Alemania

Ni viajando en el tiempo se llega a Reims

Juan Carlos Tellechea
viernes, 15 de noviembre de 2024
Il viaggio a Reims © 2024 by Theater Krefeld Mönchengladbach Il viaggio a Reims © 2024 by Theater Krefeld Mönchengladbach
Mönchengladbach, domingo, 27 de octubre de 2024. Gran sala del Teatro de Mönchengladbach. “Il viaggio a Reims”, drama jocoso en un acto, con música de Gioachino Rossini y libreto en italiano de Luigi Balocchi, basado en Corinne, ou L'Italie de Madame de Staël, estrenado el 19 de junio de 1825 en el Théâtre Italien de París (título original completo: Il viaggio a Reims, ossia L'albergo del giglio d'oro / El viaje a Reims, o sea el Hotel de la Flor de Lis de Oro). En italiano con subtítulos en alemán. Estreno. Régie Jan Essinger. Escenografía y vestuario Benita Roth. Dramaturgia Andreas Wendholz. Reparto: Sofia Poulopoulou (Corinna), Eva Maria Günschmann (Marquise Melibea), Sophie Witte (Condesa de Folleville), Antonia Busse* (Madame Cortese), Bryan López González (Chevalier Belfiore), Patrick Kabongo (Conde de Libenskof), Matthias Wippich (Lord Sydney), Hayk Deinyan (Don Profondo), Gereon Grundmann (Baron von Trombonok), Rafael Bruck (Don Alvaro), Miha Brkinjač * (Don Prudenzio), Kairschan Scholdybajew (Don Luigino), Sabine Sanz (Delia), Susanne Seefing (Maddalena), Gabriela Kuhn (Modestina), Arthur Meunier* (Zefirino), Irakli Silagadze (Gelsomino), Jeconiah Retulla* (Antonio), Lisa Kaltenmeier-Kahraman (policía Angela), Anna Lautwein (policía Isabella).* Miembros del Opernstudio Niederrhein. Orquesta Niederrheinische Sinfoniker. Director Giovanni Conti.100% del aforo.
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Jan Essinger, con su divertida e ingeniosa puesta en escena, así como el director Giovanni Conti, con su vívida interpretación musical, al frente de la orquesta Niederrheinische Sinfoniker, se ganaron merecidamente esta tarde una eclosión de prolongadas ovaciones y altisonantes aclamaciones tras el estreno de una nueva producción de Il viaggio a Reims de Gioachino Rossini en el Teatro de Mönchengladbach.

Trama

La jocosidad del drama deslumbra ni bien se abre el telón con la “noticia” proyectada sobre una pantalla: “

Sensacional hallazgo en el Bajo Rin. Un equipo de expertos arqueólogos ha recuperado un carruaje del siglo XIX que contenía numerosas personas vivas. Según sus declaraciones, viajaban a Reims, para participar en las celebraciones de la coronación del rey Carlos X. Con la ayuda de una máquina del tiempo, las personas varadas en el presente van a ser transportadas a su propia época, pero a algunas de ellas parece gustarles más el mundo moderno...

Incontenible resulta la hilaridad de los espectadores cuando en los subtítulos se comenta que el camión que trae la gigantesca máquina electrónica se demora por los atascos en un bien conocido y muy transitado cruce de autopistas de la región. 

Para colmo, cuando por fin desciende del cielo el artefacto trasladado con toda premura en un helicóptero, alguien se encarga en tierra de sabotearlo para que nadie pueda partir hacia el pasado. Jan Essinger encuentra una lectura entretenida y chistosa para una historia absolutamente insulsa.  

Historia

"Il viaggio a Reims", régie de  Jan Essinger. © 2024 by Theater Krefeld Mönchengladbach."Il viaggio a Reims", régie de Jan Essinger. © 2024 by Theater Krefeld Mönchengladbach.

Rossini, el maestro de la ópera bufa, compuso en realidad Il viaggio a Reims como cantata scenica en homenaje al último Borbón coronado en Francia en la monumental catedral gótica de Nuestra Señora de Reims (del siglo XIII) el 29 de mayo de 1825. Carlos X sería el 33º soberano francés ungido allí en poco más mil años de historia de este templo católico invocado a la Virgen María.

