Alemania
Un viaje apasionante y sin precedentes
Juan Carlos Tellechea
![Christoph Spering © 2024 by Stefanie Kunde](/img/retratos/11194330-ad49-4201-8b32-cbe484a81b26.jpg)
El director Christoph Spering, al frente de Das Neue Orchester, así como el Chorus Musicus Köln y los solistas Ilse Eerens (soprano), Franziska Gottwald (mezzosoprano), Cornel Frey (tenor) y Matthias Winckhler (bajo barítono) fueron ovacionados de pie por el público esta tarde tras la interpretación con instrumentos históricos de la Novena Sinfonía de Ludwig van Beethoven, en el concierto de Nochevieja organizado por Heinersdorff Konzerte-Klassik für Düsseldorf en la gran sala auditorio Mendelssohn de la Tonhalle.
La última sinfonía completa de Beethoven, en re menor op 125, estrenada hace 200 años (el 7 de mayo de 1824 en el que fuera el Theater am Kärtnertor /Teatro de la Puerta de Carintia, de Viena, cuyo amplio predio lo ocupa hoy el edificio en el que se encuentra el célebre hotel Sacher, frente a la Wiener Staatsoper) es tradicionalmente muy popular, sobre todo en la última noche del año.
Es posible que el deseo colectivo de que 2025 sea “más agradable y alegre” que 2024 desempeñe un papel importante en esta preferencia del público. Sería más que comprensible en la actual situación mundial: la “alegría“ a la que Friedrich Schiller rinde tributo con su Oda podría sustituirse fácilmente por la palabra “paz” en este contexto.
Lo cierto es que el público recibió esta presentación de la Novena con el mayor respeto y simpatía, escuchó sus maravillosas y gigantescas creaciones con la más absoluta atención y prorrumpió en jubilosos aplausos, a menudo al final de los movimientos, tal como hace dos siglos durante el estreno mundial en Viena. Era posible imaginar por un momento a Beethoven junto al director Spering, animando a la orquesta, a los solistas y al coro para que dieran todo de sí en la interpretación.
Familiar
En todo momento se percibe que Christoph Spering está íntimamente familiarizado con la obra. Esta familiaridad no se combina con el deseo de transmitir un mensaje sentimental. Se preocupa ante todo de la música como tal, de la arquitectura de los movimientos y de la dramaturgia instrumental. El sonido granulado y áspero de su conjunto sonoro original evita también agradablemente el tono filarmónico de consagración bajo el cual se liman los dramas y los conflictos.
El continuo sonoro de vientos y cuerdas, por ejemplo, se rompe cordialmente y los grupos entran repetidamente en una confrontación dramática. El espíritu de la interpretación es de una energía indomable y unos tempi exactos que nunca dejan de sorprender. El Chorus Musicus Köln ejecutó su parte en el cuarto movimiento con una compostura inigualable, con un resplandor consistente y también con fuerza y vigor. La doble fuga, fue un modelo de agilidad y presencia polifónicas. El cuarteto de solistas, Ilse
Viaje apasionante
Entrar en el universo de la Novena es como sumergirse en un viaje apasionante y sin precedentes. Beethoven mismo se apartó de todos los puntos de referencia formales habituales para componerla, introduciendo una mezcla completamente nueva de sinfonía y cantata.
Comienza no con un tema definido, sino con una visión de génesis, de algún caos original bastante antes del “Big Bang“. Una idea que influye en toda la sinfonía. Christoph aborda este Allegro ma non troppo e un poco maestoso con firmeza, con una energía que se alimenta de contrastes extremos de dinámicas y tempos. El desarrollo es inusualmente tenso, con ráfagas de aceleración. Es un movimiento que tiene algo de demoníaco e infernal, más que de un maestoso al estilo de Richard Wagner.
Fina calidad
El scherzo Molto vivace – Presto – Molto vivace, que necesariamente debe tocarse aún más rápido para marcar la diferencia, es casi ampuloso, y el pasaje del trío es sostenido, lo que permite al espectador admirar la fina calidad instrumental de la pequeña armonía y las no menos homogéneas cuerdas.
Los golpes de timbal son mordaces y resonantes, y el diálogo de las cuerdas y maderas con la trompa, como en la distancia, es un bello efecto. El reprise es implacable, machacón, y el final abrupto.
El movimiento lento, Adagio molto e cantabile, recuerda a un coral religioso, con el órgano puntuando la melodía ascendente. La primera sección cantabile es tomada con calma por Spering, extremadamente habitada por el conjunto de cuerdas y el apoyo de las maderas.
Giro alegre
La sección Andante moderato que sigue ve la melodía de los violines I y II girar casi alegremente, y las diversas frases se suceden de una manera desenfadada ya señalada anteriormente. Grandes acordes sonoros inician una animada coda, concebida pensando en la danza.
El público admiró la gran transparencia de este pulmón que deja respirar la obra antes de su formidable conclusión. Christoph Spering subraya la vocación del final como movimiento de variación, prefigurado en la Tercera Sinfonía. Los tempos son inicialmente más cercanos a la práctica habitual. El estilo muestra cierta claridad y rehúsa ser enfático, permitiendo al oyente apreciar aquí de nuevo el magistral trabajo instrumental de
Oda
A continuación, la visión del caos se reintroduce como un puñetazo, y el tema que anuncia la Oda a la Alegría es retomado por los contrabajos y los violonchelos, extendiéndose en una especie de evocadora lejanía. Pero el estilo sin aliento vuelve a tomar el relevo, fuertemente acentuado.
La imponente masa de la conclusión coral hace apreciar el buen trabajo del Chorus Musicus Köln.
Empezando por el tenor y el “alla marcia”, el discurso se acelera de forma fulgurante. No se detiene hasta las páginas finales, que se desarrollan casi al ritmo de un tambor.
Lo cierto es que la orquesta con sus históricos instrumentos cumplió con valentía, lo que no es poco teniendo en cuenta las elecciones de su director. Aparte de la cuestión de los tempos, que ha dividido al mundo musical durante siglos, la interpretación de esta Novena Sinfonía deja finalmente una sensación de equilibrio, o incluso de precisión, en todo caso de rechazo asertivo a situarse dentro de cualquier tradición interpretativa cómoda.
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