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La 'fábrica de arias' o cómo recuperar 3.000 partituras y clasificarlas según las emociones humanas
Redacción
La
Los hallazgos de la investigación sobre las emociones y la música, y el hecho de que más del 90% de las partituras sean completamente desconocidas, se convierten en éste en uno de los proyectos musicológicos más importantes de la década. A partir de ahora, músicos, cantantes, investigadores y melómanos podrán acceder a millas de arias inéditas desde sus ordenadores o teléfonos.
El punto de partida: Descartes
La convicción de que «el fin de la música es mover los afectos humanos» (
, Compendium musicae ) ha sido un tema central en el pensamiento musical europeo desde y . La ópera se inventó para recuperar el poder de la música para mover el corazón humano, y su historia es una exploración permanente de la capacidad de la acción, las palabras y la música para transmitir emociones. De ahí su éxito como entretenimiento espectacular que, además, ha servido desde el siglo XVII como escuela de sentimientos: generaciones enteras aprendieron a amar, odiar, alegrarse y entristecerse cantando como cantaban sus héroes operísticos.En el siglo XVIII se consolidó un nuevo tipo de ópera que se relacionaba directamente con la Teoría de las pasiones humanas de Descartes; El público quería sentir las mismas pasiones que experimentaban los personajes a medida que iban cambiando en el transcurso de la acción. El elemento clave era el aria da capo , que expresaba por lo general una pasión individualizada (el amor, el odio, la alegría, la tristeza), como una píldora concentrada de sentimientos. Cuantas más arias y más variadas, mejor.
Obras de Mozart, Bach o Gluck
Con el fin de explorar de qué manera los compositores del XVIII expresaban las emociones en música, se han transcrito miles de manuscritos y analizados 200 versiones musicales compuestas sobre cinco dramas de
Metastasio (1698-1782) fue poeta imperial durante el medio siglo en Viena gracias a su talento y popularidad. Su obra literaria fue tan importante como el código napoleónico en la unificación cultural de la Europa ilustrada. Sus óperas fueron representadas en todos los rincones de Europa, y la primera, Didone abbandonata – mujer empoderada, protagonista de la ópera que da nombre al proyecto – seguía representando todavía más de 100 años después de su estreno. Autor excepcional, sus libretos fueron puestos en música, en algunos casos, con más de 100 versiones distintas por compositores como Wolfgang Amadeus Mozart, Johann Christian Bach, Christoph Willibald Gluck, Josef Myslivecek, Nicola Porpora, Leonardo Leo, Johann Adolf Hasse, Baldassarre Galuppi. , Niccolò Jommelli o Davide Perez, entre otros muchos
Historia y ciencia de datos
Las arias han sido analizadas con medios computacionales, aplicando técnicas estadísticas y de inteligencia artificial. Además de por los criterios habituales de compositor, la plataforma Didone permite buscar arias en función de la emoción expresada, el registro vocal, la instrumentación, la tonalidad, la o el cantante que la estrenó, el tempo o el compás, ampliando el conocimiento de la expresión de las emociones a través de la música en el siglo XVIII.
De acceso universal, la plataforma digital Didone supone un recurso de gran valor para investigadores interesados en cuestiones históricas y de producción (circulación de repertorio, teatros, cantantes, etc.), así como para intérpretes que quieran acercarse a un repertorio que ha permanecido oculto. en los archivos y bibliotecas desde hace casi tres siglos. Estudiosos de otras disciplinas como la psicología y las emociones podrán enriquecer la reflexión sobre la universalidad de las emociones.
También permitirá entrenar inteligencia artificial con una cantidad inteligente de datos curados por un equipo experto, en tareas como el reconocimiento óptico de partituras manuscritas, el análisis armónico o el reconocimiento de patrones musicales. La librería (código abierto) podrá extraer datos de cualquier partitura musical.
30 investigadores a lo largo de 5 años
El Proyecto Didone ha sido desarrollado por el Instituto Complutense de Ciencias Musicales (ICCMU) y el Departamento de Musicología de la Universidad Complutense de Madrid en colaboración con la Universidad Carlos III de Madrid. Bajo la dirección de como investigador principal y como directora científica, más de 30 musicólogos, filólogos y científicos de datos han llevado a cabo la investigación a lo largo de cinco años. Avalado por el Consejo Europeo de Investigación, el proyecto ha recibido una financiación de 2,5 millones de euros.
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