Austria

Las Cuatro Estaciones ante la tumba de VIvaldi

Juan Carlos Tellechea
jueves, 18 de julio de 2024
Dimitris Karakantas y Ensemble 1756 © 2024 by Orchester 1756 Dimitris Karakantas y Ensemble 1756 © 2024 by Orchester 1756
Viena, lunes, 1 de julio de 2024. Gran auditorio de la iglesia de San Carlos Borromeo en Viena (nave central y altar mayor). Violín (barroco) y dirección Dimitris Karakantas. Orquesta “Ensemble 1756” con instrumentos históricos.Francesco Xaverio Geminiani (1687, Lucca – 1762, Dublin), Concerto Grosso según Corelli, op 5 nº 12 en re menor “La Folia”. Antonio Vivaldi (1678, Venecia – 1741, Viena), Concerto I “La primavera” op 8 nº 1, Concerto II “L'estate” op 8 nº 2, Concerto III “L'autunno” op 8 nº 3, Concerto IV “L'inverno” op 8 nº 4. 100% del aforo.
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Los bancos y los asientos adicionales colocados junto a aquellos en la nave central de la monumental iglesia de San Carlos Borromeo de Viena estaban todos ocupados. Más público vienés que turístico se había congregado aquí en esta calurosa tarde estival para escuchar un singular programa del célebre Ensemble 1756, bajo la égida del primer violinista Dimitris Karakantas.

El conjunto, más bien esbelto y fundado en Salzburgo en 2006 por el director de orquesta y clavista Konstantin Hiller, toca instrumentos históricos originales (cuerdas de tripa incluidas) y se ocupa ampliamente de la estilística y la retórica de la música de los siglos XVII y XVIII.

Tricentenario

Desde 2014, Dimitris Karakantas, quien toca un Paolo Antonio Testore de 1757, ha contribuido al desarrollo ulterior del Ensemble 1756 como concertino, solista y director de las representaciones de Las cuatro estaciones de Antonio Vivaldi, ejerciendo además un fuerte poder mágico con su instrumento sobre la platea. De esta obra de Vivaldi se están cumpliendo en estos meses 300 años de su creación (tal vez entre 1721 y 1724) y publicación en 1725.

Histórico sitio

Precisamente en este lugar falleció y fue enterrado Vivaldi en 1741 a los pocos meses de haber llegado a esta capital del entonces Sacro Imperio Romano Germánico. En el predio que ocupa la iglesia se erigía en aquellos tiempos el hospital público donde el empobrecido músico y compositor fue tratado por una septicemia.

En la Karlsplatz (en honor al emperador y mecenas Carlos VI de Habsburgo), que se extiende delante de este templo de estilo barroco, se encuentra asimismo el edificio central de la Universidad Técnica de Viena, sobre cuya fachada una placa recordatoria evoca que aquí fueron inhumados los restos mortales de Vivaldi.

Francesco Geminiani

El precioso recital fue abierto por una joya, el Concerto Grosso según Corelli op 5 nº 12 en re menor “La Folia” del gran violinista y compositor Francesco Xaverio Geminiani. La reputación de Geminiani siempre se ha visto eclipsada por la de Arcangelo Corelli, de quien fue alumno (también lo fue de Alessandro Scarlatti), así como por la de Vivaldi y Georg Friedrich Händel. De este último Geminiani fue amigo y a menudo lo acompañaba al clave.

Sin embargo, Francesco Xaverio Geminiani, el primer italiano en iniciarse en la masonería, fue uno de los mejores violinistas de su época y escribió numerosas piezas valiosas y originales. Sus contemporáneos alababan siempre el "arte armónico" de Geminiani. El musicólogo e historiador Sir John Hawkins describía su modulación como innovadora, ya que Geminiani ignoraba por completo las reglas habituales de transición de una tonalidad a otra; en su modulación armónica, como se puede observar y escuchar en numerosos ejemplos de su obra, los acordes cromáticos se funden unos con otros.

