Alemania
Los tiranos no cambian de la noche a la mañana
Juan Carlos Tellechea
Ilaria Lanzino y Vitali Alekseenok, al frente de la orquesta Düsseldorfer Symphoniker, fueron ovacionados durante interminables minutos este domingo al término del estreno de la nueva producción de Nabucco de Giuseppe en la Ópera de Düsseldorf.
Las aclamaciones se multiplicaron también para el barítono Alexey Zelenkov, por su excelente interpretación de Nabucco, la soprano Svetlana Kasyan por su maravillosa Abigaille (el papel más difícil de toda la obra de Verdi en este registro), el bajo por su espléndido Zaccaria (Sumo Sacerdote de Jerusalén), y para el Coro de la Deutsche Oper am Rhein, magníficamente preparado por Patrick Francis Chestnut.
El Ismaele (sobrino del rey de Jerusalén) del tenor Eduardo Aladrén también convenció mucho al público del estreno por su gran entrega. Aladrén se sumergió íntegramente en su papel, expresándolo emocionalmente con sus amplios y brillantes medios vocales e histriónicos.
Imagen imborrable
La puesta de Ilaria , alabada asimismo por la crítica local, logra que de inmediato el espectador se traslade mentalmente a la guerra de agresión rusa en Ucrania.
El diseño de vídeo (Andreas Etter / Fabio Stoll), la escenografía, con sus grandes e impresionantes superficies espejadas (Dorota Caro Karolczak), el vestuario (Carola Volles) y la iluminación (Thomas Diek) contribuyen sobremanera a esa imagen sombría e indeleble que deja la obra en el espectador.
Dos pueblos hermanos se encuentran sumidos en la barbarie de una conflagración bélica tras haber atacado Nabucco con sus tropas a Jerusalén. Para la directora escénica los tiranos no cambian de la noche a la mañana y al final reciben su merecido castigo. La interpretación de la ópera se basa en su especial energía, como explica Lanzino en el programa de mano de la función.
Energía nuclear
El conflicto, aparentemente sin salida, no se detiene ni siquiera en sus propias familias. Zaccaria mantiene como rehén a Fenena (Kimberley Boettger-Soller), la hija de Nabucco. El monarca babilonio y el líder de los hebreos no se mueven ni un ápice en sus enfrentadas posiciones. El ajetreo cotidiano del cruento conflicto armado trae cada vez más dolor y sufrimiento a ambos pueblos. Fenena hace tiempo que cambió de bando por amor a Ismaele y vive entre el pueblo hostil.
Así surgen la energía y la potencia que pueden encontrarse en un reactor atómico, El hecho de que la obra se vea impulsada con la fuerza incontenible, casi incontrolable, de las personas que quieren mantener y alcanzar el poder se refleja también en las escenas interpersonales, a veces poderosas, de esta producción.
El coro
Abigaille, la otra hija de Nabucco, envidia la felicidad de su hermana y el trono de su padre mientras urde planes desastrosos que al final la llevarán al arrepentimiento por todo el daño causado.
La mezzosoprano Kimberley
¿Qué sería de Nabucco sin un coro? Giuseppe Verdi prepara el escenario para el coro en su relato de los acontecimientos del Antiguo Testamento. El Coro de la Deutsche Oper am Rhein marca aquí el tono con una fuerza dramática sin igual. La esperanza, la cohesión y el humanismo, así como el amor a la libertad se resumen en sus intervenciones, y no solo en el famoso clásico “Va pensiero, sull'ali dorate”. Sus integrantes están muy implicados en la producción y son un pilar fundamental en esta representación.
El libreto de Temistocle
Himno no oficial italiano
Esto se aplica en particular al impresionante coro de prisioneros, que con sus lamentaciones se convirtió en vida del compositor en el himno del movimiento de unidad italiano Risorgimento y aún hoy se considera el himno nacional no oficial de Italia. Este coro no ha sido inmune a la instrumentalización política.
El dictador fascista Benito
En los últimos años, la sociedad mundial se ha polarizado mucho, los debates se han vuelto más difíciles -seguramente también debido a las redes sociales- y a menudo se tiende a querer clasificar a la gente en “bandos de opinión”. La complejidad ha caído en descrédito, al igual que la capacidad de soportar contradicciones.
Eliminar tabúes
Para la directora escénica Ilaria Lanzino:
Es importante mostrar en escena los matices de gris que hay más allá del pensamiento en blanco y negro. En el caso de Nabucco, esto es especialmente emocionante porque Verdi cuenta una historia que habla de esperanza, cohesión y humanidad, a pesar de toda la estridente dramaturgia de contrastes. Y la obra lo demuestra una vez más: las contradicciones son grandes, pero hay que soportarlas, hablar de ellas, eliminar los tabúes. Sobre todo en el arte.
Bajo la égida de Vitali Alekseenok, los Düsseldorfer Symphoniker interpretaron un cautivador Nabucco lleno de pasión, como solo Verdi es capaz de entregarlo. Tanto el equipo de la directora escénica como el director musical, la orquesta y todo el elenco fueron larga y efusivamente vivados por la platea.
Comentarios