Artes visuales y exposiciones
Gabriele Münter en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid
Juan Carlos Tellechea
Gabriele
Münter, una de las pintoras alemanas más importantes del siglo XX, y
cofundadora del grupo expresionista Der Blaue Reiter (El
Jinete Azul), tiene su primera exposición retrospectiva en España desde el 12
de noviembre al 9 de febrero en el prestigioso Museo Nacional
Thyssen-Bornemisza de Madrid.
Un total de 164 obras serán exhibidas en la
muestra organizada por este Museo en cooperación con la Fundación Gabriele Münter y Johannes
Eichner y la Galería
Municipal en la Lenbachhaus y Kunstbau de Múnich, en coproducción
con el Museo de Arte Moderno de
París, donde será presentada desde el 4 de abril al 24 de agosto de 2025. De
Gabriele serán mostradas 145 trabajos (86 pinturas, 21 obras sobre papel
y 38 fotografías), más otras 19 imágenes fotográficas, obras y objetos
diversos.
La exposición está al cuidado de los historiadores del arte Marta Ruiz del Árbol, conservadora de pintura moderna del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Isabelle Jansen, directora de la Fundación Gabriele Münter y Johannes Eichner, así como por Matthias Mühling, presidente de la citada Fundación y director de la Galería Municipal en la Lenbachhaus y Kunstbau de Múnich. El catálogo, publicado por la Fundación Thyssen-Bornemisza, reúne artículos y ensayos de Ruiz del Árbol, Jansen y la historiadora del arte Anna Storm.
Lenguaje pegadizo
En su obra Gabriele
Münter. Malen ohne Umschweife (Gabriele Münter. Pintar sin rodeos),
publicada por la editorial Prestel/Penguin/Random House de Múnich con motivo de
la retrospectiva de esta artista celebrada en 2017 en la Lenbachhaus, afirma
Isabelle Jansen que:
Sus cuadros captan el mundo en obras de arte cuyo lenguaje formal aparentemente sencillo y pegadizo contrasta con su contenido de múltiples capas.
El talento de Münter para captar rápidamente una escena que le interesaba visualmente y darle una claridad de expresión se condensó en el cliché del pintor espontáneo e intuitivo. Ella misma aceptó de buen grado esta interpretación y utilizó su poder.
Como el cliché correspondía a los ideales de un modernismo europeo que concedía más autoridad a lo inmediato, lo ingenuo y lo poco sofisticado que al arabesco académico e intelectual, lo utilizó como sello de su pintura. La pintura sin rodeos es, pues, ante todo un concepto. En una pintura “sin florituras” hay un principio soberano y bien calculado de diseño estético.
Subrayar
Esta exposición del Museo Nacional
Thyssen-Bornemisza pretende subrayar precisamente ese lado de la ambigüedad
conceptual -simplicidad de apariencia frente a la complejidad de contenido- en
la obra de Gabriele Münter.
Ella fue más que la alumna y musa de Vasili Kandinski y por su
propio esfuerzo consiguió salir de la sombra de éste, como hicieron también
otras tantas mujeres artistas frente a sus respectivas parejas: Sonia Delaunay, Anni Albers, Dora Maar y Sophie Taeuber-Arp.
En una de sus fases depresivas, Gabriele Münter
escribiría en su diario:
A los ojos de mucha gente, yo no era más que un apéndice innecesario de Kandinski. Se olvida a menudo que una mujer puede tener un talento original y genuino y ser una persona creativa.
La historiadora del arte Annegret Hoberg cita a
en su libro Gabriele
Münter. Junge Kunst 22 (Gabriele Münter. Arte Joven 22), de la editorial Hirmer de
Múnich, emitiendo un juicio sobre el talento independiente de la pintora:
Como alumna no tienes remedio, no se te puede enseñar nada. Todo lo que puedo hacer por ti es cuidar y alimentar tu talento [...] Solo puedes hacer lo que ha crecido en ti (tú misma).
La fuerza artística de Münter es evidente en
todas las fases de su obra. Pintó y fotografió durante toda su vida y continuó
haciéndolo incluso en periodos difíciles de su vida, como tras su separación de
Kandinski o su aislamiento bajo el nacionalsocialismo.
Sus retratos revelan un enorme y sorprendente
abanico de creatividad artística, señala por su parte la historiadora Kathrin Baumstark,
directora del Foro de Arte
Bucerius de Hamburgo, en su volumen titulado Gabriele
Münter. Menschenbilder (Gabriele Münter. Imágenes de personas),
publicado también por Hirmer, con artículos y ensayos de las especialista
Isabelle Jansen, Christine
Hopfengart, Ulrich
Pohlmann, Uwe Schneede
y Frank Schmidt.
Filme
En estos días precisamente se estrenó en
Alemania el filme Münter &
Kandinsky, del realizador Marcus O.
Rosenmüller. Juntos pasan a formar parte del grupo de artistas
expresionistas Der Blaue Reiter. Kandinski se haría mundialmente famoso, pero
durante mucho (demasiado) tiempo Münter solo sería reconocida como la mujer a
su lado.
Rosenmüller retrata a la pintora como una mujer
independiente, pero también de gran voluntad y obstinada. Su relación con
Kandinski es como su arte: expresionista. La aplicación del color es audaz. El
director permite a su cámara acercarse mucho a las obras y seguir las
pinceladas de ambos artistas, así como a la aplicación de la pintura por parte
de los demás integrantes de El Jinete Azul.