Il viaggio a Reims ocupa un lugar especial en el canon de obras redescubiertas de Rossini. Sin embargo, el compositor la quitó del programa después de tres representaciones y utilizó gran parte de la música en su ópera cómica El conde Ory tres años más tarde.

De todas maneras, la obra fue empleada dos veces más en el siglo XIX antes de caer en el olvido. En 1848 el Théâtre Italien se las arregló para ponerla de nuevo en escena, con un nuevo libreto titulado Andremo a Parigi?, para celebrar, esta vez, nada menos que las barricadas revolucionarias.

Investigación

Tras una nueva y fugaz reaparición como Il viaggio a Vienna, en 1854, con motivo de la boda de Francisco José I con Isabel de Baviera (Isabel de Austria o “Sissi” para el mundo de habla germana), no se volvió a saber nada de la ópera y la partitura se dio por desaparecida durante más de un siglo, hasta el descubrimiento en 1977, en la Biblioteca del Conservatorio de Santa Cecilia de Roma, de las partes no prestadas para Le Comte Ory.

"Il viaggio a Reims", régie de Jan Essinger. © 2024 by Theater Krefeld Mönchengladbach."Il viaggio a Reims", régie de Jan Essinger. © 2024 by Theater Krefeld Mönchengladbach.

Gracias a la Fundación Rossini de Pesaro, la musicóloga Janet Johnson, asistida por Philip Gossett, reconstruyó y publicó la partitura de la ópera, que se representó en el Festival de Ópera Rossini de Pesaro el 18 de agosto de 1984, con Claudio Abbado al frente en una memorable producción dirigida por Luca Ronconi y escenografía de Gae Aulenti. Desde entonces, la ópera se ha reestrenado en muchos de los principales teatros del mundo, como en 1985 en La Scala de Milán.

Contrariamente a lo esperado, el extraordinario número de cantantes necesarios para representar Il viaggio a Reims y la relativa falta de gracia de su argumento facilitaron su difusión en lugar de ser un obstáculo para ello. Por un lado, se ha visto que, dado que las partes vocales no son especialmente extensas, la ópera puede confiarse fácilmente a una compañía de jóvenes; por otro, ofrece a los directores imaginativos la posibilidad de entregarse a la puesta en escena y a los trucos de dirección, como es el caso de esta divertidísima versión de Jan Essinger con escenografía y vestuario de Benita Roth estrenada en el Teatro de Mönchengladbach.

Concertante magistral

"Il viaggio a Reims", régie de Jan Essinger. ©  2024 by Theater Krefeld Mönchengladbach."Il viaggio a Reims", régie de Jan Essinger. © 2024 by Theater Krefeld Mönchengladbach.

Entre los números más destacables está sin duda el gran concertante a catorce voces (tres sopranos, una contralto, dos tenores, cuatro barítonos y cuatro bajos) con el que magistralmente se señala el nudo central de la trama. En él Rossini lleva al extremo su habilidad para concertar a todos los solistas del elenco en el momento de estupor general. La magnífica interpretación, bajo la égida de Giovanni Conti, fue un dechado de gran equilibrio, entrega y cuidada precisión. El gran entusiasmo mostrado por todo el elenco, sin excepción, prueba claramente por qué esta disparatada obra es tan popular.

Los personajes de la obra se dividen, pues, en dos grupos. Los primeros son los viajeros del siglo XIX que se dirigían a Reims y también van vestidos con trajes de época. Los otros forman parte del equipo de arqueólogos que quiere devolver a los viajeros al siglo XIX con ayuda de la susodicha máquina del tiempo.

Essinger desarrolla una comedia que se desvía algo del original de Rossini (los viajeros no podían partir porque no había caballos disponibles) en algunos aspectos, pero no por ello es menos disparatada y despliega una exuberante comedia de situaciones. Tras la decepción inicial, los invitados hacen de la necesidad una virtud y celebran su propia fiesta en el jardín del Hotel de la Flor de Lis de Oro.

