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Reichenau, Insel der Geheimnisse

Juan Carlos Tellechea
jueves, 25 de abril de 2024
Reichenau – Insel der Geheimnisse © 2024 by Bonifatius Verlag Reichenau – Insel der Geheimnisse © 2024 by Bonifatius Verlag
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La pluma de la laureada escritora Dra Tanja Kinkel atrapa al lector en un santiamén cuando este se deja llevar por sus apasionantes novelas históricas. La hipnosis perdura más allá de lo que se tarda en repasar esas intensas e interesantes páginas de ficción con trasfondo real que reune en sus libros.

Con motivo de celebrarse el 1300º aniversario de la abadía benedictina de la isla de Reichenau, en el lago de Constanza, la Dra Kinkel ha coeditado una recopilación de relatos titulada Reichenau, Insel der Geheimnisse (Reichenau, isla de los secretos), publicada por la editorial Bonifatius, de Paderborn.*

Vida contemplativa rodeada de misteriosos asesinatos, corrupción, abuso de poder, explotación de la ignorancia de los más pobres, falsificaciones de documentos, enriquecimiento desmedido y vida lujosa, violando el juramento de pobreza (¿y castidad?), son algunas de las revelaciones que mantienen la tensión del libro y en vilo al lector. Sería la Orden del Císter, dos siglos más tarde, la encargada de restaurar a partir de 910 el deteriorado espíritu original de la Orden de San Benito.

El Museo Estatal Arqueológico de Baden-Württemberg, con asiento en la ciudad de Constanza, a orillas del lago del mismo nombre, y el propio cenobio realizan entre el 20 de abril y el 20 octubre una gran exposición en la que serán exhibidos los importantes códices del famoso scriptorium de Reichenau.

Historia

En el año 724, cuando el mítico monje nómada Pirmino, bajo la protección de Carlos Martel, fundó ese monasterio, las guerras y la desintegración del Imperio Romano predominaban por doquier. Lo que quedaba del Imperio estaba en beligerancia con los árabes; los árabes luchaban entre sí (moría entonces el noveno califa omeya Yazid II); los reinos francos de Europa Occidental batallaban de todas formas unos contra otros, y el legado civil de los romanos hacía tiempo que había desaparecido. Ni los caminos fortificados ni las relaciones comerciales regulares ni la moneda única común de los romanos sobrevivieron a esa caótica época.

Al mismo tiempo, fue aquel un momento de nuevos comienzos, a menudo impulsados por monjes viajeros, como Bonifacio de Maguncia, quien fundó la primera iglesia (después monasterio) en Fritzlar (724), así como en Fulda (742). De Bonifacio, nacido en Crediton (condado de Devon) se sabe que era anglosajón.

Pero de Pirmino, en cambio, se desconoce su origen. Al parecer venía huyendo de los moros que habían invadido a la España visigoda desde 710-712 y acompañaba a Martel. Este príncipe y jefe militar de los francos lo envió a reconstruir la abadía de Disentis (cantón de los Grisones, Suiza), en el trayecto del célebre tren alpino Glacier Express.

Origen

Diversas teorías estiman que Pirmino era oriundo o bien de Irlanda o de París o del suroeste de la Galia o de Aragón; se cree que pudo haber sido un hispano de origen visigodo, fuertemente influido por el cristianismo celta y por la figura de Amando de Maastricht. En fin, que poco se sabe con certeza de él, lo que le convierte en una interesante y legendaria figura.

Pirmino no permaneció allí mucho tiempo. Disputas por cuestiones políticas con uno de los nobles francos, el duque alamán Santfrid I (Nebi), fueron la causa de su destierro en Alsacia (727), desde donde continuó fundando muchos monasterios más.

Sin embargo, la abadía de Reichenau continuó creciendo y floreciendo. Solo tres generaciones después, en tiempos de Carlomagno (nieto de Carlos Martel), el monasterio insular era uno de los más importantes del Imperio carolingio. Los libros que se crearon en su célebre scriptorium pueden admirarse hoy en los museos. Los frescos de los muros de las iglesias que se conservan en la isla muestran imágenes tan vívidas, que parece como si los pintores hubieran desmontado ayer sus andamios.

Obediencia al emperador y al papa

Por supuesto, había razones para su prominente posición. El monasterio benedictino de Reichenau y su abad no estaban sujetos a la diócesis de Constanza, sino, como abadía imperial, solo al emperador y al papa (León III). A medida que se incrementaba el número de tierras que pasaban a ser propiedad de la abadía, también aumentaba el poder de los abades como príncipes; de qué lado estaban podía ser decisivo para quien estuviera en el trono imperial.

En los 13 siglos transcurridos desde la fundación de la abadía de Reichenau, ésta ha sido a menudo un lugar clave y espejo de los acontecimientos mundiales. Fue y es todavía hoy fuente de historias. Hubo personas que rieron, lloraron, sufrieron, lucharon y amaron en la "isla bendita", como la llamaban sus monjes, y en torno a ella.

