Ópera y Teatro musical

Giacomo Puccini, un personaje de novela

Juan Carlos Tellechea
viernes, 13 de septiembre de 2024
Puccini cazador, en "Caras y caretas" (1 de julio de 1905) © 2024 by Colección Gustavo Gabriel Otero Puccini cazador, en "Caras y caretas" (1 de julio de 1905) © 2024 by Colección Gustavo Gabriel Otero
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Giacomo Puccini, de quien el próximo 29 de noviembre se conmemora el centenario de su muerte, respiraba una vida tan apasionada y poderosa como la música que componía. Su existencia misma, con todos sus trágicos acontecimientos, es digna de ser llevada a la ópera. Tuvo romances con numerosas mujeres, De estas relaciones sacaba fuerzas y energías para trabajar en sus obras líricas.

Cuando la esposa de Puccini, Elvira Gemignani, sospechó que Doria Manfredi, la criada, de 23 años, mantenía una relación amorosa con él, la joven acabó suicidándose. En realidad Giacomo se acostaba con Giulia Manfredi, prima de Doria, con quien tuvo también un hijo, Alfredo Manfredi, nacido en 1923, quince meses antes de fallecer Puccini en Bruselas a los 66 años de edad.

Como uno de los más destacados representantes del verismo, Giacomo Puccini creó un estilo completamente nuevo que inmortalizó su nombre en vida. Fue el último gran maestro de la ópera italiana. Ningún otro compositor llevó las emociones de la gente al escenario lírico de forma tan cautivadora y dramática como él.

Amante inmortal

Helmut Krausser, "Die kleinen Gärten des Maestro Puccini". © 2012 by DuMont Buchverlag.Helmut Krausser, "Die kleinen Gärten des Maestro Puccini". © 2012 by DuMont Buchverlag.

En fin, que entre los compositores, las aventuras amorosas formaban parte casi de las buenas costrumbres; Mozart tuvo las suyas, al igual que Richard Strauss y Johannes Brahms, como desvela Helmut Krausser, él mismo compositor, además de escritor, poeta y dramaturgo en la novela biográfica Die kleinen Gärten des Maestro Puccini (Los pequeños jardines del maestro Puccini), publicada por la editorial Dumont de Colonia.

Para las mujeres, las aventuras a veces acabaron fatalmente. Lo que no se sabe con total certeza es quién fue la amante inmortal de Puccini. Incluso con los compositores -por muy bellas que sean las notas- la curiosidad de muchos se reduce a lo que ocurría bajo el borde del escritorio o el teclado del piano. A veces eso es suficientemente apasionante. Empezando por Orfeo, que incluso siguió a su pareja al inframundo.

Turandot inacabada

Cuando Puccini se encontraba en la cima de su fama, títulos como Manon Lescaut, La Bohème, Tosca, Madama Butterfly y Turandot formaban parte ya, desde su misma creación, del repertorio permanente de todos los grandes teatros de ópera del mundo. Nada menos que Arturo Toscanini dirigió sus estrenos mundiales. El público acudía y acude todavía hoy en masa para ver las obras de este mago de la pasión.

Turandot no llegó a completarse porque el compositor murió de cáncer de laringe (Puccini era un fumador empedernido) antes de poder terminar las últimas páginas. Como el genuino final se lo llevó él a la tumba se añadieron entonces diferentes finales a la ópera: el de Franco Alfano (el primero, coetáneo al estreno y aún hoy el más representado); más tarde, en el siglo XXI, el de Luciano Berio, bastante representado. No faltan otras propuestas y estudios de nuevas terminaciones.

La familia

Giacomo Antonio Domenico Michele Secondo Maria Puccini, nacido en Lucca el 22 de diciembre de 1858, fue el sexto de los nueve hijos de Michele Puccini y Albina Magi, también oriundos de esa capital de la provincia homónima de la región de Toscana. Durante cuatro generaciones, los Puccini habían sido maestros de capilla de la catedral de Lucca y hasta 1799 sus antepasados habían trabajado para la prestigiosa Cappella Palatina de la República de Lucca.

