Alemania

Imaginación y libertad

Juan Carlos Tellechea
jueves, 5 de septiembre de 2024
Alexandra Conunova © 2024 by Christine Bush Alexandra Conunova © 2024 by Christine Bush
Essen, jueves, 29 de agosto de 2024. Gran sala auditorio Alfried Krupp de la Filarmónica de Essen.Solista Alexandra Conunova (violín). Orquesta Essener Philharmoniker. Director Andrea Sanguineti. Thomas Adès (1971), Three-Piece Suite, de la ópera Powder Her Face (Suite nº 1). Chen Gang (1935)/He Zhanhao (1933), The Butterfly Lovers, concierto para violín. Nikolai Rimsky-Korsakov, Scheherezade, suite sinfónica según Las mil y una noches, op 35. “Sinfoniekonzert I, Sheherezade”. 100% del aforo.
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La Orquesta Filarmónica de Essen, bajo la égida de su director principal, Andrea Sanguineti, inició este jueves entre efusivas ovaciones la nueva temporada 2024/2025 con un concierto, que tuvo a la violinista Alexandra Conunova como invitada especial, en la gran sala auditorio Alfried Krupp.

El recital, titulado Sheherazade, concluyó con la brillante ejecución de la suite sinfónica homónima de Nikolai Rimski-Korsakov, inspirada en los cuentos de Las mil y una noches. El amor y la pasión fueron el hilo conductor que mantuvo el quimérico espíritu durante toda la velada.

Esta tarde el arpista Juan Antonio García Díaz, solista de la orquesta desde septiembre de 2023, tuvo destacadas intervenciones, valoradas especialmente por el maestro Sanguineti.

El programa incluyó el colorido concierto para violín Los amantes de las mariposas, de los compositores chinos Chen Gang y He Zhanhao, quienes cuando lo escribieron en 1958, siendo ambos estudiantes del Conservatorio de Música de Shanghai, jamás se imaginaron que su obra se convertiría en un clásico intemporal.

Historia de amor

En esta historia de amor no consumado, Conunova construye largas cantilenas con un vibrato inusualmente amplio sobre el suave centelleo de los violines de la orquesta y la precisa dirección de Sanguineti. Gradualmente aumenta la intensidad de su tono, para luego volver a reducirla en consecuencia.

La solista se equilibra en las facetas del sonido brillante y resplandeciente, por momentos también acerado. Interpreta esos difíciles pasajes a varias paradas con largo aliento y muy concentrada, sin interrupciones y con una entonación pura en su violín “Ida Levin (Giovanni Batistta Guadagnini, cerca de 1785)”.

Junto con la Filarmónica de Essen, Conunova utiliza con gran sensibilidad la amplia gama de expresión dramática de Chen Gang y He Zhanhao. En el Adagio assai doloroso y en el cantabile final los aborda con exquisita determinación. La calma elegíaca emerge del éxtasis tempestuoso, que termina con una suave secuencia de armónico y un ligado mínimamente audible. Los amantes de las mariposas es, junto con el Concierto para piano “Río Amarillo”, probablemente la obra de música china más conocida en las salas de concierto occidentales.

Público y músicos quedaron extasiados ante las imágenes sonoras de un paisaje legendario, inspirado en el folclore chino y en la ópera Yue, con melodías desgarradoras, que, en última instancia, permiten que triunfe el amor sobre la muerte: Los dos amantes se convierten en mariposas y escapan así de su oscuro destino.

La sala estalló en estruendosos aplausos y vítores de júbilo que parecían no tener fin. Los espectadores se pusieron espontáneamente de pie, en un colectivo gesto de respeto y admiración, que la violinista agradeció con un bis antes de pasar al intervalo.

Inicio

El concierto había arrancado primero con Three-Piece Suite, las animadas danzas de la ópera Powder Her Face (Empolvarse la cara) del destacado compositor contemporáneo Thomas Adès, que evoca la disoluta vida de la volcánica Margaret Campbell, duquesa de Argyll, sus innumerables aventuras amorosas y divorcios.

