Reportajes

Cambio climático

CII. Resuelto el enigma de la entrada fluctuante de agua cálida en el Ártico

Juan Carlos Tellechea
lunes, 4 de diciembre de 2023
Vista aérea del Ártico © 2023 by Seaice Portal Vista aérea del Ártico © 2023 by Seaice Portal
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La interacción en el ciclo meteorológico entre la alta presión de las Azores y la baja de Islandia determina significativamente la cantidad de agua cálida que el Atlántico transporta a lo largo de la costa noruega hacia el Ártico, según un nuevo estudio científico que ayuda a mejorar las predicciones sobre el destino del hielo marino de este océano, el más septentrional del planeta.

Ruta de las aguas del Atlántico hacia el mar de Barents y el océano Ártico. © 2023 by Nature Communications Earth & Environment.Ruta de las aguas del Atlántico hacia el mar de Barents y el océano Ártico. © 2023 by Nature Communications Earth & Environment.

Sin embargo, este ritmo puede desincronizarse durante varios años. Los investigadores del Instituto Alfred Wegener han encontrado ahora la explicación: Debido a unas condiciones inusuales de presión atmosférica sobre el Atlántico Norte, las zonas de baja presión se desvían de su trayectoria habitual, lo que altera el acoplamiento entre la alta de las Azores, la baja de Islandia y el viento en la costa noruega. Esta constatación es importante para afinar los modelos climáticos y predecir mejor el destino del hielo marino ártico a raíz del cambio climático.

El estado del tiempo

Las condiciones en la costa noruega suelen ser duras en invierno. El viento sopla del suroeste durante días, a veces incluso semanas. Zonas de bajas presiones empujan a lo largo de la costa. Estas bajas no solo traen consigo mucha lluvia y nieve, sino que sus vientos también influyen en la cantidad de agua cálida que el Atlántico transporta desde latitudes meridionales hasta el mar de Barents y el Océano Glacial Ártico.

Mas este flujo de agua cálida puede fluctuar. Los climatólogos quieren analizar con precisión estas fluctuaciones para utilizar sus modelos informáticos con el propósito de calcular mejor cómo cambiará la extensión del hielo marino en el Ártico en las próximas décadas. El problema: hasta la fecha, no se ha llegado a comprender del todo la causa de las fluctuaciones de las complejas corrientes de aire y oceánicas frente a las costas de Noruega y en el mar de Barents. Sin embargo, esto es importante para seguir mejorando los modelos climáticos.

Desacoplamiento temporal

Un equipo dirigido por el oceanógrafo Finn Heukamp, del Instituto Alfred Wegener, Centro Helmholtz de Investigación Polar y Marina (AWI), acaba de publicar en la revista Nature Communications Earth & Environment los resultados de un estudio en el que él y sus colegas examinaron de cerca las corrientes oceánicas a lo largo de la costa noruega hasta el mar de Barents. Se centraron en la diferencia de presión atmosférica entre la alta de las Azores y la baja de Islandia, la llamada Oscilación del Atlántico Norte (NAO), que influye en las corrientes frente a Noruega.

De especial interés fue la cuestión de por qué a veces se producen desviaciones notables de la interacción típica entre la NAO y las condiciones meteorológicas. Normalmente, la fuerza de los vientos y, por tanto, de la corriente oceánica se ve influida significativamente por la diferencia de presión atmosférica de la NAO.

Corrientes de aire

Si la NAO es fuerte, se producen fuertes corrientes de aire que empujan las zonas de baja presión hacia el norte a través del Atlántico Norte y más allá de Noruega. Si la diferencia de presión atmosférica disminuye, los vientos y las bajas también pierden impulso. Normalmente, la NAO, la trayectoria de las zonas de bajas presiones y la fuerza de las corrientes oceánicas frente a Noruega están, por tanto, estrechamente vinculadas.

Sin embargo, ya a finales de la década de 1990 se observó una disociación entre la NAO y las corrientes oceánicas en el mar de Barents, según el oceanógrafo Finn Heukamp:

El desacoplamiento inusual se produjo con mayor frecuencia en el período invernal entre 1995 y 2005. Sin embargo, la causa de estos cambios no estaba clara.

Descubrimiento

Con la ayuda de un modelo matemático oceánico que simula el Océano Ártico con muy alta resolución, los científicos han hecho ahora un descubrimiento. La causa reside, obviamente, en un cambio inusual en la trayectoria de las zonas de baja presión. Finn Heukamp ha descubierto ahora que el flujo de las zonas de bajas presiones que atraviesan Noruega de suroeste a norte se ve perturbado por fuertes zonas localizadas de altas presiones, lo que se conoce como bloqueo atmosférico. Éstas desvían de su trayectoria normal las zonas de bajas presiones que se desplazan rápidamente. En última instancia, esto también desacopla temporalmente la NAO y el flujo de agua cálida que fluye hacia el norte.

Afinar los modelos climáticos

El científico del AWI admite que:

Todavía no podemos decir con qué frecuencia se produce una situación así, por ejemplo si se repite regularmente cada varias décadas, porque los datos de medición con los que comparamos nuestro modelo oceánico solo se remontan a unos 40 años. No obstante, los resultados actuales tienen una importancia clave para la modelización del clima. Los modelos climáticos globales calculan a una escala relativamente grande. Con los resultados actuales de nuestro análisis de alta resolución para el Atlántico Norte y el Ártico, aportamos ahora un detalle importante para que la modelización climática del Ártico sea aún más precisa.

Los resultados también muestran que la NAO, las zonas de bajas presiones sobre el Atlántico y las corrientes oceánicas deben considerarse más estrechamente en el futuro. Dado que tanto el transporte de agua cálida como el movimiento de las bajas sobre el Atlántico influyen en el estado del tiempo en las latitudes medias, los resultados son también interesantes para evaluar mejor la futura situación climática y meteorológica en Europa Central.

Publicación original
Finn Ole Heukamp et al. 2023. "Cyclones Modulate the Control of the North Atlantic Oscillation on Transports into the Barents Sea". Nature Communications Earth & Environment. DOI: 10.1038/s43247-023-00985-1
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