Discos
Musicología para disfrutar
Nipper Larrañaga

Daniel Amorosi Accenti y el grupo Concerto 1700 sacan al mercado su sexto disco, , que incluye cuatro cantatas profanas, "a voz sola con violines", de Domenico (1685-1757). La parte vocal está encomendada a la soprano portuguesa Ana , un gran acierto por la calidad de su voz y su capacidad expresiva, que sin grandes alardes ni exageraciones "se te mete dentro".
Los dos violines indicados están a cargo del propio fundador y director del grupo, Daniel Pinteño y de Fumiko . Pero como en cualquier obra del barroco, hay que añadir también un bajo continuo, en este caso violonchelo ( ), clave ( ) y una alternancia de tiorba, guitarra barroca y archilaúd a cargo de Pablo .
El resultado es francamente satisfactorio y no desmiente de lo que promete Daniel Pinteño en la presentación del disco:
“Es una música maravillosa donde encontramos a un compositor como Scarlatti en estado de gracia, que posiblemente compone para el mejor cantante del siglo XVIII, como [era] Farinelli; basándose en textos del más sobresaliente poeta musical de su tiempo: Pietro Metastasio. Todo ello bajo el auspicio de la reina Bárbara de Braganza. Un personaje femenino fundamental en el devenir cultural de todo un país”.
No está de más, sin embargo, matizar que -aunque el folleto del disco y el propio Pinteño relacionan estas cantatas "de amor y desamor" con el famoso castrato
Aunque el mundo de la música históricamente informada tiende a funcionar como un tipo de música relativamente cerrado, con un público propio y relativamente especializado, como pasaba hasta no hace tantos años con la ópera, y desde hace décadas sigue ocurriendo con la música contemporánea, este es un disco perfectamente accesible a cualquier aficionado. Ciertamente no se trata de un repertorio habitual, antes al contrario son recuperaciones musicológicas de cierta dificultad que -hasta donde sé- se graban por primera vez, si bien el folleto del disco no lo indica específicamente.
Técnicamente el disco está muy trabajado y la sonoridad es muy linda, lo que sin duda contribuye al disfrute del disco, que resulta variado, presenta unas arias preciosas y nos permite descubrir una faceta de Domenico Scarlatti muy poco conocida, la de compositor de música vocal, algo en lo que es tan destacado que obliga a preguntarse por qué se ha descuidado tanto esta faceta de hijo. Probablemente se trate de Domenico era hijo de uno de los grandes compositores de ópera de su época, Alessandro Scarlatti (1660-1725), y que la fama de su padre escondió sus propios méritos. Pero aunque hay rasgos del estilo paterno en estas cantatas, entre otras cosas porque Domenico se crió en medio del 'taller' de su padre, quien componía tantas óperas que empleaba como colaboradores a sus alumnos y sin duda a su hijo, también se nota que Domenico es de otra época y tiene otras perspectivas más 'modernas'.
Y que aunque tantas veces se presente como un factor negativo el sometimiento de un compositor a su patrón, en la práctica, cuando este empleador se interesaba por la música como es el caso de Nikolaus o Bárbara de Braganza, la libertad que tenía el compositor era muy superior a la que podía disfrutar un compositor necesitado del favor del público o de diversos mecenas. Como explicaba Haydn cuando se le preguntaba por su larga estancia al servicio de los Esterhazy en comparación con sus años finales de carrera como compositor 'comercial':
"El Príncipe estaba contento con todas mis obras, recibía aprobación, podía -como director de una orquesta- hacer experimentos, observar cómo podía resaltar un efecto, y que lo debilitaba, al tiempo que iba mejorando, añadiendo, eliminando y corriendo riesgos. Se me mantenía fuera del mundo, no había nadie en mi vecindad para confundirme o molestarme en mi trabajo, y así tenía que ser original."
Sin duda Domenico Scarlatti estaba mucho menos aislado del mundo que Haydn y en la corte de Fernando VI recibía muchos estímulos desde otros países, especialmente desde Francia -por relaciones familiares del rey- e Italia, donde amplias regiones y muchas de sus principales ciudades formaban parte de la corona española. Pero la aprobación incondicional de sus patrones, especialmente de Bárbara de Braganza, fue sin duda un gran aliciente para el desarrollo de su carrera compositiva.
No es fácil para un grupo relativamente pequeño como es crear su propia productora de discos, pero aunque arriesgado, les da una libertad grande para elegir sus proyectos sin depender de políticas comerciales de grandes discográficas. Requiere un público fidelizado, pero Concerto 1700 -fundado en 2015- y su director lo han conseguido. Sólo cabe por mi parte una franca recomendación del disco.
Comentarios