Dieter Schickling,"Puccini Biografie". © 2024 by Reclam Verlag.Dieter Schickling,"Puccini Biografie". © 2024 by Reclam Verlag.

Si se quiere entender a Puccini, hay que conocer la historia de su familia, afirma el musicólogo Dr Dieter Schickling, en su libro Puccini. Biografie (Puccini. Biografía), de la editorial Reclam de Stuttgart (ya va por la tercera edición y ha sido traducido al italiano). Para el Dr Dieter Schickling, lamentablemente fallecido en 2023, el más importante investigador en lengua alemana sobre la vida y la obra de uno de los compositores más populares de todos los tiempos, miembro del Centro studi Giacomo Puccini de Lucca y coeditor de la edición crítica completa de las obras y cartas de Puccini:

La ciudad, el paisaje, la historia, los orígenes, la familia... caracterizan sutilmente la vida y la obra de Giacomo Puccini. Hay mucha tradición, y eso también significa rutina. Mucho provincianismo, y eso también significa deseo de fama. Mucha estrechura, que también significa estrechez de miras. Mucha añoranza, y eso también significa temeridad. Mucha seguridad, que también significa miedo.

Vago sin talento

El padre de Giacomo, Michele Puccini, había sido un apreciado profesor de composición en el Istituto Musicale Pacini desde la época del duque de Lucca, Carlo Lodovico di Borbone. La muerte de su progenitor, acaecida cuando Giacomo tenía cinco años, puso a la familia en una situación desesperada. El joven músico fue enviado a estudiar con su tío materno, Fortunato Magi, que lo consideraba un alumno poco dotado y, sobre todo, poco disciplinado (un falento, como llegó a definirlo, es decir un vago sin talento).

Sea como fuere, Fortunato Magi inició a Giacomo en el estudio del teclado y en el canto coral. Alemanno Cortopassi, discípulo del célebre maestro Michele Puccini, a cuyo hijo Giacomo impartiría las primeras nociones musicales, le inició, siendo aún adolescente, en sus primeros estudios, y luego le hizo continuarlos en Lucca y en Milán.

Nada le habría hecho imaginar a Magi que este joven, de origen pobre en medio de tan adversas circunstancias, llegaría a viajar por todo el mundo y alcanzaría tanto éxito con sus óperas. Puccini compraba los coches más rápidos de la época y las lanchas a motor más modernas.

Innovador

Cuando falleció, Puccini era el compositor más rico de su tiempo. Sus últimos ingresos ascendían al equivalente de 1,5 millones de euros de la actualidad. Dejó una fortuna estimada en unos 200 millones de euros, y en Torre del lago, una preciosa villa junto al lago Massaciuccoli, donde anualmente se celebran festivales en su honor.

Además de ávido cazador de aves salvajes, de libretos de ópera y de mujeres hermosas, ese apasionado estilo de vida, característico de la Italia de fin de siglo (XIX), sumado a su temperamento exuberante, su voluntad de innovación y su excepcional talento musical se conjugaron en una obra operística de gran éxito.

Helmut Krausser, "Die Jagd nach Corinna / Eine Puccini-Recherche". © 2008 by belleville Verlag.Helmut Krausser, "Die Jagd nach Corinna / Eine Puccini-Recherche". © 2008 by belleville Verlag.

Helmut Krausser es también autor de Die Jagd nach Corinna (La caza de Corinna), de la editorial. Belleville de Múnich, volumen agotado desde hace años, un sobrio informe de trabajo que desentraña y documenta cómo Puccini encontró a la mujer a la que está dedicada la primera parte de la referida novela biográfica y a la que anuncia pomposamente como “uno de los mayores misterios de la historia de la música” que ahora habría resuelto.

Ficción

El compositor de fama mundial atrapa a la costurerita turinesa Maria Anna Coriasco, menor de edad, y Krausser hace aquí un trabajo de poda totalmente profesional, dándole forma con gran precisión. A lo laro de la obra queda claro hasta qué punto el amor de Puccini por esta joven, a quien las cartas solo mencionan como “Corinna”, influyó en sus pensamientos y en su obra después del cambio de siglo.

