Discos

¿Demasiada emoción?

Maruxa Baliñas
jueves, 29 de agosto de 2024
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Carlos Païta. Moussorgski / Ravel, Tableaux d'une exposition. Berlioz, Symphonie Fantastique. National Philharmonic Orchestra (Musorgski) y London Symphony Orchestra (Ravel). Carlos Païta, director. Un disco compacto de 79 minutos grabado en el Kingsway Hall de Londres en 1978 (Berlioz) y 1981 (Musorgski). Grafismo y masterización, Alain Gandolfi. Productor, Eric Rouyer. Producción de Le Palais des Dégustateurs, 2024. PDD039
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Una vez más Le Palais des Dégustateurs recupera un nombre mítico -en este caso de un director de orquesta- que sin embargo no tiene la presencia mediática que merecería. De hecho, tuve que buscar en internet datos biográficos de Païta porque aunque me 'sonaba' mucho, en realidad no sabía nada de él. 

Para quien le pase lo mismo que a mí, Carlos Païta (Buenos Aires, 1932 - Ginebra, 2015) era un director de orquesta argentino, hijo de un húngaro y una italiana, cantante. Estudió privadamente con el compositor Jacob Fischer (armonía, contrapunto, fuga, orquestación y composición) y con Jan Nuechoff (piano), al tiempo que frecuentaba el Teatro Colón donde tuvo la ocasión de asistir a los ensayos de Wilhelm Furtwängler en 1949 y 1951, recibiendo consejos de él. Posteriormente estudió con Artur Rodzinski. En 1968 se instaló en Europa y aquí pasó el resto de su vida, dirigiendo en la mayoría de los países europeos y sólo ocasionalmente en América. En 2003 se instaló en Suiza, donde falleció doce años después. 

Pieza enlazada

Este disco es el tercero que saca en unos pocos meses Le Palais des Dégustateurs -en colaboración con Studio Theatre Alexandre Païta- recuperando grabaciones de Carlos Païta, normalmente mezclando una grabación bien conocida con otra inédita o escasamente distribuida. En primer lugar salió un disco doble dedicado a las Sinfonías nº 8 de Bruckner y Shostakovich (esta inédita), y poco después otro disco doble de Chaicovsqui, con las Sinfonías 4 y 6 junto a otras cuatro obras orquestales. 

Este tercero -que acaba de salir al mercado hace menos de un mes- incluye los Cuadros de una exposición de Musorgski en la orquestación de Ravel -una grabación de 1981- y la Sinfonía fantástica de Berlioz, que Païta grabó en 1978 y obtuvo el Grand Prix du Disque de la Académie Charles Cros. 

Y lo primero que puedo decir es que el premio a su grabación de la Sinfonía fantástica (1830) de Berlioz fue muy merecido. El comienzo es escalofriante y emocionalmente toda la sinfonía resulta casi excesiva, hasta parecer dolorosa o agobiante en algunos momentos, mientras en otros se siente pudor de escuchar algo así. Da ganas de avisar a los oyentes de que este es un disco para escuchar en privado. Se agradecen además los efectos sonoros que Païta introduce y que sin ser ajenos a la partitura, no son habituales. La Sinfonía fantástica es uno de los epítomes del romanticismo musical y Païta la entiende así: grandiosa, exagerada, romántica, celestial, aterradora y excesiva. 

Los Cuadros de una exposición (1874 y 1922) es una obra distinta estilísticamente y no sólo porque 44 años separen ambas obras (casi un siglo si nos referimos a la orquestación de Ravel), sino porque sus objetivos son bien diferentes. Con los Cuadros de una exposición Musorgski se plantea una obra descriptiva y con un contenido racional totalmente opuesto al 'estado de locura' de Berlioz. Ambas tienen orquestaciones magistrales y Païta aprovecha para jugar con las dinámicas y tímbricas de dos buenas orquestas, la London Symphony Orchestra y la National Philharmonic Orquestra (una orquesta londinense compuesta en parte por miembros de otras orquestas londinenses, creada principalmente para hacer grabaciones -entre 1970 y 1974 para RCA, luego casi exclusivamente para Decca, aprovechando el boom de los discos de vinilo en esos años, si bien en sus últimos años NPO se dedicó casi exclusivamente a la grabación de bandas sonoras). 

Païta descubre numerosos tesoros entre los cuadros de Víktor Hartmann vistos por Musorgski, pero el mejor tesoro creo que es el trasladar una tradición interpretativa de los años previos y posteriores a la 2ª Guerra Mundial hasta los años setenta, o sea, hacer una 'transmisión' o 'actualización' de los intereses estéticos de Furtwängler y Rodzinski, los dos principales maestros de Païta, convirtiéndose así en un director fascinante sobre todo desde la perspectiva posmoderna actual, tan distinta ...

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