Discos
George Benjamin pictórico
Daniel Martínez Babiloni
La atención discográfica que
Desde entonces, si no nos fallan las cuentas, Ensemble Modern no había incluido más composiciones de Benjamin entre el casi centenar de discos dedicados a músicas compuestas en los siglos XX y XXI. En esta ocasión, las grabaciones de Palimpsests, A Mind of Winter, At First Light y Canon & Fugue, dirigidas por él mismo, se produjeron en vivo, en diferentes momentos entre 2019 y 2003 y en diferentes salas de concierto de Colonia, Berlín y Frankfurt, con sus correspondientes condiciones acústicas. Un hecho prácticamente imperceptible gracias a la satisfactoria labor de los ingenieros de sonido.
Tres de las cuatro partituras se podrían enmarcar en el interés del compositor por traducir sensaciones visuales en estímulos sonoros que también marcó composiciones como Ringed by the Flat Horizon a principios de la década de 1980. Este tipo de escritura gira en torno a cierto paisajismo, influenciado tanto por el impresionismo como por el espectralismo.
El propio compositor lo manifiesta en las notas que proporciona en la partitura de Palimpsests para orquesta (1998–2002):
Mi objetivo era lograr algo parecido al atardecer o al amanecer en el desierto, o a gran altitud en invierno, cuando el sol está muy bajo y la luz casi horizontal y cristalina.
Para conseguirlo Benjamin distribuye a los instrumentistas de la orquesta en tres secciones: la amplísima gama de efectos percusivos y los metales forman una de ellas, la otra incluye violines y violas y la tercera contrafagotes, clarinetes y flautas —no hay oboes—. Estos dos últimos grupos están reforzados, además, por ocho contrabajos dobles —cuatro en cada uno de ellos—, con lo que la sonoridad general se escora hacia el grave. El contrapunto titilante lo ponen las arpas, la celesta, algunos ostinatos rítmicos en las cuerdas agudas, las intervenciones del piccolo o un juego de gongs.
El inicio de Palimpsest I, con el cuarteto de clarinetes contrapunteándose constantemente, invita a la calma. Sobre él, a lo largo de la pieza, se superponen sucesivas capas de texto, tal y como indica el título, que se contestan, contradicen, anulan o emborronan. La quietud inicial es interrumpida abruptamente por un acorde cortante y contundente de los metales y da lugar a una especie de vals fantasmagórico e irregular de sonoridades cavernosas. Los tuttis son poderosos. En Palimpsest II se acentúa la pesadez de los pasajes graves, contrastando aún más con la de otros agudos y leves o aéreos al ser generados por soplidos, ruidos de llaves, etc. Hay que añadir, que el primer Palimsest fue estrenado por Pierre , su dedicatario en su setenta y cinco aniversario, al frente de la London Symphony Orchestra en el año 2000.
A Mind of Winter (1981), para soprano y orquesta, está basado en el poema titulado The Snow Man, de Wallace Stevens (1897–1955). En su realización, Benjamin cuenta con la participación de Anna , una cantante cuya personalidad vocal alabó Claudio .
De ella se exige, y así lo hace, un canto sin vibrato y dinámicas extremas. Además, acierta al combinar una especie de parlato más plano con expresivos arabescos. La partitura está llena de glissandi, efectos estridente de los metales, chirridos y masas sonoras que revolotean o imitan gráciles torbellinos. Es fiel reflejo de las alusiones en el poema al viento, al sonido de las hojas y a un paisaje “gélido y misterioso”.
Especialmente sugerente es la sonorización de los últimos dos versos sostenidos sobre una pedal de los graves, a la par que perturbadora por la intención con la que los dice Prohaska:
And, nothing himself, beholds / Nothing that is not there and the nothing that is.
El detonante de At First Light (1982), para orquesta de cámara, es explícitamente un cuadro. Se trata de las vaporosas y difuminadas tonalidades pintadas al óleo por William Turner (1775-1851) en Norham Castle, Sunrise. En palabras del compositor, “una celebración de los colores y sonidos del alba”.
Estructuralmente es una suite en tres movimientos. El primero es una breve fanfarria que anuncia lo que sucederá después, formada en base a texturas indefinidas.
El segundo es el movimiento más extenso y en él, además de continuar esa atmósfera imprecisa y amorfa, se suceden varias escenas contrastantes en las que se conjuga la tensión y la distensión, y cierta comicidad mediante la intervención de un oboe quejumbroso y nasal y la emisión de armónicos por parte de las cuerdas. En el conjunto también se aprecia la aportación de ruidos como los producidos por pelotas de ping-pong y papeles arrugados.
Finalmente, el último movimiento es un continuo en el que se aprovecha la resonancia de la armonía. Una escritura que anticipa de algún modo la síntesis de elementos acústicos y electrónicos que llegará en Antara (1987), una de las composiciones más conocidas de Benjamin.
El compacto se completa con Canon & Fugue (2007), transcripción de El arte de la fuga BWV 1080, de Johann Sebastian Bach, convertida en un ejercicio de instrumentación y, en consonancia con lo dicho más arriba, de combinaciones de color. La paleta, en esta ocasión, está formada por una flauta, dos trompas en fa, tres violines, dos violas y un chelo. En el 'Canon in Hypodiapason' el protagonismo lo ostentan las dos trompas en un juego de espejos melódico sujetado por el contrapunto motórico del resto de instrumentos. El 'Contrapunctus 7' es, sencillamente, una deliciosa orquestación en la que gobierna lo pequeño y comedido.
Con todo, este compacto supone otro jalón en la amplia discografía de Ensemble Modern, imprescindible para quien quiera acercarse a la composición actual.
Comentarios