Discos

Lejana presencia ... muy cercana

Montserrat Font Batallé
jueves, 2 de noviembre de 2023
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Présence lontaine. Sofya Melikyan, piano. Déodat de Séverac, En Languedoc. Ricardo Viñes, Quatre Hommages pour le piano. Maurice Ravel, Oiseaux tristes. Gabriel Fauré, Nocturne en Lab. Erik Satie. Descriptions automatiques. Federico Mompou. Scènes d´enfants. Disco compacto de 74.08 minutos grabado en diciembre de 2021 en el teatro La Baleine de Onet-le-Château (Francia). Matthew Cosgrove y Jean-Philippe Hauray, productores e ingenieros de sonido. Producción de Rubicon Classics Ltd., 2023. RCD1113
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De reciente lanzamiento por Rubicon Classics Ltd. (septiembre 2023) llega este nuevo CD en solitario de la pianista armenia Sofya Melikyan (Yereván, 1978) reconocida por sus giras en Europa, Canadá, EEUU y Australia; además de ser conocida en nuestro país por haber actuado como solista con la Orquesta Sinfónica de RTVE, las orquestas sinfónicas de Andalucía, Valencia y Córdoba, entre otras. Formada en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid (J. Soriano), la École Normale de Musique de París (Ramzi Yassa) y la Manhattan School of Music de Nueva York (como alumna de Solomon Mikowsky), Melikyan ha sido también galardonada en España con el Primer Premio Marisa Montiel (Linares), International Piano Competition (Ibiza), 15ª ed. Premio José Iturbi y María Canals entre los más destacados.

Melikyan que ya grabó músicas de Haydn, Schumann, Albéniz, Dutilleux y Khachaturian, nos presenta en este álbum músicas francesas e impresionistas muchas de ellas poco conocidas por el gran público, que bajo el lema Présence lontaine, en alusión al ensayo estético de Vladimir Jankélevitch La présence lontaine. Albéniz, Séverac, Mompou (1983) da a conocer músicas de compositores franceses (Fauré, Ravel, Séverac y Satie) o hispanos, como Viñes y Mompou, que se sintieron atraídos por el Impresionismo francés de la primera década del s. XX. El disco, que recorre prácticamente medio siglo de sonoridades francesas (y afrancesadas) exhibe un amplio abanico de recursos pianísticos, que Melikyan introduce a través de un mismo hilo conductor: los estrenos históricos del pianista leridano Ricard Viñes (1875-1943). Con gran refinamiento y sutilezas armónicas, de los más afines al lema del presente trabajo, Melikyan se hace eco de las resonancias de un París muy presente en sus músicas elegidas.

Abre el disco En Languedoc de Déodat de Séverac (1872-1921), un músico occitano impresionista poco conocido y del que esta suite en cinco movimientos con escenas evocadoras del mundo rural es un magnífico ejemplo musical. Compuesta en 1904 y estrenada por Viñes en París (Schola Cantorum, 1905), la primera escena “Vers le mas en fête” y la cuarta “Coin de cimetière, au printemps” estuvieron expresamente dedicadas al amigo del compositor Viñes. Séverac que tenía una gran estima por el intérprete (al que visitó en reiteradas ocasiones a Lérida durante su vida), estuvo estrechamente vinculado con la música hispana, especialmente a raíz de su traslado a Céret (Pirineos Orientales) desde 1910 y hasta su muerte. De esta manera, Melikyan nos conduce por un Séverac armónico, con unos tempi muy ajustados que en algunos momentos parecen literalmente suspenderse en el tiempo, al evocar con aires místicos y resonancias amplias y modales estas escenas campesinas que muy bien podrían ilustrar las telas campestres de un Millet o un Puvis de Chavannes.

Quattre Hommages pour le piano nos muestra la faceta compositiva de Viñes, en un conjunto de cuatro homenajes escritos por el propio intérprete (1924-1927) y dedicados a la memoria de Ravel, Fauré, Satie y el admirado escritor Léon-Paul Fargue con quienes Viñes mantuvo una estrecha amistad. Melikyan nos presenta estas originales páginas con aires melancólicos de resonancias muy evocadoras y sutiles, como el segundo homenaje En Verlaine mineur (à la memoire de G. Fauré) que suena prácticamente a modo de balada.

“Oiseaux tristes” de Ravel (Miroirs) estrenada por Viñes en la sala Érard (París, 1906) y dedicada al mismo intérprete evoca una articulación en figuras rápidas de gran virtuosismo y dificultad. Los pianissimi quedan del todo suspendidos en los acordes de la mano izquierda y suena una interpretación ligera y vaporosa propia del descriptivismo de los “pájaros perdidos en un bosque oscuro durante el verano…“ en palabras del mismo compositor.

Le sigue el Nocturno en Lab de Gabriel Fauré, el tercero de los tres Nocturnos op. 33 (1882), página tardorromántica que Melikyan desgrana con fraseo elegante y brillante expresividad. El dolcissimo central suena de nuevo suspendido en el tiempo, aportando una dimensión narrativa muy novedosa en el lirismo de esta obra.

Las Descriptions automatiques de Satie fueron estrenadas por Viñes el 5 de junio de 1913 de nuevo en París (Sala Érard). Satie convenció a Viñes para que las estrenara con un toque de humor y Melikyan nos presenta a un Satie complejo, no solo conocedor de este carácter efímero de su estilo tan influido por las sonoridades populares y la música de cabaret, sino también alentado por los aprendizajes de la Schola Cantorum, dónde se formó justo antes de estrenar dichas obras (1905-1912). Melikyan da a conocer una interpretación audaz, en la que brillan ostinati muy dinámicos, junto con monodias nuevamente suspendidas en el tiempo, expresadas con enorme originalidad y muy alejadas de las páginas para piano de Satie como Gymnopédies y Gnoissiènnes, más sabidas y versionadas.

Finalmente las cinco Scènes d´enfants de Mompou (1915-1918), son un claro referente del Impresionismo pianístico hispano. Estas miniaturas, escritas en plena 1ª Guerra Mundial, y de regreso a Barcelona por parte de Mompou, fueron seguramente piezas compartidas entre ambos músicos, pues tanto Viñes como Mompou compartieron sus facetas de compositores y pianistas (es más, Mompou fue uno de los pocos amigos que visitó a Viñes durante sus últimos años de vida en Barcelona…). Melikyan saca a relucir un dominio completo de la articulación, una expresividad amplia, firme en matices y del todo ajustada a las interpretaciones del propio Mompou, así como una expresividad clara, elegante y llena de brillantes armonías.

En definitiva, una apuesta por recuperar las músicas propiamente impresionistas sobradamente centenarias, todo ello contado con un hilo narrativo original, el que recorre el conocimiento de la interpretación histórica de dichas músicas; una técnica exquisita y una expresividad sublime, que vienen a poner de relieve la riqueza pianística que atesoran estas páginas francesas y afrancesadas, así como el arte pianístico de Sofya Melilyan. Un disco original, magnífico y de exquisita producción (booklet con notas de Juan Manuel Viana incluidas) que bien seguro sonará como un auténtico regalo musical a los oídos de nuestros lectores y oyentes.

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