Discos
Bruckner 200Mari Kodama, Bruckner: Piano Works
Juan Carlos Tellechea
La exquisita intérprete Mari Kodama está
celebrando el bicentenario de Anton Bruckner con su
nuevo CD Bruckner:
Piano Works (sello Pentatone),
una colección de obras raramente tocadas en público, algunas grabadas en este
soporte digital por primera vez.
La noción popular de Bruckner como uno de los
más grandes creadores tardíos de música se basa en gran medida en la cronología
de sus sinfonías, la más temprana de las cuales (la Studiensymphonie en fa
menor, sin numeración) fue compuesta en 1863, cuando se acercaba a su
cuadragésimo cumpleaños.
Mientras que ciertas piezas revelan aquí al
célebre sinfonista y compositor de música sacra, otras iluminan un lado menos
conocido y más ligero de la personalidad musical del maestro de la Abadía de los canónigos agustinos
de San Florián (Alta Austria), de la que fue durante su infancia uno de los Niños cantores del famoso coro y más tarde
organista titular.
Joyas
Un vistazo a lo que Bruckner ya había escrito
antes de esa fecha muestra una importante producción de música sacra que
incluye pequeñas obras maestras como el Ave María a siete voces y el motete Afferentur
regi (ambos 1861). Éstas denotan a un compositor con huellas musicales
completamente distintivas varios años antes de embarcarse en su carrera como
sinfonista.
Quien piense que una colección de las
primeras piezas para piano del compositor solo contiene intentos de
estudiante, se equivoca. Merece la pena escuchar con atención algunos de los
temas del nuevo álbum de Mari
Hito
Bruckner seguía estudiando a sus casi 40 años de edad. Otto Kitzler, diez años
menor que él, y quien más tarde llegaría a interpretar sinfonías de su “alumno “
como director de orquesta en Brno, le enseñó composición y lo introdujo en los
dramas musicales de Richard Wagner, un hito decisivo en su carrera.
El cosmopolita Kitzler, procedente de Dresde,
era justo lo que él necesitaba. Su nuevo maestro hizo que Bruckner escribiera
temas estrictos de ocho compases en particular, ayudando así a allanar el
camino para la posterior carrera sinfónica de Bruckner.
Esbozos
Del Kitzler Studienbuch (Cuaderno de estudio
de Kitzler) emanan breves composiciones que Mari Kodama hace suyas con delicado
virtuosismo, musicalidad natural y clara expresividad tonal.
Dicho sea al margen, a comienzos de julio
pasado tuvimos oportunidad
de escucharlas también, nada menos que interpretadas en el histórico
piano (Bösendorfer) de Anton Bruckner, completamente restaurado, por el
profesor Franz
Farnberger, director artístico de los Niños cantores de San Florián,
en la impresionante exposición Wie alles
begann. Bruckners Visionen (Cómo empezó todo. Las visiones de
Bruckner), que con motivo del bicentenario tuvo lugar hasta finales de octubre en la referida Abadía,
hogar espiritual del eximio compositor, en esa bella localidad altoaustríaca
que domina el valle del Danubio.
En sol menor
La apertura del primer movimiento (esbozo) de la Sonata en sol menor WAB 243 con el que Mari Kodama inicia este CD parece más
bien convencional con su estructura de acordes y las carreras tímidamente
resaltadas, en las que se hace palpable ya la preferencia de Bruckner por los
contrastes dramáticos y la audacia armónica.
Unos compases más tarde, el escucha podría
suponer que el autor es Franz Schubert. Pero no. Se trata de un movimiento de
sonata inacabado escrito por Bruckner en 1862, que se encuentra en el referido Kitzler
Studienbuch, conservado desde 2013 en la Biblioteca
Nacional de Austria en Viena.
En la regia Sala de
Estado de la Biblioteca se celebra desde el pasado 21 de marzo y
hasta el 26 de enero de 2025 la imponente exposición Anton
Bruckner. Der fromme Revolutionär (Anton Bruckner. El
revolucionario piadoso), muy recomendable para quien quiera conocer más a fondo
la vida y la obra del eximio compositor.
