España - Galicia
Nono 2024Variaciones sobre un Nono y un suspiro
Xoán M. Carreira

Cualquier actuación de -Francisco Contreras Molina- garantiza reflexiones inesperadas y emociones intensas. Que, en su recital en el angosto hall de la Fundación Luis Seoane, se vieron potenciadas por la agobiante cercanía de un público agolpado en la escalinata de espaldas al artista, que solo podía ser contemplado frontalmente por las autoridades, invitados VIP y algunos discapacitados que precisaban de un asiento estándar.
Por cierto, el salón de actos de la Fundación Luis Seoane tiene un aforo de 110 personas, con una acústica considerablemente mejor que la del hall, y es más confortable que el mismo, si bien no ofrece tanta visibilidad de las autoridades e invitados VIP como el hall en que tuvo lugar la actuación de Niño de Elche.
Ciertamente inesperada fue la participación de un artista actual y heterodoxo en Resis, un festival académico, elitista, ortodoxo y 'viejuno', proclamado por la Alcaldesa de A Coruña, en la tanda de discursos políticos que siguieron al recital, como "el único festival de música contemporánea que se celebra en España".
Y entonces, su nueva creación, lleva el subtítulo de "variaciones canónicas sobre Luigi Nono", Niño de Elche se ajusta a esa convención y, desde una mirada superficial, se atiene a la ortodoxia académica esperable de Resis. Las referencias históricas son el universo sonoro de Luigi , las especulaciones fonéticas y de vocalidad de , , Meredith , Llorenç , o Pierre , que Niño de Elche contempla desde las singulares prácticas performativas de Cathy y también desde la historia de la vocalidad del flamenco con referencias muy claras a Don Antonio (Malagueña Las campanas del convento), Rafael Romero ' ' (La Caña) y Enrique (Seguidiyas Mírame a los ojos), comprimidas por Niño de Elche en células sonoras que crean un paisaje emocional, independientemente de que se reconozcan estas citas concretas u otras muchas que salpicaron los 32 minutos de la improvisación de Niño de Elche.
La técnica vocal de Niño de Elche no es la de Berberian (o , o ), quienes parten de las convenciones de la técnica clásica de canto. Niño de Elche es un cantaor flamenco de casta que parece haber heredado de Chacón y de Morente la capacidad de modular a su antojo su color vocal y ponerlo al servicio de cada situación musical y emocional. Habilidad de la que hizo gala en modo virtuoso Niño de Elche al inicio de su intervención fundiendo su voz con la electrónica y consiguiendo que los asistentes tardásemos unos instantes en asumir que ya estaba cantando.
Desde entonces y hasta el final del concierto, fuera envuelto por la electrónica de Miguel o como envolvente de la misma, asistimos a un torrente de canto que mutaba desde el ppp hasta el ffff, de los suspiros a los gritos (hubo espectadores que se taparon los oídos abrumados por la intensidad), de la impotencia a la asertividad. El canto se vió reforzado por un hábil uso de la cavidad bucal y de la posición y movimientos del micrófono, casi un instrumento más.
Todo este arsenal de recursos convencionales tanto de la música académica de los años 1960 y 1970 como de las tradiciones interpretativas del flamenco fue utilizado por Niño de Elche como lo que son, piezas icónicas del museo de la música que Niño de Elche ha analizado, diseccionado, y muestreado para construir desde ahí una obra maestra de arte actual en la cual la añoranza y la nostalgia han dejado lugar a una tan heterodoxa como poderosa reflexión en tiempo presente sobre nosotros y nuestra actualidad, que lo erige en obra maestra.
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