Reino Unido
Pappano, su nueva orquesta y un concierto redondo
Agustín Blanco Bazán
“Más bien vital, liviano,
alegre” instruyó desde su lecho de muerte la genial veinteañera Lili Boulanger para
esta energética visión de primavera de cinco minutos de duración. Y al frente
de la orquesta de la cual será titular a partir de este otoño, Antonio Pappano
respondió con inspirada claridad y dinamismo, desde el vigoroso tema inicial
que fulgura a través de todos los grupos orquestales, hasta los mas lúgubres
pasajes que siguen como contraste, marcados por clarinete y fagot alternados
con sugestivos solos de violín y chelo. Agilidad y diferenciación de contraste
caracterizaron un final que director y orquesta marcaron con detallada
variación cromática.
Con similar vitalidad
atacó Pappano el Allegro molto del Concierto
para violín de Barber, mientras la genial Janine Jansen hacía honor a la
instrucción de moderato con el primer
tema principal ejecutado con sobrio lirismo. En el Andante central, Jansen exploró cromatismos y dinámicas con una
espontaneidad que permitió al público desentenderse de la admiración por una
técnica prodigiosa para concentrarse en la expresividad poética de la obra. Y
también en el moto perpetuo del
tercer movimiento logró Jansen que más que admirar su virtuosismo el público
pudiera entregarse a la brillantez y vertiginosidad de una coda que pareció
salir como un suspiro. Jansen cerró la primera parte con el Nocturno de
Lili Boulanger, ejecutado con el delicadísimo fraseo que le permitió el aireado
acompañamiento de piano del director de orquesta.
El paso de la titularidad
musical del Covent Garden a la de la Sinfónica de Londres implica para Pappano
un enorme salto de su rutina operística a un mundo sinfónico que podrá explorar
más asiduamente. No es que no sea ya un excelente director de obras de
Beethoven, Mahler o Strauss, sino que seguramente el trabajo en común con una
de las destacadas orquestas británicas le permitirá refinar sus
interpretaciones del repertorio clásico y tal vez incursionar en terrenos menos
frecuentes como, por ejemplo, el de la Segunda escuela vienesa.
Para el cierre de este
concierto, Pappano eligió la Segunda de Rachmaninov, una obra que le es
familiar y que permitió acreditar su talento en una gran versión al frente de
la Staatskapelle Dresden, que recomiendo escuchar en YouTube. La Sinfónica de
Londres no le fue atrás, aún cuando en este caso tuvo que luchar con una circunstancia
sonora diferente a la de la gloriosa acústica de la Semperoper. La del Barbican
es seca y el volumen tiende a salir en forte,
lo cual en este caso dificultó una labor de cualquier manera descollante
La de Pappano fue una
versión enfatizada con tiempos más bien rápidos, ya perceptibles en una
introducción donde las frases de chelos y contrabajos, unísonas pero bien
diferenciadas, empujaron con premura una brillante entrada de metales. A partir
de allí el primer movimiento fue desarrollado con claridad a través de
dinámicas siempre bien graduadas y efectivos contrastes de luz y sombras y una
coda en implacable progreso al tormentoso mi menor de la conclusión. El Allegro molto del segundo movimiento fue
de una agitación nunca excesiva sino más bien parsimoniosamente marcada y clara
en las secciones de contrapunto, y en el tercero, el lirismo de las cuerdas en
contraste con las frases de clarinete fue de rara combinación de calma y
expresividad. En el Allegro vivace final, Pappano coronó esta
maravillosa construcción sinfónica post romántica como un gran fresco
integrativo de todos los elementos esenciales de los movimientos anteriores.
El final fue simplemente
arrebatador. La coda comenzó con una reafirmación del coral de metales del
final del segundo movimiento en un fortissimo
que inevitablemente salió algo estridente por las limitaciones de la sala. Pero
cualquier problema acústico pareció quedar atrás frente al inspirado pathos
de los últimos acordes. Porque a veces las interpretaciones antológicas logran
arrasar con pruritos o aspiraciones de perfección circunstancial a la esencia
de una obra de arte genuina.
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