Los sentimientos de “Corinna” seguían sin ser correspondidos. El asunto se prolongó probablemente durante cuatro años; al final, los abogados negociaron, se llamó a los detectives y casi todo el entorno de Puccini se vio implicado en el episodio cada vez más desagradable, desde Elvira y varios amigos varones hasta el imperioso editor Giulio Riccordi.

Hay intrigas, mentiras, sobornos, cohechos, súplicas y esperanzas. Y, sobre todo, porque “Corinna”, finalmente abandonada, exige su amor sincero y no quiere ni puede renunciar a él. Todo es ficción pura (se non è vero, è ben trovato), pero muestra qué inspiradora puede ser la movida biografía de Puccini para diversos géneros: literario, lírico, musical...en la que la realidad superaba siempre a la ficción.

Vejez insoportable

Como regidor de la melodía, Puccini encontró una expresión tonal muy individual entre la tradición y la modernidad. Su inteligente elección del tema y su profunda así como emotiva realización musical hicieron que sus óperas ocupen hasta hoy un lugar permanente en los repertorios de los escenarios internacionales.

Pero sufría cada vez más a causa de la vejez, la senectud le causaría grandes problemas. Cuando el deterioro de la salud se sumó a la mezcla, incluso componer se convertiría en una carga. En 1924 se sometió a un tratamiento contra el cáncer de laringe en Bélgica. Mas la operación fracasó y su vida tuvo un final dramático en Bruselas.

Musicología y psiquiatría

Stefan Demel, "Giacomo Puccini: Eine Psychobiographie". © 1995 by W. Kohlhammer Verlag.Stefan Demel, "Giacomo Puccini: Eine Psychobiographie". © 1995 by W. Kohlhammer Verlag.

Desde hace muchas décadas el nombre de Giacomo Puccini figura en los repertorios de los teatros de ópera de todo el mundo. El entusiasmo del público y por sus óperas parece inquebrantable. El interés de los musicólogos es muy diferente, ya que Puccini y su obra han estado muy olvidados, al menos en Alemania, afirman el psiquíatra Dr. Stefan Demel y su padre Gernot Demel, ambos apasionados de la ópera, en su libro (agotado desde hace años) Giacomo Puccini. Eine Psychobiographie (Giacomo Puccini. Una psicobiografía), de la editorial Kohlhammer de Stuttgart, especializada en obras de referencia.

En el capítulo dedicado a la infancia de Puccini desde una perspectiva psicológica, el Dr Stefan Demel afirma que:

El mayor impacto en la infancia de Giacomo Puccini fue la muerte de su padre, Michele Puccini. Esto golpeó al pequeño Puccini en una fase de su vida conocida como periodo fálico o edípico. Es cuando el niño forma su propia imagen sexual y su relación con el sexo opuesto. El padre desempeña un papel importante en el desarrollo de un niño. En la mente del niño, compite con él por el favor y el amor de la madre y ahora encuentra su papel de género en el constante juego de relaciones entre él y cada uno de los padres. Fue precisamente esta fase del desarrollo la que se vio interrumpida por la muerte del padre. 
El joven Giacomo creía inconscientemente que tenía parte de culpa en la muerte de su progenitor, ya que había deseado demasiado a su madre (Albina Magi Puccini) y, como consecuencia, podría haber destruido a su padre. Estos sentimientos de culpa se veían reforzados por los castigos corporales de su tío Fortunato Magi, que asumía el papel de una autoridad superior y castigadora en la mente del muchacho, y también alimentaban su deseo de compensarlos mostrando ternura a su madre. 
La madre no aceptó este cortejo liberador de culpas, este deseo del muchacho, o tal vez lo rechazó inconscientemente. Además de este aspecto psicológico, es muy probable que no sopesara adecuadamente las difíciles circunstancias de la vida de su hijo causadas por la muerte de su padre, ya que este acontecimiento la había colocado a ella misma en una situación humana y social difícil”.

Hijo predilecto

Como viuda con ocho huérfanos, se necesita una gran fortaleza para hacer frente a la vida. La madre de Giacomo poseía esta energía y desarrolló la ambición de formar a su hijo favorito, Giacomo, de cuyo extraordinario talento musical estaba convencida, para que se convirtiera en un gran músico.

