España - Andalucía

Otoño pucciniano II: Digno testamento

Pedro Coco
lunes, 25 de noviembre de 2024
Turandot © 2024 by Teatro de la Maestranza Turandot © 2024 by Teatro de la Maestranza
Sevilla, domingo, 10 de noviembre de 2024. Teatro de la Maestranza. Giacomo Puccini: Turandot. Ópera en tres actos con libreto de Giuseppe Adami y Renato Simoni. Emilio López, dirección escénica sobre la de Sonja Frisell. Jean Pierre Ponnelle, escenografía y vestuario. Juan Manuel Guerra, iluminación sobre el diseño original de Joan Sullivan. Oksana Dyka / Kristina Kolar (Turandot), Jorge de León / Héctor Sandoval (Calaf), Miren Urbieta-Vega / Laura Brasó (Liù), Maxim Kuzmin Karavaev / Alejandro Baliñas (Timur), Manel Esteve / Pablo Ruiz (Ping), Manuel de Diego (Pang), Jorge Franco (Pong), César San Martín (mandarín), Josep Fadó (Altoum). Real Orquesta Sinfónica de Sevilla y Coro Teatro de la Maestranza. Directores: Gianluca Marcianò / Jacopo Brusa. Producción del Teatro de la Maestranza, estrenada en el Teatro La Felice de Venecia (1987).
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Y como cierre de la conmemoración del centenario del fallecimiento de Puccini, resulta muy acertada la recuperación del montaje propiedad del Maestranza desde 1998 —y retomado con un estelar reparto en 2010— de la Turandot originalmente veneciana de Jean-Pierre Ponnelle, testamento musical del compositor toscano.

De nuevo, con un doble reparto y seis funciones que, al igual que ocurrió hace tres lustros, ha conseguido atraer a tanto público como butacas tiene el teatro. La popularidad del título y el preámbulo de la excelente gala Radvanovsky-Beczala de hace unas semanas han hecho la magia del lleno total.

Pieza enlazada

La producción, clásica y con el claro sello de su genial creador, resiste bien las décadas que lleva encima y, esta vez, se ha contado con la mano de Emilio López para, entre otros aspectos de un trabajo bien y concienzudamente realizado, añadirle el factor tecnológico de proyecciones abstractas y geométricas. Algunas, en especial las que aparecen en los espectaculares finales de acto de la ópera, son un acierto.

Oksana Dyka como Turandot. © 2024 by Guillermo Mendo.Oksana Dyka como Turandot. © 2024 by Guillermo Mendo.

Con medios de gran potencia, y muy en la tradición del este europeo, se enfrentaron al temido personaje protagonista de manera diversa Oksana Dyka —que, tras años de lidiar con el más exigente repertorio dramático puede, no sin ciertas dificultades, sortear los escollos del rol— y Kristina Kolar —de mayor homogeneidad en los mimbres. 

Héctor Sandoval (Calaf) y Kristina Kolar (Turandot). © 2024 by Guillermo Mendo.Héctor Sandoval (Calaf) y Kristina Kolar (Turandot). © 2024 by Guillermo Mendo.

La primera cargó las tintas en la faceta más teatral, y su voz, de peculiar timbre, mostró la contradicción del personaje; a pesar de ciertas irregularidades en la emisión, su prestación fue indudablemente magnética. Kolar, por su parte, se centró en la escritura musical y, con un material más lírico, privilegió lo canoro en su recreación.

Maxim Kuzmin Karavaev (Timur) y Miren Urbieta-Vega (Liu). © 2024 by Guillermo Mendo.Maxim Kuzmin Karavaev (Timur) y Miren Urbieta-Vega (Liu). © 2024 by Guillermo Mendo.

Destacaron en ambos repartos los intérpretes españoles, y pudimos disfrutar, tanto en uno como en otro, de voces con proyección —en todos los sentidos—. La elección de las dos Liù resultó sin duda un acierto, pues tanto Miren Urbieta-Vega, que cada vez domina más un personaje muy adecuado a sus mimbres, como Laura Brasó supieron aprovechar sus bellísimas arias, mostrando instrumentos líricos de gran belleza. El uso de los reguladores de la primera, impecable, elegantísima, y la implicación de la segunda —muy matizado el siempre emotivo preludio a “Tu, che di gel sei cinta”— fueron premiados, con razón, al final de ambas veladas.

Jorge de León es uno de los más aplaudidos Calaf de la actualidad, y no extraña si, como ocurrió en su segunda noche, se entrega de ese modo. Especialmente brillante en el segundo y en el tercer acto, con arrojo y seguridad se enfrentó valiente y cómodo a la exigente escritura; una velada, en suma, en la que se mostró muy inspirado. Con un canto honesto, homogéneo, de tintes más líricos, defendió Héctor Sandoval su príncipe ignoto.

Y fue todo un lujo contar con la voz del joven Alejandro Baliñas como Timur. Es el suyo un instrumento de gran rotundidad y frescura en la emisión, que se imponía a la orquesta sin dificultad y, a la vez, plegaba con buena técnica, como ocurrió en su última intervención.

Se dio la rareza de contar con dos Ping: primero, y llegando pocas horas antes de la función del 10, Manel Esteve, que ya lo fue en 2010 sobre las mismas tablas y lo conoce y recrea a la perfección; tras su recuperación, el asimismo excelente Pablo Ruiz fue Ping el día 12. El resto de los comprimarios resultaron muy adecuados a sus intervenciones y brillante, como de costumbre, se presentó un coro del Maestranza que se erigió sin discusión como otro protagonista más de la velada. Voces muy teatrales, empastadas, que crecen en homogeneidad impecablemente dirigidas por Íñigo Sampil.

Por último, aunque solo en orden de narración, la espléndida ROSS, que en los últimos años destaca y convence tanto en sus intervenciones sinfónicas —fueron unas veladas de altísimo nivel las recientemente dedicadas a la Tercera Sinfonía de Mahler—como en las operísticas. Con dos maestros italianos que presentaron una luminosa lectura, atenta a las voces y con varios puntos en común desde lo conceptual —especialmente teatral y variada en lo dinámico fue la de Gianluca Marcianò— el empaste de las secciones fue indiscutible, especialmente a la derecha del foso.

No abandonamos el siglo XX con la próxima cita, la primera producción de Ariadna en Naxos que se verá en el Maestranza.

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