Convocatorias

Marco Mezquida y Chicuelo reafirman su comunión artística con 'Del alma'

Redacción
miércoles, 11 de septiembre de 2024
Portada del disco © EEMM Portada del disco © EEMM
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El vaticinio del título de su disco anterior, No hay dos sin tres (2019), se ha cumplido cinco años después. Del alma es la tercera grabación de Marco Mezquida y Juan Gómez Chicuelo después de Conexión (2017) y el citado No hay dos sin tres. Ambos coincidieron sobre un escenario en 2016, para un encuentro musical entre ambos que se presumía ocasional; pero bastaron los dos temas que interpretaron para sentir una especie de “flechazo”. Cada uno venía de un origen musical distinto. El menorquín Mezquida, del jazz y del clásico, y Chicuelo, que nació en Cornellá de Llobregat, del flamenco. 

Añadieron la percusión de Paco de Mode para realizar dos canciones en vídeo, y la repercusión que tuvo aquella grabación dio pie a una demanda de conciertos que no cesó. Habían formado una original y rara unión de trío de guitarra, piano y percusión, y sobre la marcha surgió la idea de grabar un disco. “Habían saltado unas chispas musicales y personales maravillosas. Ambos teníamos una conexión profunda con la música y nos picaba la curiosidad del uno por el otro”, explica Marco Mezquida.

Si Conexión respondió a ese momento de encuentro entre dos almas musicales afines, No hay dos sin tres, profundizó y maduró un proyecto que puede calificarse de trilogía con la aparición de Del alma, que vuelve a remitir a esa conexión, a ese lugar sincero y personal que habitan ambos músicos. 

“Hemos venido a crear música nueva con nuestro estilo y manera de ser. Una música clásica, mediterránea, pop, de baladas, jazz, folclórica, con improvisación y con los palos del flamenco: la guajira, la soleá, la seguidilla, la rumba”, define Mezquida de Del alma.

Profundizar en otras músicas es una condición vital tanto de Mezquida como de Chicuelo, que según el pianista catalán “entiende la tradición y la modernidad; él es clásico y se escapa a lo moderno. Yo busco lo mismo con mi piano”. Y en el caso del flamenco, Chicuelo le abrió la puerta a Mezquida a un mundo para él desconocido. “Nunca había escuchado tanto flamenco, y gracias a ello he podido entenderlo, reconocer los palos”. De ahí surgió una gozosa fusión con el jazz que ha provocado el entusiasmo de la crítica dentro y fuera de España. Así, en el diario El País pudo leerse: “Chicuelo & Mezquida hacen música con mayúsculas, más allá de etiquetas. Si Michel Camilo y Tomatito abrieron un camino en esa mágica conversación entre piano y guitarra flamenca, Mezquida y Chicuelo toman el relevo para llevar esa combinación, que fascinó al mundo, un paso más allá”. 

En El Correo de Andalucía reconocieron que “tríos como este son una bendición para el jazz y el flamenco. Porque los aficionados tienen la oportunidad de experimentar todo lo que significa la música popular: libertad, alegría de vivir, la oportunidad de vivir experiencias únicas, y amor por las artes”. Y el Kölnische Rundschau de Alemania destacó que “las fronteras entre flamenco y jazz no son territorios precisamente inexplorados; sin embargo, todavía quedan tesoros por encontrar. Los músicos se funden de tal manera que de ese encuentro nace algo enteramente nuevo”. 

Sus actuaciones nacionales e internacionales han mostrado la exquisita depuración de un estilo propio. “Somos personas creativas -explica Mezquida- que seguimos ilusionadas en ofrecer música nueva, libre, con influencias, sí, pero que responden a nuestro bagaje musical y espiritual. Y ahí está la verdadera simbiosis de esta pequeña familia de trío, en su sonoridad propia y original”.

El proceso de creación de Del alma se gestó sobre la marcha. En este último año ambos músicos fueron mandándose audios, embriones de canciones que cada uno escuchaba y completaba. O sugería nuevas melodías y ritmos. Y así fueron surgiendo los siete temas del disco cuyo título responde con fidelidad a su espíritu creativo. “Algunos son míos, otros de él; pero en todos hay cosas de los dos”, explica Mezquida. Así que cuando entraron en los estudios Sol de Sants de Barcelona para la grabación, el proceso ya estaba casi completo y decidieron interpretar los temas como si lo hicieran en directo, “sin trampa ni cartón”.

Del alma se abre con Najando, “unas bulerías trepidantes, en las que conversan el piano y la guitarra y te llevan a una catarsis”, explica Mezquida. Le sigue la rumba Carrer del perill, un tema que el pianista catalán dedica a su calle, una pieza bailable y rítmica con momentos virtuosos. De ida y vuelta es una guajira “que parece un vals cubano o de Brahms”, y que evoluciona hacia la bulería. De seda y miel la inicia Chicuelo con una “balada profunda, que transformamos en un funk con influencias brasileñas”. Mezquida dedica Huellas del sentir, a ritmo de tanguillo, al pianista de jazz Bill Evans y en Alalimón regresan las bulerías trepidantes de Chicuelo, en las que la guitarra y el piano “se pasan la pelota y avisan de que el disco se acaba con energía y humor”. El faro de los deseos, última pieza de Del alma, es una balada que escribió Mezquida. Con ella se cierra esta oda al diálogo y a la vida de dos maestros consagrados, este viaje “absolutamente sincero, cóctel de diversas influencias mezcladas, pero no revueltas”, que aporta una sonoridad compacta, con un sello propio”.

Tras su lanzamiento el 10 de septiembre con la venta en soportes digitales, el día 18 Del alma tendrá un preestreno en el Mercat de Música Viva de Vic, y el 9 de noviembre en la Fira B!, antes de su estreno en el Auditori de Barcelona dentro del Festival de Jazz el 20 de diciembre y en Madrid, el 29 de enero en el Teatro Circo Price como parte de la programación de Inverfest.

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