Es un hecho triste ver desequilibrios psíquicos infantiles sobre todo en viudas que viven bien, pero que tienen una insaciabilidad interior no resuelta y que inconscientemente y sin quererlo, pero en realidad con consecuencias de largo alcance, abusan de sus hijos para llenar el vacío dejado por la pérdida de su marido, afirmaba la psicoterapeuta Dra Jutta von Graevenitz, citada por el Dr Demel en su libro.

Albina Magi Puccini pasó por alto el hecho de que sus elevadas expectativas sobre el futuro de su hijo y su defensa contra sus deseos infantiles eran demasiado para él. Giacomo se sentía inaceptado, no querido y rechazado. Aumentó su profundo e inconsciente remordimiento por ser culpable de la muerte de su padre. Esto intensificó la imagen ambivalente de su madre que ya se había desarrollado durante la fase oral.

Amor-odio

El afecto de Giacomo por su madre se transformó en odio. A su vez, era incapaz de admitir este sentimiento negativo ante sí mismo y, por tanto, lo reprimía. Su actitud ambivalente hacia su madre se trasladó al subconsciente y permaneció allí sin procesar durante el resto de su vida. La relación de amor y odio de Puccini hacia su madre, este defecto psicológico, diagnosticado como depresión neurótica, le causó una ansiedad interior de por vida y una inquietud constante.

El perturbado mental no puede descansar porque está huyendo, lleno de miedo debido a sus conflictos interiores. ...Huye de sí mismo, de su propia agitación interior, inquietud e inseguridad, señala el psicólogo Dr Jürgen von Scheidt, también mencionado en la obra del Dr Demel.

Para Puccini, la única esperanza de romper este círculo vicioso era influir en el impulso psicológico que subyace al miedo agonizante. Por ello, inconscientemente, intentaba poner a su estricto superyó de humor favorable. En una persona depresiva, el superyó es inusualmente estricto e inflexible con ella.

El camino

Según Sigmund Freud, el papel del superyó es comparable al de un juez o un censor con respecto al yo. Sus funciones incluyen la formación de la conciencia moral, los ideales y la introspección. Está moldeado por los padres y el entorno social y encarna la estricta autoridad moral frente al yo instintivo.

Debido al conflicto no resuelto que surgió en la primera infancia, Giacomo Puccini fue incapaz de desarrollar estructuras maduras y permaneció en un estado arcaico. Como consecuencia, el compositor tampoco pudo construir una autoestima suficiente en ninguna etapa de su vida.

Según el Dr Stavros Mentzos, en su estudio sobre Procesamiento neurótico del conflicto. Introducción a la teoría psicoanalítica de la neurosis con consideración de nuevas perspectivas, de pequeño, el depresivo tenía mucho miedo de perder el amor de sus padres y, por tanto, tenía que seguir estrictamente sus prohibiciones y mandatos para ser amado y exigirse grandes logros para compensar la posible o real falta de amor (ambas cosas son necesarias para mantener la autoestima).

El camino de Puccini ya estaba trazado en este sentido. Su extraordinario talento musical le predestinaba a convertirse en compositor. Dados sus orígenes y la tradición artística de su familia, habría parecido obvio que Puccini optara por una carrera como músico de iglesia. Pero su aversión por la música sacra y, en particular, por el órgano como instrumento, le hizo decidir lo contrario. Los criterios abstractos de la música absoluta, como las sinfonías o la música de cámara, tampoco se correspondían con sus intenciones.

Turbulencias

La historia de amor más larga de la vida de Giacomo Puccini, aunque turbulenta, fue precisamente con Elvira, quien se convirtió en su compañera sentimental y, después de 20 años, en su esposa. Elvira (de soltera Bonturi) y Giacomo eran amantes cuando ella todavía estaba casada con el acaudalado tendero de Lucca Narciso Gemignani, barítono diletante, amigo de Puccini y también mujeriego empedernido.

Nacida en Lucca, el 13 de junio de 1860, Elvira era dos años más joven que Giacomo. Con Narciso se había casado ella en 1880 y tuvieron una hija, Fosca, y un hijo, Renato. Narciso había conseguido los servicios de Giacomo para que diera clases de piano a su mujer.