Lenguaje
Bruckner ensaya aquí diversas formas y danzas:
Étude cromático, Rondo, Andante, además del vals, el Ländler o el
galope. Las obras, como mucho insinúan el lenguaje tonal característico de
Bruckner más adelante. Eso es especialmente cierto en las piezas compuestas en
la década de 1850, incluida la Cuadrilla Lancier a cuatro voces, en la que
Bruckner cita melodías de Albert Lortzing y Gaetano Donizetti.
Mari Kodama, quien toca aquí un piano de
concierto Yamaha
(CFX2022PE),
escribe en el folleto que acompaña al CD:
Al principio tocaba las miniaturas de Bruckner con gran asombro y luego, finalmente, con entusiasmo. Cada vez tenía más la sensación de estar experimentando a un Brucker diferente del que se nos presenta en los relatos o en las salas de concierto a través de sus obras monumentales.
Cuando tocaba sus esbozos, sentía que podía recorrer con él una parte de su camino, que podía experimentar su meticulosa preparación para su verdadero objetivo profesional de convertirse en compositor.
Escribía esbozos mágicos, a veces con trazos delicados, a veces con trazos poderosos. Su brevedad por sí sola los convierte en lo opuesto a sus exuberantes sinfonías, en las que una y otra vez abre nuevos espacios con espectaculares oleadas de clímax.
En sus piezas para piano prevalece un principio diferente: el de la condensación, la reducción de las ideas musicales a su esencia. Esta esencia manifiesta muchas cosas que hasta ahora no había asociado a Bruckner: una buena dosis de humor, la alegría de tocar con estilos musicales que van desde Ludwig van Beethoven, a quien Bruckner admiraba mucho, hasta Johannes Brahms.
Serenidad y alegría
Impresiona en especial la Fantasía en re menor,
una pieza que revela el dramático sentido de la estructura de Bruckner. La Stille
Betrachtung an einem Herbstabend (Contemplación serena en una tarde de otoño)
muestra a su vez al Bruckner lírico y reflexivo, cuya música está siempre
impregnada de una profunda espiritualidad.
Piezas más ligeras como la Polca en do mayor (y
la misma Cuadrilla Lancier) revelan el lado humorístico y casi lúdico
bruckeriano, que rara vez aflora en sus sinfonías. Difícilmente alguien
pensaría en este compositor al escuchar tanta alegría musical.
Digno de mención es además el Tema con
Variaciones nº 5, que requiere finura técnica y claridad melódica. Aquí,
Bruckner se muestra como un inventor que varía su material con asombrosa
facilidad y elegancia.
Sin excesos
Mari Kodama domina los retos de esta
heterogénea colección con gran destreza. Su fraseo es siempre claro y bien
pensado. Ella sabe moldear los amplios arcos melódicos de Bruckner de forma
natural, sin que la música pierda ni un grado de tensión. También muestra un
fino sentido de la agilidad rítmica y una elegante agógica en danzas como los
Valses números 1 y 2 o la Mazurca en la menor.
En cuanto a la técnica, Kodama brilla sobre
todo en el Estudio cromático en fa mayor. Su toque se mantiene controlado y
diferenciado incluso en los pasajes más virtuosos, sin perder profundidad
expresiva. Dinámicamente, explora los extremos sin caer nunca en el exceso. Su
interpretación combina claridad y emoción de forma admirable.
Erinnerung (Recuerdo), escrita posiblemente en 1868, una de las obras para piano más
importantes de Bruckner, alude desde ese momento al futuro sinfonista. En ella
casi se puede oir la instrumentación de una gran orquesta; las arpas en la
sección central, seguidas por las trompas, trompetas y trombones. Tras un gran
crescendo la música se esfuma como por arte de magia y solo queda la imagen de
un bello sueño.
Grabación
Kodama trabaja con precisión las peculiaridades
rítmicas y el gesto danzado de estas piezas, y hace bien en no realzar
espasmódicamente esta música ocasional. Los estudios documentan no solo una
faceta poco conocida de Bruckner, sino también su meticulosidad en el
tratamiento de las pequeñas formas. Para este compsitor en particular, que
destacó sobre todo como improvisador en el órgano desde sus comienzos en San
Florián, estos pasos formales fueron muy importantes para su desarrollo, hacia
convertirse en uno de los más grandes sinfonistas del siglo XIX.
La grabación, del ingeniero de sonido Erdo Groot, en una
acústica cercana, capta con naturalidad los agudos cristalinos y los graves no
algodonosos del piano Yamaha, que está muy bien centrado en la imagen sonora.
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