aquel país peninsular con la gravedad alemana. Al llevar a esta pieza al nivel más alto posible, Volbers y el conjunto infunden en "Enséñanos a reflexionar" (inspirado en el Salmo 90:12) una asombrosa fuerza de pasión y rigor.
Marco
Dos conciertos arreglados para flauta dulce por Max Volbers enmarcan este álbum. Al comienzo, el Pasticcio Concerto basado en tres movimientos de los conciertos para clave y violín de Johann Sebastian Bach; y al cierre el Concerto per Flautino en sol mayor de Antonio Vivaldi (de RV 312), que el compositor comenzó a escribir originalmente como un concierto para flauta dulce sopranino antes de completarlo para violín.
Volbers invirtió este proceso en la medida de lo posible, porque es evidente que Vivaldi trataba a la flauta de forma muy diferente al violín, así que no intentó hacerla ejecutable para su instrumento, sino que tomó la estructura armónica y compuso algo más aflautado sobre ella. ¡Enhorabuena Max Volbers! Esta es la mejor muestra de lo que puede este instrumento, injustamente menospreciado durante tanto tiempo.
Comentarios