Francia

Decepción instagramable

Francisco Leonarte
viernes, 3 de enero de 2025
‘PLAY’ de Alexander Eckman © 2024 by Ann Ray / OnP ‘PLAY’ de Alexander Eckman © 2024 by Ann Ray / OnP
París, domingo, 15 de diciembre de 2024. Opéra National de Paris. Sala Garnier. PLAY. Coreografía y escenografía, Alexander Eckman. Música original, Mikael Karlsson. Trajes, Alexander Ekman y Xavier Ronze. Luces, Tom Visser. Vídeo, T. M. Rives. Asistente coreógrafo, Ana María Lucaciu. Consejera estratégica y dramatúrgica, Carina Nidalen. Músicos: Frédéric Vaysse-Knitter, Marie Piers, Marianne Rivière, Benoît Marin, Eric Villeminey, François Gavelle, Christian Wirth, Adrien Lajoumard, Géraud Étrillard, Pascal Bonnet, Adelaïde Ferrière, Calesta «Callie» Day. Maîtresse de ballet, Charlotte Chapellier. Maître de ballet, Grégory Gaillard. Repetidora invitada: Ève-Marie Delcourt. Bailarines: Florent Melac, Alexandre Boccara, Yann Chailloux, Alexandre Gasse, Axel Ibot, Mickaël Lafon, Cyril Mitillan, Fabien Révillion, Nikolaus Tudorin, Mathieu Contat, Yvon Demol, Théo Ghilbert, Marius Rubio, Maxime Thomas, Hugo Vigliotti, Milo Avêque, Nathan Bisson, Jean-Baptiste Chavignier, Takeru Coste, Manuel Giovani, Julien Guillemart, Loup Marcault-Derouard, Shale Wagman, Samuel Akins, Baptiste Bénière, François Leblanc, Eric Pinto-Cata. Bailarinas: Silvia Saint-Martin, Letizia Galloni, Caroline Osmont, Ida Vilkinkoski, Victoire Anquetil, Émile Hasboun, Laurène Lévy, Charlotte Ranson, Jennifer Visocchi, Apolline Anquetil, Adèle Belem, Lillian Di Piazza, Lisa Gaillard-Bortollotti, Marion Gautier de Charnacé, Sofia Rosolini, Claire Teisseyre, Sarah Barthez, Anastasia Gallon, Margaux Gaudy-Talazac, Diane Saller, y Seojun Yoo.
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Movido por la curiosidad ante ciertas imágenes que circulan, vamos a ver este PLAY, un ballet presentado por primera vez en 2017 con música de Mikael Karlsson y coreografía de Alexander Ekman.

La cosa empieza con el consabido bailarín que se mueve mientras el público se instala. Pasada una presentación a telón cerrado que se pretende cinematográfica, una vez el telón alzado la cosa deriva hacia lo que bien podría ser un ejercicio colectivo de teatro gestual bastante anodino, una suerte de calentamiento. Sigue otra escena en que los pasos archiclásicos de una bailarina en puntas se corresponden con los sonidos de un micrófono (recurso que no sorprende y que se alarga hasta el hastío), y luego, mientras atraviesan la escena personajes que se pretenden extraños y que el público habituado está harto de ver desde hace por lo menos diez años (el bailarín con una enorme falda, el otro con una bola que le tapa la cabeza, la otra con una gasa que la recubre...), una pareja que parece la primigenia pareja feliz corretea en una suerte de paso a dos bastante banal, y luego un número de conjunto con unas chicas que llevan como cuernos-ramas en la cabeza...

Todo con intención de ser «sorprendente» … y sorprendería que los mismos recursos pudieran seguir sorprendiendo desde hace quince o veinte años, pero bueno ... El vocabulario gestual no tiene tampoco nada nuevo, son movimientos vistos una y otra vez.

PLAY. Coreografía y escenografía, Alexander Eckman. Música original, Mikael Karlsson. París, Opéra National de Paris, noviembre 2024. © 2024 by Ann Ray / OnP.PLAY. Coreografía y escenografía, Alexander Eckman. Música original, Mikael Karlsson. París, Opéra National de Paris, noviembre 2024. © 2024 by Ann Ray / OnP.

En un momento dado, cae una lluvia de muchas (pero que muchas) bolas verdes. Este recurso de que caigan de repente cosas desde lo alto de bambalinas, también está archivisto desde hace por lo menos veinte años, y lo que aquí sorprende es la cantidad, y por lo tanto el dinero que ha debido de costar. Terminado el momento de la «lluvia de bolas» (un minuto vamos a poner para ser generosos), sigue un largo momento de jugar con dichas bolas, tirarse sobre ellas, rodar con ellas, etc.

En la segunda parte, la idea, nada original, de oponer el mundo gris del trabajo y la rutina, al del juego visto en la segunda parte: ya saben ustedes, «somos niños y jugamos, y después, como adultos dejamos de jugar y vamos a trabajar, pero hay que seguir jugando, etc, etc.», es decir, una filosofía de consultorio sentimental radiofónico, o de contraportada de libro de autoestima a dos cincuenta el cuarto. Y el mismo vocabulario gestual archimanido -más una pareja en modo ballet clásico que tiene aquí un sabor bastante cursi- y unos cuantos gestos de waacking que no por ser copiados dejan de ser lo único que sabe a novedad en este ballet ...

PLAY. Coreografía y escenografía, Alexander Eckman. Música original, Mikael Karlsson. París, Opéra National de Paris, noviembre 2024. © 2024 by Ann Ray / OnP.PLAY. Coreografía y escenografía, Alexander Eckman. Música original, Mikael Karlsson. París, Opéra National de Paris, noviembre 2024. © 2024 by Ann Ray / OnP.

La cosa terminará con un pseudo-bis en que una cantante interpreta un tema mientras unos enormes balones son mandados al patio de butacas que los lanza hacia arriba como si fueran globos, y no es costumbre de la casa ver enormes globos blancos flotando en el espacio de la Ópera Garnier. Así que, amparándose en que «es un bis», el público se hincha a hacer fotos y videos que podrá satisfecho colgar en las redes sociales: «todo un éxito».

Menos mal que la música es tan blanda y tan insulsa como el resto del espectáculo. Una versión edulcorada del minimal americano con fragmentos de tendencia jazzistica que se pretenden novedosos y son igual de blanditos que el resto. Eso sí, todo amplificado a un volumen que hace necesario taparse los oídos o retirarse al fondo de un palco: «Cómo mola».

Vamos, que servidor de ustedes navega de cabo a rabo entre la irritación y el tedio más absolutos.

A pesar de la gran disciplina del cuerpo de baile, que se mueve realmente al unísono y con mucho entusiasmo, a pesar de la buena técnica de los solistas danzantes, a pesar del bonito grano de voz de la cantante jazzistica y el profesionalismo de los intérpretes musicales...

Pero, como ustedes habrán entendido, el «raro» soy yo, porque el público, que ha podido jugar con balones y tomar fotos y videos tan terriblemente instagramables sale encantado, se haya aburrido o no ... 

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