Reportajes
Cambio climáticoCLIV Corales de aguas profundas albergan bacterias desconocidas con genomas muy pequeños
Juan Carlos Tellechea

Un equipo de investigación
germano-estadounidense dirigido por la profesora Dra Iliana Baums, del
Instituto Helmholtz para la Biodiversidad Funcional Marina de la Universidad de
Oldenburgo (HIFMB), y el Dr Samuel Vohsen,
de la Universidad de Lehigh
(Pensilvania, Estados Unidos), ha descubierto dos sorprendentes especies de
bacterias en el tejido de dos corales de aguas profundas del Golfo de México.
Estos simbiontes de los corales, hasta ahora
desconocidos, tienen un genoma extremadamente pequeño y ni siquiera son capaces
de obtener energía de los hidratos de carbono. El equipo informa de ello en la
revista Nature
Communications.
Nueva familia
Los corales de aguas profundas albergan
bacterias desconocidas hasta ahora con genomas extremadamente pequeños. Los
microbios carecen incluso de la capacidad de descomponer carbohidratos. Las
especies pertenecen a una nueva familia de corales de aguas profundas.
La profesora Dra Iliana Baums explica que:
Esta especie es un ejemplo impresionante de los pocos genes que se necesitan para que un organismo sea funcional.
El equipo de investigación estudió varias
colonias de dos especies de coral cuerno en el Golfo de México. Las especies
Callogorgia delta y Callogorgia americana se dan en profundidades de entre 300
y 900 metros, donde la oscuridad es total.
Mollicutes
Durante sus análisis, los investigadores
descubrieron especies bacterianas de la clase Mollicutes -un grupo de
bacterias que a menudo viven como parásitos sobre o dentro de las células de
plantas, animales y seres humanos, y a veces causan enfermedades- estrechamente
relacionadas y desconocidas hasta entonces.
Basándose en análisis genéticos, los
investigadores proponen asignar las dos especies a una nueva familia denominada
Oceanoplasmataceae. Otras investigaciones revelaron que las bacterias
viven como simbiontes dominantes de los corales en una capa de tejido
gelatinoso a través de la cual se transportan los nutrientes y que sirve de
defensa inmunitaria.
Una especie (Oceanoplasma callogorgiae) solo
tiene 359 genes que codifican proteínas para diferentes funciones metabólicas,
mientras que la otra (Thalassoplasma callogorgiae) tiene 385 genes. En
comparación, la bacteria intestinal Escherichia coli tiene más de 4000 genes de
este tipo, mientras que los seres humanos tienen alrededor de 21000.
Funcionamiento
Hasta ahora, los investigadores se han
preguntado cómo puede funcionar el metabolismo de los dos microbios recién
descubiertos con un genoma tan reducido. La Dra Baums afirma que:
Estas bacterias ni siquiera tienen genes para el metabolismo normal de los carbohidratos, es decir, para obtener energía a partir de los carbohidratos, algo que tiene todo organismo vivo.
Según la investigación, solo pueden utilizar
como fuente de energía el aminoácido arginina, que obtienen del coral huésped,
agrega Baums:
Sin embargo, se puede obtener muy poca energía de la descomposición del aminoácido. El hecho de que esto sea suficiente para que las bacterias sobrevivan es realmente asombroso.
Parásitos puros
Las bacterias también obtienen otros nutrientes
esenciales de su huésped. No está claro si los microbios son parásitos puros o
si los corales también se benefician de sus simbiontes. Según el análisis
genético, las dos especies bacterianas disponen de varios mecanismos de defensa
para eliminar material genético extraño, los llamados sistemas CRISPR/Cas, que
también se utilizan en biotecnología para editar genes.
Según la hipótesis de los investigadores estas
capacidades también podrían ser útiles para los corales hospedadores a la hora
de protegerse de patógenos. Otra posibilidad es que las bacterias proporcionen
nitrógeno a su huésped descomponiendo la arginina.
Colonizadores
Para la profesora Dra Baums, cuya investigación
se centra tanto en la ecología como en la evolución de los corales, los
simbiontes ofrecen la oportunidad de conocer mejor la historia de este diverso
grupo de animales:
Siempre me ha parecido asombroso que los corales colonicen tantos hábitats diferentes, a pesar de que son animales muy simples en cuanto a su modelo.
Los simbiontes son cruciales para que los
corales puedan adaptarse a diferentes condiciones ambientales, agrega la
académica e investigadora del AWI:
Proporcionan funciones metabólicas que los propios corales no tienen.
Algas
Los corales tropicales de aguas poco profundas
y luminosas, por ejemplo, dependen de las algas, que realizan la fotosíntesis y
proporcionan a los animales alimento y energía. Los corales de aguas frías,
muchos de los cuales viven en las profundidades marinas, oscuras y pobres en
nutrientes, dependen probablemente de las bacterias para convertir los
nutrientes u obtener energía a partir de compuestos químicos.
La profesora Dra Iliana Baums, especialista en
ecología evolutiva y experta en corales, que investiga en el Instituto
Helmholtz de Biodiversidad Marina Funcional de la Universidad de Oldenburgo
(HIFMB), es profesora adjunta de la Universidad de Oldenburgo y del Instituto
Alfred Wegener, Centro Helmholtz de Investigación Polar y Marina de Bremerhaven
(AWI). Además de Baums y Vohsen, también
participaron en el estudio investigadores del Instituto Max Planck de
Microbiología Marina de Bremen, la Universidad de Kiel y la Universidad Estatal
de Pensilvania.
Resumen
Los microbios desempeñan funciones críticas en
los corales, aunque la mayoría de los conocimientos se derivan de la zona
fótica. Aquí se descubrieron dos mollicutes que dominan el microbioma del
octocoral de aguas profundas, Callogorgia delta, y que probablemente residen en
la mesoglea.
Estos simbiontes son abundantes en toda el área
de distribución del hospedador, están ausentes en el agua y parecen ser raros
en los sedimentos. A diferencia de otros mollicutes, carecen de todas las
capacidades fermentativas conocidas, incluida la glucólisis, y solo pueden
generar energía a partir de la arginina proporcionada por el coral huésped.
Sus genomas presentan varios mecanismos para
interactuar con ADN extraño, incluyendo extensas matrices CRISPR y sistemas de
restricción-modificación, lo que puede indicar su papel en la simbiosis. Los
científicos proponen la nueva familia Oceanoplasmataceae, que incluye estos
simbiontes y otros asociados a cinco filos de invertebrados marinos.
Su excepcionalmente amplio rango de
hospedadores sugiere que la diversidad de esta enigmática familia permanece en
gran medida ignota. Los genomas de Oceanoplasmataceae son los más reducidos
entre los mollicutes, lo que proporciona nuevos conocimientos sobre su
evolución reductora y las funciones de los simbiontes de los corales.
Publicación original
Samuel Vohsen et al: “Discovery of deep-sea coral symbionts from a novel family of marine bacteria, Oceanoplasmataceae, with severely reduced genomes“, Nature Communications 15, 9508 (2024). https://doi.org/10.1038/s41467-024-53855-5
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