Alemania

Helge Schneider, muy buen jazz y payasadas

Juan Carlos Tellechea
miércoles, 22 de mayo de 2024
Helge Schneider © 2024 by Spinatwachtel Helge Schneider © 2024 by Spinatwachtel
Düsseldorf, viernes, 10 de mayo de 2024. Gran sala auditorio Mendelssohn de la Tonhalle de Düsseldorf. Helge Schneider, Katzeklo auf Räder (Bandeja de arena rodante para gatos). Helge Schneider y su trío en gira europea. Helge Schneider (piano, trompeta, saxofón, vibráfono y percusión), Alessandro Sampietro (guitarra eléctrica), Reinhard Glöder (contrabajo), Willy Ketzer (batería). Extras: Sergej Gleithmann (violín, danza expresionista y yoga), un portero o mozo de pista de circo (encargado de servir té de menta). Música de Duke Ellington, Ralf Rainger, Charlie Parker y Helge Schneider, entre otros. 100% del aforo
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El célebre cómico y multiinstrumentista Helge Schneider fascinó una vez más esta tarde al público de la Tonhalle de Düsseldorf con su popular e hilarante espectáculo Katzeklo auf Räder (Bandeja sanitaria rodante para gatos), que durante casi tres horas ofrece una más que saludable y espontánea risoterapia, así como una vibrante jam session de excelente jazz al frente de su trío.

Schneider, quien será galardonado este año con el Premio Barón de Münchhausen, por su singular forma de contar historias ilusorias con muy buen humor, es un fenómeno artístico con enorme poder de convocatoria; atrae a miles de espectadores de todas las edades y condiciones sociales a sus representaciones en Alemania, Austria y Suiza.

El gran auditorio Mendelssohn de la Tonhalle estaba abarrotado de asistentes este viernes, como pocas veces se ve por aquí. El recinto se convirtió así en la sala de estar de una gigantesca familia de más de un millar de miembros que recibe a un excelente amigo en su hogar. "¡Pobres y ricos juntos!", "¡superpúblico!", filosofa Schneider alegremente durante la actuación. Helge Schneider no se toma nada en serio. Sabe hacer desternillarse de la risa a la audiencia, pero, sobre todo, sabe reírse elegantemente de sí mismo.

Amor por la música

Los asistentes guardan el más absoluto silencio cuando Schneider toca con gran virtuosismo sus variados instrumentos musicales. Aprendió a tocar el piano y el violonchelo desde muy joven, pero amplió su acervo de forma autodidacta y con mucho amor por la música a lo largo de las décadas. Esta tarde lo vemos ante el teclado o con trompeta, saxofones, vibráfono, maracas, güiro, flauta de pan... Desde hace muchos años compone música y es letrista.

La platea entera estalló en carcajadas, ovaciones y gritos de aprobación al término de la función. El gran éxito de la carrera de casi medio siglo de Schneider radica no solo en la diversión que prodiga con sus bufonadas, sino en su gran sinceridad como artista y como persona, algo que no se le escapa a las plateas cuando presencian sus maravillosas presentaciones, sean en teatros, salas de concierto, estadios o circos (hace poco estuvo con su conjunto en el legendario Circo Krone de Múnich, donde colmó de público hasta la bandera su monumental edificio).

El humor

En la presente e intensa gira por Alemania, Helge Schneider viene acompañado por el guitarrista Sandro Giampietro, el contrabajista Reinhard Glöder y el baterista Willy Ketzer, así como por los artistas Sergej Gleitmann (violín, yoga y danza expresionista) y Bodo Oesterling, quien vestido de portero y mozo de pista de circo, hace de mayordomo y le sirve té de menta (sic) durante la actuación.

La tournée continuará en 2025 por Viena, Graz, Linz, Zúrich. Berna, Lucerna y Basilea, entre otras muchas ciudades. Los seis artistas se conocen y trabajan juntos desde hace décadas. Glöder y Gleitmann son casi octogenarios. Helge Schneider reconoce haber aprendido mucho en su juventud, observando a la gente de la tercera edad. En recientes declaraciones a la prensa afirmaba que:

Me gusta trabajar con personas que normalmente se pudren en una residencia de ancianos.

Schneider, admirador de España e Iberoamérica, es uno de los grandes cultivadores de la risa (tan necesaria en estos duros tiempos), sabedor de que es una de las expresiones más poderosas del ser humano, liberadora de su negatividad interior e insufladora de pensamientos positivos, benéficos para la salud física y mental, como constatara Sigmund Freud, padre del psicoanálisis, a comienzos del siglo XX.