Locura

Dicho sea de paso, el término folia (o follia) es de origen portugués y designa un baile o cuadro musical en compás de tres por cuatro, que se originó a finales del siglo XV. La palabra en sí significa "loco" o "tonto" y se utilizaba para describir un baile muy rápido, extremadamente bullicioso y ruidoso en el que los participantes parecían haber "perdido la cabeza" literalmente.

Al decir del erudito Sebastián de Covarruvias y Orozco, en un artículo de su Tesoro de la lengua castellana o española de 1611:

Es cierta danza portuguesa ruidosa en la que toman parte muchas personas con sonajas y otros instrumentos, así como algunos ganapanes enmascarados que llevan a hombros muchachos disfrazados de doncellas. A veces forman un círculo con los brazos extendidos, bailando y tañendo las sonajas. El ruido es tan fuerte y la música tan rápida que todos parecen enloquecer. El baile recibió el nombre de folia por la palabra toscana folle, que significa vano, tonto, fuera de sí, sin cabeza.

A finales del siglo XVII se desarrolló una nueva forma, más lenta, que desplazaba el énfasis del primer compás a uno de cada dos y alteraba ligeramente la estructura armónica para formar la simetría perfecta utilizada por Corelli y Vivaldi. El ejemplo más antiguo de esta forma de La Folia es la pieza Air des hautbois de Jean-Baptiste Lully, de 1672, pero fue Corelli quien la utilizó como duodécima y última sonata de su op 5, que inspiró tantas variaciones posteriores de muchos compositores, entre ellos Francesco Geminiani.

Interpretación

El Ensemble 1756 (por la histórica fecha límite entre el período del Barroco y el clásico), interpretó maravillosamente esta tarde el Concerto Grosso (según Corelli), op 5 nº 12 en re menor "La Folia" de Geminiani. Había energía en la ejecución, un movimiento levitante, navegante y edificante en lo que ya es un tema animado y extrovertido que pone de relieve las habilidades y la capacidad interpretativa de los integrantes (y especialistas) del conjunto musical.

El original grupo, con sede en esta misma iglesia de San Carlos Borromeo, ha desenterrado muchos tesoros interesantes en sus 18 años de historia, pero cuando se trata de los Concerti Grossi de Francesco Geminiani, hay unanimidad en considerarlo uno de los compositores más importantes de su tiempo.

Peculiaridades

Su estilo muy personal, su versatilidad, las armonías especiales y las instrucciones técnicas e interpretativas que dejó tras de sí hicieron del estudio de sus obras un reto particular. Geminiani, que hizo carrera principalmente en Gran Bretaña, reelaboró y coloreó posteriormente muchas de sus composiciones de una manera muy sofisticada.

Sus originales ideas musicales e instrumentales, su enfoque creativo y poco ortodoxo del género del concerto grosso, su quintaesencia, hacen de él un excéntrico detrás del cual Corelli o Händel parecen pálidos, en comparación.

En 1726/1727 Geminiani publicó dos movimientos de los Concerti Grossi, arreglados a partir del op 5 de Corelli, que por supuesto incluía “La Folia”. La interpretación de Geminiani conserva casi por completo la virtuosa parte de violín de su maestro, pero añade una segunda parte de violín solista de una manera ingeniosa: toda la obra está moldeada por el contraste entre el tutti y el solo.

Algo más de historia

Geminiani vivió en Londres la mayor parte de su vida, adonde llegó en 1714 (aunque murió y está sepultado en Dublín). Ingresó en la logia londinense Queen's Head el 1 de febrero de 1725 y fue aprobado “Compañero” y elevado a “Maestro” el 12 de mayo de ese mismo año.

Poco después participó en la instalación y el funcionamiento de una logia masónica cuyos miembros se sentían unidos por el amor a la interpretación de la música instrumental italiana. El libro de actas de la logia se conserva en la Biblioteca Británica, pero ha recibido poca atención por parte de los historiadores de la música.