En 1884, Puccini y Elvira se enamoraron. Cuando ella descubrió que estaba embarazada, en un esfuerzo por evitar un escándalo (sin éxito, como así resultó), los amantes dejaron Lucca y se mudaron a Monza, donde el hijo de ambos, Antonio Ferdinando Maria, conocido como Tonio, nació el 23 de diciembre de 1886. De acuerdo con el relato de Gemignani, Fosca se unió a la nueva familia, mientras que Renato permaneció con su padre.

Boda

El 26 de febrero de 1903, al día siguiente del accidente casi mortal que sufrió Puccini conduciendo un veloz automóvil, Narciso Gemignani moría tras una paliza recibida a manos del marido de una mujer con la que había tenido una aventura. Tras su recuperación del accidente, Puccini pudo finalmente casarse con Elvira el 3 de enero de 1904, legitimando a Tonio.

Al entablar precipitadamente una estrecha relación con Elvira, Puccini fue incapaz de utilizar el tiempo posterior a la muerte de su madre (17 de julio de 1884) para visualizar su problemática relación con la difunta a través del duelo, para asumirla y liberarse así de los problemas que tanto dominaban su vida. Huyó de su soledad iniciando esta relación amorosa y así fue pasando de una mujer a otra en su afán de calor humano.

A través de esta relación amorosa con Elvira, Puccini pudo inicialmente compensar con éxito la pérdida emocional causada por la muerte de su madre. Como muestra la correspondencia, la relación amorosa fue inicialmente satisfactoria para ambos, aunque los dos personajes eran muy difíciles. Con el tiempo, sin embargo, surgieron crisis en la relación, que se intensificaron constantemente. Puccini se quejaba del mal humor y de los defectos de carácter de Elvira, mencionando especialmente sus celos.

Patología y delirio

Según algunos biógrafos, esto no solo debía considerarse una reacción al comportamiento de Puccini contrario a su relación, sino también un componente primario de la personalidad y, por tanto, en vista de su extrema amplitud, debía calificarse de patológico y delirante.

Sin embargo, Giacomo provocaba y ofendía a Elvira con numerosas aventuras. Puccini tampoco intentaba hablar con Elvira de los problemas ajenos a la sexualidad que afectaban a su matrimonio y buscar juntos una solución. Puccini era consciente de la difícil situación de su matrimonio y lo expresaba abiertamente en sus cartas. Sin embargo, incluso en situaciones extremas, como el asunto Manfredi, no tuvo el valor de tomar medidas decisivas.

Ambos reconocían que sus problemas radicaban en su incapacidad para entenderse, pero eran demasiado débiles para sacar las conclusiones necesarias. Debido a su personalidad depresiva, Puccini fue incapaz de separarse en toda su vida. Incluso se casó con Elvira después de veinte años de convivencia, aunque la relación ya era muy frágil entonces. Además, mantuvo constantemente a su pareja alejada de su trabajo artístico y de sus éxitos.

Se ahonda el problema

Con su falta de voluntad para hacer de Elvira una verdadera compañera en su vida creativa, Puccini probablemente causó su propio mayor problema matrimonial. Este sentimiento de marginación se vio exacerbado por el comportamiento lúdico de Puccini. A menudo pasaba el tiempo solo o con otros hombres. Allí se entregaba a sus pasatiempos favoritos: la caza, la conducción y las reuniones de hombres. Hacía poco con su familia; solía viajar al extranjero sin Elvira para asistir a las representaciones de sus óperas.

Puccini siguió viviendo su vida de soltero, pese a estar en pareja, continuó la existencia del llamado cripto-soltero. Esto se refiere a un compañero que, aunque vive en comunidad con otras personas, a menudo está solo y vive en una soledad interior tan pronunciada que se le podría describir como soltero sin dudarlo. Cripto es la palabra griega que significa oculto, así que un cripto-soltero es alguien cuya soledad, cuya soltería, no se muestra abiertamente, sino que primero hay que rastrearla en el secreto de su vida anímica.