¡Ya era hora!
La obra de Gabriele Münter recibe ahora un
merecido homenaje en esta retrospectiva de Madrid que más adelante será llevada
a París. ¡Ya era hora! La historia reciente de la recepción ha corregido a
fondo aquella deprimente afirmación. Junto con Paula
Modersohn-Becker, Münter es la artista expresionista femenina más
destacada de Alemania.
Su obra es testimonio de un lenguaje visual
independiente y poderoso que trasciende todos los cambios estilísticos. Nacida
en Berlín, Münter se trasladó a Múnich en 1901 para estudiar arte y a
principios de 1902 ingresó en la recién fundada Escuela de Arte Phalanx de
Vasili Kandinski. En 1903, ambos formaron una fatídica pareja de vida y obra.
El famoso compañero fue tanto una oportunidad
como una carga para Gabriele Münter. Él y su entorno artístico la animaron
decisivamente, pero durante su vida siempre estuvo a su sombra. El hecho de que
él nunca cumpliera su promesa de matrimonio se convirtió cada vez más en una
ofensa personal para ella.
La casa
Visitar también la
casa que adquirió Gabriele Münter en Murnau
en 1909 es una experiencia inefable; su noble espíritu ronda todavía en esos
acogedores ambientes. Münter y Kandinski se alojaron a menudo en esta vivienda,
popularmente conocida como “la casa rusa”. La amueblaron juntos, acondicionaron
el jardín y pintaron los muebles según sus propios diseños.
Gabriele Münter procedía de una familia
caracterizada por su espíritu pionero y su afán de libertad. Tras pasar casi
veinte años en América, regresó a Alemania en 1864, ya en posesión de una
considerable fortuna. Münter demostró desde muy joven un talento para el dibujo
que también caracterizaría su obra como pintora.
Fotografía
Tras un breve periodo de estudio en dos
escuelas de dibujo de Düsseldorf, viajó por Estados Unidos con su hermana Emmy
entre 1898 y 1900. La fotografía desempeñó un papel importante en la obra de
Gabriele Münter. Desde que le regalaron una cámara Kodak Bull's
Eye No. 2 en América, cultivó este medio con sensibilidad artística.
Incluso la elección de los motivos y el
encuadre de las imágenes dan testimonio de la claridad de visión que también es
típica del arte reduccionista del dibujo de Münter. En repetidas ocasiones
trabajó a partir de sus propias fotografías.
En esta muestra de Madrid es posible comprender
ahora cómo Münter, una de las pocas mujeres vanguardistas, influyó y adaptó
significativamente el modernismo europeo. Las constantes de su obra son su
valentía para reducir, el énfasis en los contornos y el uso de colores básicos.
Esto se refleja también en la referencia al arte infantil y popular. Münter y
Kandinski reunieron una extensa colección de dibujos y pinturas infantiles,
cuya importancia se manifiesta en el uso de muchos motivos en sus obras.
Itinerario
El recorrido por las salas comienza con una
sección en la que la propia artista se presenta al público a través de una
serie de autorretratos y fotografías, y continúa con un recorrido
cronológico-temático que abarca toda su larga carrera artística.
A continuación, se muestra su creación
pictórica en un paseo que arranca con las obras realizadas durante sus viajes
por Europa y el Norte de África junto a Kandinski, y prosigue con un amplio
espacio dedicado a sus obras maestras del periodo de El Jinete Azul.
Para finalizar, la muestra se centra en su
exilio en Escandinavia durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y los
distintos caminos de expresión que encontró tras su regreso a Alemania a partir
de la década de 1920.
Redescubrimiento
El fin de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945)
trajo consigo el redescubrimiento progresivo de su arte y su figura comenzó a
ser reivindicada con numerosas exposiciones y adquisiciones de su obra por
parte de museos y coleccionistas. Durante los años finales de su vida, Münter
continúo trabajando. Algunas de sus últimas pinturas fueron versiones de obras
anteriores en las que reflexionaba sobre su propia trayectoria.
En 1966, cuatro años después de la muerte de la
pintora, la Fundación Gabriele Münter y Johannes Eichner se convirtió en
entidad jurídica. La fundación se creó por testamento de Gabriele Münter y el
historiador del arte y filósofo Johannes Eichner, socio de
la artista.
Gabriele Münter había conocido al Dr Eichner en
Berlín en 1927. Éste reconoció el talento de la pintora, investigó y escribió
sobre su arte y sobre Vasili
Kandinski. En 1952, Johannes Eichner y el que más tarde sería
director de la Städtische Galerie im Lenbachhaus, Hans Konrad Röthel,
se conocieron y entablaron una estrecha amistad.
A salvo del nazismo
En 1956, Röthel pudo ver por primera vez la
colección de todos los cuadros de Kandinsky y Münter, que la artista había
guardado en el sótano de su casa de Murnau y protegido de los
nacionalsocialistas. Un año más tarde, en 1957, con motivo del 80 cumpleaños de
la pintora, se hizo una importante donación de partes importantes de esta
colección a la Galería Municipal en la Lenbachhaus de Múnich.
Cuando Gabriele Münter y Johannes Eichner
decidieron crear una fundación, contaron con el apoyo de Hans Konrad Röthel.
Tras la muerte de Münter en 1962 en Murnau, esta fundación debía convertirse en
una institución independiente con capacidad jurídica y conservar y administrar
su rico patrimonio.
Comentarios