Locura

Eva Maria Günschmann, Patrick Kabongo y Rafael Bruck  en "Il viaggio a Reims", régie de Jan Essinger. © 2024 by Theater Krefeld Mönchengladbach.Eva Maria Günschmann, Patrick Kabongo y Rafael Bruck en "Il viaggio a Reims", régie de Jan Essinger. © 2024 by Theater Krefeld Mönchengladbach.

La Condesa de Folleville (Sophie Witte), loca por la moda, está desesperada porque el carruaje que transportaba su guardarropa se ha estrellado y ahora no tiene ni idea de qué ponerse para la fiesta. El general ruso Conde de Libenskof (Patrick Kabongo) está furiosamente celoso del Grande español Don Álvaro (Rafael Bruck) porque coquetea con la Marquesa polaca Melibea (Eva Maria Günschmann) y quiere retarle a duelo.

El tímido Lord Sidney (Matthias Wippich) está locamente enamorado de Corinna (Sofia Poulopoulo), una artista repentizadora romana, pero no se atreve a confesarle abiertamente su amor, a diferencia del oficial francés Cavaliere Belfiore (Bryan López González), que la corteja abiertamente pese a mantener una relación con la Condesa de Folleville. El literato italiano Don Profondo (Hayk Deinyan) es un apasionado coleccionista siempre a la caza de extrañas antigüedades, y el comandante Barón de Trombonok (Gereon Grundmann) se ve a sí mismo como el tesorero encargado de organizar el viaje con disciplina germánica.

Esta producción

Bryan López González en "Il viaggio a Reims", régie de Jan Essinger. ©  2024 by Theater Krefeld Mönchengladbach.Bryan López González en "Il viaggio a Reims", régie de Jan Essinger. © 2024 by Theater Krefeld Mönchengladbach.

Rossini enriquece esta historia más bien escasa con una música increíblemente viva y compone arias y escenas grandiosas para cada uno de estos personajes, haciéndoles parecer entrañables pese a su locura. En esta producción, Essinger introduce los mayores cambios en los cuatro últimos viajeros. Trombonok pasa de tesorero a cochero, que conducía el carruaje en el accidente y se rompió el brazo en el proceso. Melibea ya está casada con Libenskof, por lo que Delia (Sabine Sanz) muta de la huérfana real que acompaña a Corinna a la madre de gatillo fácil de Libenskof, que primero mata a una liebre, luego a un pájaro y finalmente incluso a un jabalí. Ella tiene tan poco que cantar como en la versión original de la obra.

El hecho de que la Sra Cortese (Antonia Busse) sea la directora del instituto de investigación es una consecuencia lógica de esta interpretación. Si la artista de la improvisación Corinna puede ser considerada un genio de la informática es ciertamente una cuestión de opinión. Lo que sí tiene gracia es la idea de presentar al grande de España, Don Álvaro, enamorado de Melibea, como el principal científico del instituto, que acaba saboteando su propia investigación y a la máquina del tiempo por amor a la Marquesa polaca.

Coronas

Con una buena dosis de ironía, esta máquina es literalmente llevada a su tumba en el sitio arqueológico tras el intermedio, antes de que se celebre un festín con los animales sacrificados por Delia. Aunque al final la máquina del tiempo destruida ya no puede transportar a nadie a otra época, al menos escupe numerosas coronas durante el canto de homenaje de Corinna, con las que todos los personajes de la obra se coronan al final.

El hecho de que el estreno pueda tener lugar se debe principalmente a la soprano Antonia Busse, quien sustituyó a varias solistas por enfermedad y consiguió integrarse rápidamente en la producción. Es más, en el coro que sigue al aria de Lord Sidney, parece una parte natural de la historia junto a Susanne Seefing como Maddalena y Lisa Kaltenmeier y Anna Lautwein, que se insertan en la historia como las dos policías Angela e Isabella.

Busse interpreta su cavatina de apertura “Di vaghi raggi adorno” con una esbelta voz de soprano y clara coloratura, de forma casi cómica y juguetona. La Orquesta Sinfónica del Bajo Rin, bajo la égida de Giovanni Conti, entregó una brillante interpretación. Los tempi vertiginosos en los pasajes parlando, la coordinación entre el colectivo musical y los cantantes fue siempre perfecta.