Fundación en el Reino de Nápoles

Aunque la logia duró poco, ya que sus registros terminaron en 1727, el libro de actas permite echar un vistazo fugaz pero fantástico al mundo de los burgueses londinenses del siglo XVIII que hacían musica amateur, a su gusto por la novedad y a sus aspiraciones culturales. Francesco Geminiani fue asimismo el miembro más destacado de la sociedad musical Philo Musicae et Architecturae, fundada en Londres en 1725, en la que todo miembro debía ser masón.

Geminiani, quien ya había vivido y desarrollado su actividad artística en Nápoles, recibió del “Gran Maestro” de la Primera Gran Logia de Inglaterra Lord Henry Hare tercer Barón de Coleraine (1693-1749), junto con el “Hermano” George Olivaros, el encargo de establecer una Logia Masónica regular en la capital del Reino de Nápoles. El documento fue rubricado por orden del Gran Maestre por el Secretario de la Gran Logia de Inglaterra “Hermano” William Reid el 11 de mayo de 1728 y conferido a los dos hermanos italianos el 22 de mayo de 1728, fecha oficial del nacimiento de la Logia Unión Perfecta.

Las cuatro estaciones

La segunda parte del recital estuvo íntegramente dedicada al ciclo de cuatro conciertos para violín y orquesta op 8 de Antonio Vivaldi, más conocido popularmente por el de Las cuatro estaciones. Lo especial de esta música es su desenfreno e informalidad; y a veces casi parece como si eso fuera exactamente lo que él quería conseguir. Algunas de sus composiciones se etiquetan expresamente como extravagancias, y de hecho lo son en su melodía y modulación.

Vivaldi, nacido en Venecia durante un terremoto, el 6 de marzo de 1678, sigue siendo un compositor contemporáneo, un compañero constante a lo largo de los siglos; un mago que se transforma y transforma a quien lo escucha en este siglo XXI.

De su padre, Giovanni Battista Vivaldi, barbero y uno de los mejores violinistas de la orquesta de San Marcos, había heredado no solo su musicalidad, sino también un mechón de pelo rojo brillante. Al punto de que cuando se ordenó sacerdote, de acuerdo con los deseos de su progenitor, fue apodado il prete rosso (el cura pelirrojo).

Asma

El apodo le acompañó durante toda su vida, aunque Vivaldi solo pudo ejercer su ministerio durante un breve período debido a su asma crónica.

En la década de 1730 Vivaldi también experimentaría el final de su popularidad en la ciudad de la laguna. La gente se movía allí según la moda musical, y las obras del compositor ya no estaban en boga, así que intentó empezar de nuevo en los Países Bajos, pero fue en vano. Murió el 28 de julio de 1741 en Viena, completamente empobrecido, como puede verse en el registro de defunciones de la catedral de San Esteban.

Sonetos

La interpretación de Dimitris Karakantas, al frente del Ensemble 1756, fue perfecta y subyugante por su acentuado virtuosismo. Los innumerables efectos sorprendentes de esta inusual ejecución extasiaron a la platea.

Cada uno de los entrañables conciertos de la serie, con sus movimientos: Primavera (Allegro – Largo e pianissimo sempre - Allegro), Verano (Allegro non molto. Allegro – Adagio - Presto), Otoño (Allegro – Adagio – Allegro) e Invierno (Allegro non molto – Largo – Allegro) va acompañado (en el programa de mano en alemán e inglés) de un sonetto dimostrativo, presumiblemente escrito en italiano por el propio “Signore D. Antonio Vivaldi” y subrayado con precisión en la partitura.

Con gran vitalidad y lirismo, Karakantas acentuó aún más y en profundidad las descripciones expuestas en el pentagrama, convirtiendo en único y sin precedentes este memorable recital, aplaudido hasta el paroxismo por el millar de asistentes.

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