Entre estas figuras se encuentran los campesinos y pescadores que trabajaban para el monasterio, y a los que Iny Lorentz y Heidi Rehn sitúan en el centro de sus historias. Cualquiera que vea hoy los viñedos y huertos de Reichenau, que siguen constituyendo la riqueza de la isla, puede imaginarse fácilmente lo codiciadas que eran estas fértiles tierras... y lo controvertidas que resultaban. A menudo, los agricultores y pescadores solo aparecen como nombres en los libros de cuentas, aunque 1300 años no habrían sido posibles sin ellos. Dos de nuestros autores pintan un cuadro de los destinos detrás de estos nombres.

San Galo

Por supuesto, la historia de Reichenau también incluye enfrentamientos con sus vecinos. La abadía de San Galo, que tiene aproximadamente la misma edad que Reichenau y fue construida sobre la base de un diseño de esta última, rivalizó durante largo tiempo con la "isla bendita" hasta que finalmente la superó. En su relato Morcheln im Winter und der sehr große Fisch (Colmenillas en invierno y el pez muy grande), la periodista y escritora de novelas históricas Sabine Ebert cuenta con ironía una anécdota de los años de competencia por la erudición y el prestigio que le transmitió uno de los propios participantes: el mítico monje y lingüista Notker Labeo.

Mientras que la historia de Sabine Ebert se sitúa en un siglo de prosperidad para ambas abadías, el relato breve de Carmen Mayer sobre la Guerra de los pescadores de Constanza data de una época de decadencia; la disputa entre la abadía y los ciudadanos de esta ciudad exigía sacrificios humanos, y la escritora sitúa a estas personas en el centro de la historia.

Los 1300 años de Reichenau también incluyen a visitantes del extranjero que vivieron momentos fatídicos en Reichenau, como la emperatriz Ricarda de Andlau y su marido Carlos III, el Gordo en la historia de Heidrun Hurst. La tumba de Carlos III se encuentra aún hoy en la iglesia abacial de Santa María y San Marcos de la isla. Pero la historia del escándalo que acabó con el matrimonio de Ricarda de Andlau y Carlos III el Gordo, de la decisión que tuvo que tomar Ricarda, cayó en el olvido durante mucho tiempo, al igual que los últimos carolingios, y hoy vuelve a revivir aquí.

Sin embargo, ni mucho menos todos los visitantes ocupaban una posición tan elevada como la de Ricarda de Andlau. A menudo eran miembros de otros monasterios, como la inteligente y astuta monja Adelinde de Buchau en la historia de Carmen Mayer, que también consigue descubrir uno de los oscuros secretos del monasterio durante su estancia: los asesinatos no de uno, sino de dos abades en rápida sucesión.

Y, por último, son los propios monjes los que se van conociendo en las historias: religiosos como el legendario Hermann Contractus, el Stephen Hawking de la Edad Media, un inventor, matemático y poeta cuyo audaz espíritu estaba atado a un cuerpo gravemente discapacitado de por vida. Caren Benedikt escribe sobre él. De un calibre completamente distinto es Udalrich von Dapfen, el abad durante cuyo mandato el scriptorium de Reichenau produjo increíbles falsificaciones. La historia que cuenta Juliane Stadler esclarece al lector sobre en qué consistían esos fraudes (verbigracia títulos de propiedad) y por qué de repente se hicieron (por dinero) tan necesarios para Reichenau.

Hablando de abades: el abad más poderoso en la larga historia de Reichenau fue sin duda Hatto (I y III, según se le cuente como abad o como arzobispo de Maguncia), que a veces incluso reinó sobre el emperador niño Luis IV de Alemania. Reichenau sin los legados de Hatto, como la iglesia de San Jorge en Oberzell, sería impensable. Pero, ¿fue esta acumulación de poder también buena para la isla - y para Hatto? Esta es la cuestión que aborda la Dra Tanja Kinkel en su relato Confiteor, ambientado en su última visita a Reichenau, e incluido en esta recopilación.

Si Hatto era el más poderoso de todos los abades, no cabe duda de quién era considerado el más patético de todos los superiores del monasterio de la isla: el último abad imperial, Markus von Knöringen (muerto en 1540). Incluso en la época tardía del monasterio, hubo aún varios intentos comprometidos de reforma para devolver a la comunidad insular su antigua grandeza. Markus von Knöringen es responsable de que finalmente fracasaran. Desde la perspectiva del prior Georg Dietz, uno de los monjes que se interpusieron en el camino del Knöringer, la escritora lo describe a él y al fin de Reichenau como monasterio independiente en su otra narración del mismo volumen, titulada Exorcismo.

Pero aunque a partir de entonces Reichenau fue un monasterio entre muchos como parte de la diócesis de Constanza, dirigido por solo unos pocos monjes en constante cambio, su legado permanece hasta nuestros días. Cuando se visita hoy la isla, se puede oír el eco de todas las voces a lo largo de los siglos: abades, monjes y monjas (en el canto gregoriano), viticultores y pescadores y emperatrices, todos se sintieron irresistiblemente atraídos por la isla del lago de Constanza, y en las historias reunidas en este libro se han seguido algunos de sus pasos.

Notas

Tanja Kinkel, Caren Benedikt, Sabine Ebert, Heidrun Hurst, Iny Lorentz, Carmen Mayer, Heidi Rehn & Juliane Stadler, «Reichenau – Insel der Geheimnisse. Historische Geschichten aus 1300 Jahren», Paderborn: Bonifatius Verlag, 2024, 224 Seiten. ISBN 978-3-98790-037-2. Paperback 18€

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