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La lírica uruguaya de luto: falleció Graciela Lassner

Redacción
miércoles, 8 de enero de 2025
Graciela Lassner © by Esteban Tettamantti Graciela Lassner © by Esteban Tettamantti
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La mezzosoprano uruguaya Graciela Lassner, una figura destacada en el mundo de la ópera, la zarzuela y la música de cámara, falleció el pasado viernes 3 de enero, tras más de medio siglo sobre los escenarios de América y Europa.

Lassner será siempre recordada tanto por su impecable técnica y versatilidad vocal, así como por la intensidad emocional y la autenticidad que imprimía a cada uno de sus papeles e interpretaciones.

Nacida en Montevideo, Lassner se formó primero en Uruguay y después en los Estados Unidos. Debutó en 1971 encarnando a Carmen de Georges Bizet, en el histórico Estudio Auditorio del SODRE, en una memorable representación. Desde entonces volvió a interpretar el mismo personaje en distintas producciones.

También fueron destacadas sus intervenciones en Las bodas de Fígaro y la Flauta mágica de Wolfgang Amadé Mozart, El barbero de Sevilla de Gioachino Rossini, Anna Bolena de Gaetano Donizetti, Cavalleria Rusticana de Pietro Mascagni, Sansón y Dalila de Camille Saint-Saëns y en Madama Butterfly de Giacomo Puccini, entre otras obras.

A nivel internacional fue muy aplaudida en el Teatro Colón de Buenos Aires, integrando el elenco en producciones líricas como Bomarzo, Madama Butterfly, Las bodas de Fígaro, Peter Grimes, El Caso Maillard y Boris Godunov. Además, fue invitada recurrentemente a los principales teatros de Brasil, como el Municipal de San Pablo, el Municipal de Río de Janeiro y la OSPA en Porto Alegre. Su interpretación de Carmen también la llevó a la Ópera de Fort Worth en Texas, Estados Unidos, y fue solista de la Orquesta Sinfónica de Montreal durante una exitosa gira internacional dirigida por Charles Dutoit, según evoca en estos días la prensa uruguaya.

El Teatro Solis de Montevideo fue siempre su hogar artístico, el lugar donde Graciela Lassner dejó una huella imborrable. Allí brilló en las temporadas líricas más importantes y participó en momentos históricos, como la icónica interpretación del Réquiem para el fin del milenio, una versión escenificada de la obra de Mozart dirigida por Stefano Poda en 1999. Además, su talento marcó un hito en la Gala de Reapertura del Solis en 2004, un evento que simbolizó el inicio de una "nueva era" para el emblemático teatro.

Además Graciela Lassner se destacó como intérprete en el ámbito de la música de cámara. Su repertorio fue vasto y abarcó desde los grandes clásicos alemanes hasta obras de compositores contemporáneos y latinoamericanos, con una especial inclinación por la música española y la zarzuela. En 1999, realizó una exitosa gira por Europa, ofreciendo recitales en ciudades como Lisboa, París y Roma, donde su talento fue ampliamente elogiado por la crítica por "cautivar rápidamente al público con un arte interpretativo consumado".

Como pedagoga, Lassner también dejó un legado perdurable al formar a nuevas generaciones de cantantes en la Escuela Nacional de Arte Lírico del SODRE, transmitiendo su vasto conocimiento y pasión por la música a sus alumnos y contribuyendo a la tradición musical de Uruguay.

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