Musicología

Violonchelistas catalanes en el cambio de siglo

José María Rebés
martes, 13 de febrero de 2024
Pablo Casals © Dominio público. Pinterest Pablo Casals © Dominio público. Pinterest
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La llegada a Inglaterra este fin de semana de Antoni Sala me recuerda que él es uno del trío de distinguidos músicos españoles, todos ellos violonchelistas, nacidos en la provincia de Cataluña. Los otros dos son Pablo Casals y Gaspar Cassadó”.

Estas frases se publicaron en el Belfast News-Letter el 3 de abril de 1931, sin firma. No era la primera, ni la última ocasión, en la que los nombres de Sala y Casals aparecían en un mismo artículo, siempre con el recordatorio de que ambos habían nacido en Barcelona, aunque no fuera estrictamente cierto. Antoni Sala Julià nació el 1 de noviembre de 1893 en Barcelona y Pau Casals Defilló lo hico el 29 de diciembre de 1876 en El Vendrell, al sur de Barcelona. Por su parte, Gaspar Cassadó Moreu nació en Barcelona el 5 de octubre de 1897, siendo, pues, el menor de los tres. Los padres de estos excepcionales intérpretes fueron músicos: Salvador Sala -pianista y profesor de piano-, Carles Casals -pianista, organista, compositor y profesor- y Joaquim Cassadó -maestro de capilla y compositor-, lo cual, sin duda facilitó sus carreras musicales.

No fue casual la aparición de tres grandes concertistas de violonchelo catalanes en aquellos años. La tradición de los estudios del instrumento en Barcelona provenía de principios del siglo XIX, con Pau Fargas Soler (1818-1883), autodidacta como violonchelista, pero que llegó a ser profesor de ese instrumento en la escuela del Conservatorio del Gran Teatro del Liceo de Barcelona, en cuya orquesta fue el violonchelista principal. Antes lo había sido, durante dos años, del antiguo Teatro de Ópera de Valencia, pasando a la escuela del Liceo de Montesión en 1837, origen del actual Liceo de Barcelona. Uno de sus discípulos fue Josep García Jacot (1853-1912), profesor de la Escuela Municipal de Música de Barcelona (actual Conservatorio), quien a su vez tuvo como alumno a Pau Casals. Uno de los ocasionales alumnos de Pau Casals fue Gaspar Cassadó.

En aquella Escuela Municipal impartió clases uno de los más grandes profesores de violonchelo de su época: Josep Soler Ventura (1872-1946). Había sido alumno de Joan Baucís, quien impartió clases en el Conservatorio del Liceo entre 1883 y 1894. Josep Soler impartió clases en la Escuela Municipal aprovechando la vacante que había dejado Pau Casals en 1896, cuando éste fue nombrado profesor del Conservatorio del Liceo. Soler tuvo entre sus alumnos a una larga lista de grandes intérpretes: Aurora Bertrana Salazar (más conocida como escritora que como violonchelista), Josep Guinart Ortiga, Bernardino Gálvez Bellido, Rogelio Huguet Tagell, Joan Pich Santasusana, Antoni Planàs Marca, Josep Ricart Matas, Gabriel Rodó Vergés, Sants Sagrera Anglada, Antoni Sala Julià, Aurelia Sancristófol Arboix, Josep Trotta Millán y Josep Valls Royo.

Pieza enlazada

Así pues, el núcleo de profesores de la Escuela Municipal de Música de Barcelona y del Conservatorio del Liceo crearon la escuela catalana de violonchelo del siglo XX. Algunos de ellos son también recordados como compositores, como Pau Casals, Joan Pich, Rogelio Huguet, Antoni Planàs, Josep Valls y Gaspar Cassadó. También lo fue Pau Fargas, en este caso de música religiosa.

Es bien sabido que Pau Casals destapó la importancia musical de las obras para ese instrumento solista de Johann Sebastian Bach, unas piezas que se usaban hasta entonces básicamente como estudios de ejecución y que nunca traspasaban el umbral de las clases de violonchelo. De hecho, si repasamos la lista de obras interpretadas en las salas de conciertos por violonchelistas, como solistas, encontramos un repertorio relativamente corto y siempre, o prácticamente siempre, con acompañamiento de piano. Para hacernos una idea del repertorio habitual, lo ilustraré con la lista de obras que el joven Antoni Sala tenía en repertorio en 1912:

Sonatas de: Valentini; Locatelli; Veracini; 3ª de Beethoven; 1ª, 2ª y 4ª de Marcello; Richard Strauss; Grieg; Porpora; Galliard; de Hervelois; 1ª, 2ª y 3ª de Bach; Cervetto; Visconti; Breval; Fresh; Eceles; 1ª, 2ª y 3ª de Tricklir; Duport; Birkenstock; Lalo; 1ª y 6ª de Boccherini; Händel; Haydn; y Loeillet.
Conciertos de: Saint-Saëns; Dvořák; Haydn (el único que se conocía en aquella época); Schumann; Tartini; C.P.E. Bach; y el 3º de Boccherini.
Piezas diversas: Suite de Bach; Suite de Zipoli; Variaciones Sinfónicas de Böelmann; Romanza de Richard Strauss; Romanza I y II de Becker; Élégie, Papillon y Sicilienne de Fauré; Aria de Bach; Romanza de Vargues; Allegro appassionato y Le Cygne de Saint-Saëns; Kol Nidrei de Bruch; Playera y Zapateado de Sarasate; Bolero de Rubio; Réverie y Chant du Soir de Schumann; L’amour fait pleurer de Bernard; Nocturn de Chopin; Air de Huré; Réverie de Lamote de Grignon; Berceuse III de Moszkowski; La Fileuse de Dunkler; Sur le lac y Berceuse de Godard; Tarantel·la, Vito, Mazurca y Rapsòdia de Popper; el 1º y el 2º compendio de De Caiy d’Hervelois (trece piezas); Largo de Händel; y Nocturn y Springbrunnen de Davidoff.

Con el tiempo fue incorporando otras muchas obras a su repertorio, hasta llegar al punto culminante de su carrera con el estreno y grabación de la Sonata para violonchelo y piano (1923) de John Ireland, con el compositor al piano. Pero sirva el listado para comprobar la ausencia de obras de compositores españoles. Ciertamente hay muy poca literatura para el violonchelo en el primer cuarto del siglo XX, y algunas de las obras que actualmente se continúan interpretando no son sino transcripciones de obras para otros instrumentos, incluidas obras para orquesta. 

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