España - Andalucía

El encanto de Leonskaja

José Amador Morales
jueves, 18 de julio de 2024
Leonskaja y Petrenko © 2024 by Fermín Rodríguez / Festival de Granada Leonskaja y Petrenko © 2024 by Fermín Rodríguez / Festival de Granada
Granada, viernes, 12 de julio de 2024. Palacio de Carlos V. Ludwig van Beethoven: Concierto para piano y orquesta nº4 en Sol Mayor, op.58; Anton Bruckner: Sinfonía nº4 “Romántica” en Mi bemol mayor. Elisabeth Leonskaja, piano. Orquesta Sinfónica de Castilla y León. Vasili Petrenko, director musical. 73 Festival Internacional de Música y Danza de Granada.
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La septuagésimotercera edición del Festival Internacional de Música y Danza de Granada encaró su recta final con el concierto que comentamos, caracterizado por el debut en el mismo de una Sinfónica de Castilla y León que sorprendió muy gratamente con una gran prestación. Así mismo, si apenas seis días antes tuvimos la ocasión de ver y escuchar sobre el escenario a la gran Marta Argerich, este concierto contó con la participación solista de otra leyenda viva del piano como lo es Elisabeth Leonskaja.

La interpretación de “la dama del piano” en el Concierto para piano nº4 de Beethoven obligaba a escuchar esta obra inmortal de Beethoven, para muchos su mejor concierto para piano, con nuevos oídos. Leonskaja nos deleitó con su personalísimo sentido del color, en base a sonoridades difuminadas mediante sutilezas dinámicas y agógicas y una amortiguación de la pulsación que dotan a su interpretación de una extraordinaria musicalidad y sensibilidad. A ello debemos añadir la claridad y transparencia de las texturas, con un fraseo tan refinado como expresivo, por más que alguna nota despistada se le escapara muy ocasionalmente.

Vasili Petrenko, de gesto sobrio pero firme y directo, tuvo la habilidad de ponerse al servicio de la pianista de origen georgiano, sin llegar a claudicar ni comprometer su cuota de protagonismo orquestal y generando un diálogo con la solista de gran calado expresivo. El público acogió la versión de Leonskaja con una extraordinaria y larga ovación que tuvo como recompensa una lectura furibunda y de gran impacto virtuosístico de “Fuegos de artificio” del segundo libro de los Preludios de Claude Debussy.

Tras un comienzo algo titubeante, Petrenko ofreció una aseada y muy bien recibida versión de una bellísima Sinfonía nº4 de Anton Bruckner, que ya escuchamos aquí hace quince años dentro del inolvidable ciclo ofrecido por Daniel Barenboim y su Staatskapelle Berlin en el festival granadino entre 2008 y 2011 (bien que aquella versión de la Cuarta sinfonía, todo hay que decirlo, no fuese lo mejor de aquel ciclo ni mucho menos). Aquí, con tempi en general ágiles, el director petersburgués tampoco desdeñó cierta recreación en determinados pasajes para obtener un plus de expresividad.

 La Sinfónica de Castilla y León ofreció una versión plausible de la partitura del organista de San Florián en la que los metales, sin llegar a la brillantez de las orquestas de fuera de nuestras fronteras, mostraron una gran seguridad y se plegaron sin fisuras -salvo ese puntual desajuste de trompeta del Scherzo- a la batuta de Petrenko, mientras que la cuerda lució refinada y las maderas tuvieron actuaciones sobresalientes, particularmente flautas y oboes. 

En términos generales, una versión notablemente planificada y contrastada estructuralmente, tal vez con un déficit general de claridad expositiva -esas terrazas sonoras tan afines al sinfonismo brucknneriano- y, en momentos puntuales, de un mayor grado de intensidad expresiva y precisión técnica.

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