Puccini era consciente de esa soledad interior, ya que a menudo se quejaba de ella en muchas cartas. Aunque tuvo innumerables oportunidades para hacerlo, no hizo ningún esfuerzo por cambiar este estado psicológico. Como muchos cripto-solteros, Puccini enviaba un doble mensaje; por un lado, quería vivir en una relación comprometida y, por otro, quería comportarse como un auténtico soltero, normalmente sin darse cuenta conscientemente.

Lejos

El doble mensaje de Puccini a Elvira puede resumirse en una frase: Siento un gran anhelo por ti... ¡pero no te acerques demasiado a mí!. Y esto revela el trasfondo psicológico de su rápida relación con Elvira: la transferencia del conflicto no resuelto de ambivalencia con su madre a su pareja, pero también otros conflictos psicológicos lastraban la relación de Puccini con Elvira. Se sentía muy afectado por los estados de ánimo y las escenas de celos de ella.

Sus éxitos artísticos, de los que Elvira también estaba muy orgullosa, le dieron la oportunidad de vengarse de ella no dejándola participar en ellos. Al distanciarse de su mujer, pudo disfrutar en solitario del reconocimiento artístico y humano, ganando confianza en sí mismo y también poder en su matrimonio.

Por otra parte, parecía envidiar a Elvira por su extraordinario logro humano de haber abandonado a su antigua familia para vivir con él en un matrimonio salvaje a pesar de su insegura situación material, una decisión que Elvira tomó por afecto a Giacomo y que no se puede sobrevalorar, sobre todo si se tienen en cuenta las dificultades sociales, las habladurías y la discriminación en una ciudad de provincias a finales del siglo XIX, como Lucca, en un país católico como Italia.

Otro amor-odio

Puccini, por su parte, sintió que nunca habría reunido ese gran valor y se vio a su vez atrapado en un gran conflicto de ambivalencia. Por un lado, envidiaba el valor de Elvira y se habría sentido culpable si se hubieran separado; por otro, empezó a odiar a Elvira por su comportamiento extremadamente temperamental.

El conflicto de ambivalencia se trasladó de su madre a Elvira. Puccini empezó a experimentar los síntomas familiares. Se volvió incapaz de tomar decisiones y empezó a quejarse de su situación y de lo mucho que sufría por los celos patológicos de Elvira. Sin embargo, esto solo le servía de excusa para distraerse de sus frecuentes infidelidades y justificarlas.

De este modo consiguió un gran beneficio subjetivo y pudo encubrir sus propios problemas psicológicos proyectándolos en su esposa. Sin embargo, el comportamiento de Puccini sugiere que quería devaluar su propio lado sensible, pero también femenino, y a las propias mujeres, proyectando sus propios pensamientos en Elvira para ahuyentar la envidia de las mujeres.

Conciencia sucia

La justificación de Puccini en una carta del 30 de agosto de 1915, en la que escribe a Elvira que la mujer de un artista tiene que soportar cosas especiales, es por tanto solo un intento de liberarse de su propia conciencia culpable. Pero Elvira también mostraba un claro déficit psicológico, que se manifestaba en un alto grado de celos, lo que hacía aparecer a ambos cónyuges como personas que habían retrocedido a un nivel infantil.

Las personas celosas son niños que básicamente siguen con el biberón. La pareja es la propia botella. Elvira y Giacomo eran dos personas que sufrían graves problemas psicológicos debido a sus estructuras de personalidad. Como consecuencia de su inestable equilibrio mental y su falta de fuerza en el ego, tenían grandes dificultades para respetarse y quererse a sí mismos. Pero el amor intenso y la aceptación de la pareja respectiva requieren una homeostasis estable con suficiente reconocimiento del propio yo. Debido a esta misma carencia, a ambos se les negó en última instancia una relación emocional profunda.

A esta altura del relato, quien quiera contener el llanto, restregándose las melodiosas lágrimas de Manon (Manon Lescaut), Mimí (La Bohème), Cio-Cio-San (Madama Butterfly) y Minnie (La fanciulla del West) después de leer estos libros, sin duda lo hará con otros oídos.

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