La suite es una composicion llena de mordacidad, ironía, pero sobre todo de gran virtuosismo musical. Tal como la ha ejecutado la Orquesta Filarmónica de Essen en las manos del maestro Andrea Sanguineti, resulta ser una pieza orquestal emocionante, con un pulsante flujo de sonidos.

El compositor británico, tal vez el más popular del momento, adhiere al sacrosanto principio de los tres movimientos (I. Obertura; II. Vals; III. Finale), lo que no le impide en absoluto entregarse a una escritura a menudo compleja. Thomas Adès describe con gran refinamiento este vibrante poema de emoción y pasión, gracias a una orquesta rápida en responder a todas las peticiones de su partitura.

Pasión

Todo el mundo en Gran Bretaña conocía a la duquesa de Argyll, quien falleció pobre y endeudada, tras una accidental caída en el asilo de ancianos donde residía, el 25 de julio de 1993. Su lujuria sexual, su sed de amor y erotismo, su extravagancia y su excentricidad eran legendarias. Sobre todo, su segundo juicio de divorcio fue uno de los mayores escándalos de la historia jurídica británica. Fue declarada culpable de “promiscuidad” con 88 hombres, algunos de los cuales incluso fueron documentados en imágenes tomadas con una cámara Polaroid.

A nadie le interesaba el hecho de que su marido viviera de su dinero, tratara mal a su esposa y tuviera él mismo muchas aventuras amorosas. En 1994, Thomas Adès, que entonces tenía 24 años, llevó el tema a la ópera, siguiendo en gran medida los acontecimientos históricos bien conocidos. Sus andanzas comenzaron temprano, con 15 años de edad, seducida por un David Niven de 18, quien todavía no había iniciado su carrera de actor y que la dejó embarazada.

La música, con sus numerosos efectos y citas (una de ellas de Carlos Gardel y otra de Astor Piazzolla), está dominada por ritmos de danza a menudo subliminales o distorsionados. La instrumentación, poco habitual, solo presenta cuerdas y metales con partituras sencillas, pero varios clarinetes y saxofones, teclado, arpa (notable Juan Antonio García Díaz) y mucha percusión.

Sheherazade

Andrea Sanguineti hace música con gran fruición, una precisión asombrosa, pero sobre todo con soltura y gusto.. No hay gestos estándar por ninguna parte. Pero sí un maravilloso oído. Por supuesto, una interpretación tan grandiosa solo puede tener lugar si todo está correcta e intensamente preparado musicalmente, como así ocurrió.

La interpretación de la suite sinfónica Sheherazade, de Nikolai Rimski Korsakov, fue estridente, fresca y espontánea. Naturalmente, el concertino, Daniel Bell, tuvo mucho margen para los elegíacos solos de violín que representan la seductora voz de Sheherazade, la ingeniosa esposa del sultán. Tocó con libertad rapsódica y tono radiante.

La conducción de Sanguineti tuvo amplitud y flexibilidad, especialmente durante el primer movimiento, cuando el tema severo del temible Sultán, a veces intimidante, a veces calmado por la narración de Sheherazade, se despliega sobre los oscilantes patrones de acompañamiento de las cuerdas inferiores.

Maravillosa forma

La inclinación del director para dar forma en cada momento la melodía resultó maravillosa, como en el melancólico tema de amor del tercer movimiento, “El joven príncipe y la joven princesa”. Sanguineti se deja llevar por el instinto y la pasión en las interpretaciones. Cuando los violines tocan el tema por primera vez, el maestro dirige con brillo cada nota, incluso en la pequeña floritura melódica al final de la frase.

El resultado fue libre y nada rígido. La técnica y el rico colorido de la interpretación fueron impresionantes; pocas veces se escucha el tumultuoso IV movimiento (Allegro molto; Fiesta en Bagdad – el mar – naufragio – epílogo) con tanta claridad. 

La Orquesta Filarmónica de Essen tiene un sonido distintivo, con vientos y metales ricamente sonoros, así como cuerdas cálidas, que esta tarde llegaron a la platea con enorme emoción.

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