Maravilla

Sophie Witte da a la Contessa di Folleville una interpretación maravillosamente exaltada y también anota con una coloratura vertiginosa, tras lamentar inicialmente la pérdida de su vestuario con agudos sufridos y gran comicidad. Como Modestina, Gabriela Kuhn soporta pacientemente los caprichos de su señora e impresiona con su irónica actuación. Especialmente extraordinario es el momento en que Lord Sidney coloca su taza de té en el bonete de Modestina, que ella mantiene hábilmente en equilibrio sobre su cabeza durante el resto de la obra.

Eva Maria Günschmann es un delicioso regalo para la vista y el oído como Marquesa Melibea con su vestido rojo fuego, por lo que no es de extrañar que Álvaro se enamore de ella, despertando los celos de Libenskof. El tenor Patrick Kabongo en el papel de Libenskof suena brillante a medida que avanza la representación; logra un maravilloso contraste entre el amante celoso y el hijito de mamá llorón que tiene que aceptar las órdenes de su dominante progenitora.

Como Melibea, Günschmann posee una rica voz de mezzosoprano que adquiere rasgos muy seductores. Los dos desarrollan un gran entusiasmo en el dúo de reconciliación tras el intervalo, en el que no solo brillan vocalmente, sino que también desaparecen sugerentemente en la cabina de una plataforma elevada a la izquierda del escenario para un pequeño y erótico retozo pastoril.

En el papel de Álvaro, Rafael Bruck se toma con calma que no pueda conseguir nada con Melibea y que su acto de sabotaje haya sido, por tanto, en vano. Su voz es convincente con un barítono viril.

Cautivante

La poderosa y redonda voz de soprano de Sofia Poulopoulou como Corinna cautiva ya al final del sexteto, cuando suaviza las olas entre los dos pendencieros con un canto angelical (acompaña por arpa) desde fuera del escenario. No es de extrañar que Lord Sidney se enamore de ella y que también atraiga la atención del Cavaliere Belfiore.

En el dúo con Bryan López González como Belfiore, Poulopoulou realiza un magnífico intercambio de golpes y le pone en su sitio con llamativas notas altas. López González puntúa con su melodía de tenor y da al mujeriego una interpretación muy apasionada. Matthias Wippich tiene un bajo profundo como Lord Sidney y juega con la ligera torpeza del británico con gran humor.

Wippich también se marca una maravillosa comedia en “Dell' aurea pianta” (“Dios salve al Rey”) en el final. Gereon Grundmann da profundidad al Barón de Trombonok. Hayk Deinyan se queda algo pálido como Don Profondo; pero saca el máximo partido de la comedia en el aria del catálogo “Medaglie incomparabili”, en la que Profondo caricaturiza a los otros compañeros de viaje. Los papeles más pequeños también se ven realzados por la dirección de los personajes por parte de Essinger y todos convencen por su gran entusiasmo.

Rossini anticipa himno alemán

Bryan López González y Sofia Poulopoulou en "Il viaggio a Reims", régie de Jan Essinger. © 2024 by Theater Krefeld Mönchengladbach.Bryan López González y Sofia Poulopoulou en "Il viaggio a Reims", régie de Jan Essinger. © 2024 by Theater Krefeld Mönchengladbach.

Otro momento musical culminante, como se señala más arriba, es el gran conjunto de 14 voces antes del intervalo, en el que al principio todos están desesperados porque el viaje no puede continuar, pero luego todos se alegran porque deciden viajar a París en su lugar. La carta que la Sra. Cortese supuestamente recibe de su marido la trae el pájaro que Delia había derribado antes.

Los solistas llegan a un furioso final vocal. Giovanni Conti da vida a la sobrecogedora música de Rossini con la Orquesta Sinfónica del Bajo Rin. Un momento de sorpresa puede ser también el hecho de que Rossini ya anticipara en 1825 las armonías del Himno nacional alemán al utilizar el Himno imperial compuesto por Joseph Haydn a finales del siglo XVIII como parte de las melodías tradicionales que los invitados cantan individualmente a sus respectivas patrias al final de la pieza. Las casi tres horas pasan como si hubieran sido 30 minutos y el público celebra a la producción y a todo el elenco con estentóreas y merecidas ovaciones. ¡Muy buen trabajo!

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