Repertorio

Las canciones y melodías se suceden en un interminable collar de cuentas durante la presentación. Helge Schneider sabe hacer de todo. Es un cautivante animador, músico y director de orquesta. Tiene un enorme dominio de la escena. Parodia a otros artistas famosos; toca obras de Duke Ellington o se convierte en trompetista mexicano, mientras Gleitmann anda por el espacio escénico con poncho multicolor y sombrero de mariachi. Es extraordinaria su habilidad para meter en un santiamén al espectador en su mundo fantástico.

Sus artistas le apoyan en las más disparatadas ocurrencias y payasadas. Le quita (dizque inadvertidamente) la peluca al calvo guitarrista Giampietro y la platea entera rueda por el suelo de la risa. Sergej Gleitmann toca el violín con una chirriante desafinación imposible de escuchar, mientras Schneider al piano (de estilo barroco, laqueado de blanco) y el trío siguen su concierto de jazz (y bossa nova) como la cosa más natural del mundo, ante la hilaridad y aplausos de la multitud.

Coro del público

Sus canciones más recientes tienen títulos en inglés. Quiere caerle bien a sus "hijos más pequeños", sostiene con una sonrisa. Pero las letras siguen estando en alemán, añade. Uno de los títulos es Love on the couch, abreviado "LOTC", que canta sobre las cosas más diversas y triviales que se le puedan imaginar al espectador: cacahuetes, mantas de lana y hasta los más inverosímiles cursos de la Universidad Popular como "tejer sin aguja, hornear sin horno o... follar sin mujer".

Con dos saxofones (un bajo y un tenor en si) ejecuta sucesivamente dos intervenciones solistas maravillosas y muy aplaudidas; una de ellas, Easy Living, de Ralph Rainger, seguida por su propia versión de la canción folclórica alemana la Boda de los pájaros, en la que el urogallo confía demasiado en el desprestigiado e impuntual Ferrocarril de Alemania (Deutsche Bahn), y el ganso nival de Norteamérica tiene al final el viaje más largo; todo acompañado por el solícito público, cantando a coro, Fiderálalá, Fiderálalá, Fiderálalá, Lalálalá.

 Premio Barón de Münchhausen

Laureado ya con innumerables distinciones, Helge Schneider se enteraba pocas horas antes de entrar al escenario en la Tonhalle de que será galardonado el próximo 31 de octubre con el Premio (bienal) Münchhausen que otorga la ciudad de Bodenwerder (Baja Sajonia), a orillas del río Weser, donde nació y murió el legendario Barón de Münchhausen, más conocido como el "Barón mentiroso". Entre las destacadas personalidades de la literatura, el teatro, el cine y la televisión que recibieron el Premio anteriormente figura el escritor Efraim Kishon. El discurso laudatorio será pronunciado por el ganador del Premio en 2022, el también destacado cabaretero Andreas Rebers.

Fundamentación

El concejo municipal de la ciudad de Bodenwerder decidió concederle el Premio a Helge Schneider:

porque continúa la tradición de contar historias y entrelazar fantasía y realidad de forma innovadora y contemporánea con su humor único, a veces absurdo, y su forma de arte creativo.

Schneider, quien además de músico es escritor, cineasta, director teatral, actor, cabaretero, parodista y animador, se dio a conocer desde mediados de la década de 1970 por sus actuaciones en las que combina payasadas y parodias con música de jazz.

La improvisación es un elemento clave de su trabajo, desdibuja regularmente los límites entre realidad y ficción, lo que encaja perfectamente con el espíritu del Premio Münchhausen. Su obra artística es un homenaje único a lo fantástico; con su singular habilidad para hacer malabarismos entre las esferas de la realidad y la fantasía absurda, transporta a su público a un mundo en el que todo es posible, desde los números musicales hasta los cómicos ideados espontáneamente.
Además, su talento para meterse en situaciones peliagudas -a veces incluso montando a caballo- y salir de ellas con gran creatividad no tiene nada que envidiar al espíritu de las aventuras del famoso barón. Por cierto, esto se aplica no solo a sus contribuciones habladas y a sus letras, sino también a su forma única de interpretar, improvisar y celebrar la música de jazz. Helge Schneider es, por tanto, el maestro moderno del 'Münchhausentum' (Münchhausenismo) y sin duda merece este magnífico honor. 

Amén. ¡Enhorabuena Helge!

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