Una jirafa en Copenhague

Ucrania

Una performance, un misil y cuerpos por doquier

Omar Jerez
miércoles, 27 de septiembre de 2023
Ucrania © 2023 by Julia Martínez Fernández Ucrania © 2023 by Julia Martínez Fernández
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Vyshivanka y Barbarie nació de la necesidad de no olvidar, creció y maduró.

Durante todo el proceso de ejecución, pocas veces compartimos detalles o información de las personas que forman parte de su engranaje, pero en este caso, creo necesario compartir con todos vosotros, ya no los pormenores de él, si no el testimonio de “vida” de un elemento clave en nuestra acción: la persona que se encargó de llevarnos y posteriormente traernos de regreso de Ucrania; nuestro conductor.

Por respeto, y por su labor, usaremos un nombre ficticio, Arcén.

Él y su mujer, llevaban años juntos, pasaron por diversas dificultades antes de poder cumplir su sueño: tener hijos. Su mujer fallece por COVID unos días después de haber dado a luz. Él, un joven de menos de 30 años, se queda solo con la niña.

Nos cuenta que por la desesperación tenía miedo de suicidarse, pero que su mujer lo ayudaba desde arriba y así es como encontró las fuerzas para seguir.

Dos años desde la pandemia y estalla la guerra. Poco tiempo para un adulto y puede que toda la vida para un bebé.

Kherson, a tan solo 200 kilómetros de Odesa, era el lugar de residencia de Arcén, una de las ciudades más castigadas de Ucrania durante la guerra.

Los ataques a la ciudad empezaron unos días más tarde que en Kiev hasta que finalmente fue ocupada por el ejército ruso. Mientras tanto, Arcén relata, que la ocupación la pasaron en los sótanos habilitados como bunkers. A veces, tenían suerte y podían salir a buscar comida o agua, pero muchas veces se quedaban allí días y días. No estaba solo, había más vecinos y ciudadanos. Todos con niños y personas mayores. Por lo que a veces algunos morían y todos tenían que esperar a que los rusos les dejaran sepultar al muerto. Podían pasar muchos días y ruegos hasta que cedían a las súplicas. Se organizaban los “corredores verdes”, pero muchos de ellos tenían demasiado miedo para salir fuera y arriesgar la vida. Así, Arcén, su madre y su hija “vivieron” alrededor de un mes, hasta que encontraron la forma de huir de Kherson hacia Odesa.

Ahora se están acostumbrando a la nueva normalidad, entre bombas, misiles y metralletas. Largas noches en los pasillos lejos de la ventana, cantando canciones y callando las batallas externas, donde para justificar el sonido del horror, a la niña, le cuentan cuentos sobre cómo alguien esta cortando el césped o sobre bonitos fuegos artificiales.

Arcén trabaja todo lo que puede, la abuela cuida de la niña y la vida sigue a pesar del horror que cargan sobre ellos desde hace ya 3 años.

Los artistas Omar Jerez y Julia Martinez junto a la poetisa Sofia Kosenko realizaron una performance en plena guerra de Ucrania mientras el ejercito de Putin lanzaba misiles en ese preciso instante llamada Vyshyvanka o barbarie.

 

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