Recensiones bibliográficas

Putins Angriff auf Deutschland. Desinformation, Propaganda, Cyberattacken

Juan Carlos Tellechea
jueves, 9 de enero de 2025
Putins Angriff auf Deutschland © 2024 by Econ Putins Angriff auf Deutschland © 2024 by Econ
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Desde que Vladimir Putin lanzó su bárbara invasión de Ucrania, el mundo se debate sobre el peligro de una tercera guerra mundial. Según expertos, el régimen de Putin, representa una seria amenaza para la OTAN, que desde hace meses se encuentra en estado de alerta y preparada para un ataque a uno de los países de su flanco oriental.

El conflicto entre Rusia y la OTAN ya está en marcha. Sin embargo, Rusia no está atacando a la OTAN de repente, sino por etapas. La Alianza Atlántica está desarrollando nuevos planes operativos y de defensa para Europa, modernizando sus fuerzas armadas y entrenándose en caso de ataque del régimen de Moscú. Casi todos los Estados de la alianza han aumentado sus presupuestos militares y algunos están debatiendo la reintroducción del servicio militar obligatorio.

Actividades maliciosas

Se aguarda un aumento de los actos de sabotaje e incluso atentados con bomba: La OTAN advierte de “actividades maliciosas” de Rusia en Europa Según los servicios de inteligencia occidentales, Rusia planea intensificar aún más su guerra híbrida contra Occidente.

En los últimos días de diciembre la OTAN ha reforzado su presencia militar en el Mar Báltico tras un nuevo acto de sabotaje de cables submarinos entre Finlandia y Estonia, perpetrado presuntamente por un petrolero de la denominada “flota rusa en las sombras”, vetustas naves utilizadas en el transporte de crudo para eludir las sanciones de Occidente.

La Unión Europea

Poco después de conocerse los hechos, la Comisión Europea y la comisaria de Asuntos Exteriores de la Unión Europea (UE), Kaja Kallas, emitieron una declaración conjunta:

El buque sospechoso forma parte de la flota rusa en las sombras, que amenaza la seguridad y el medio ambiente al tiempo que financia el presupuesto de guerra ruso. (…) Vamos a proponer nuevas medida, incluidas sanciones para hacer frente a esa flota.

El conflicto entre Rusia y la OTAN ya está en marcha. Sin embargo, Rusia no está atacando a la OTAN de repente, sino por etapas.

El ataque de Putin a Alemania

Este tipo de actos, se corresponden con la guerra híbrida rusa contra Occidente, que involucra asimismo un conflicto bélico de información, sostienen el ex diplomático Arndt Freytag von Loringhoven y el especialista en propaganda y psicología de guerra Leon Erlenhorst en su nuevo libro Putins Angriff auf Deutschland. Disinformation, Propaganda, Cyberattacken (El ataque de Putin a Alemania: desinformación, propaganda y ciberataques) de la editorial Econ/Ullstein Buchverlage, de Berlín.

En el epígrafe del volumen se cita una célebre y acertada frase de la periodista Anne Applebaum, que deja de inmediato reflexionando al lector:

Puede ser que usted no piense que está en guerra con Rusia, pero Rusia se comporta como si estuviera en guerra con usted.

Hora de actuar

Pieza enlazada

Calificar las relaciones entre Rusia y Occidente de meramente inamistosas sería quedarse corto. Los bloques de poder llevan mucho tiempo enzarzados en una guerra híbrida, que se caracteriza por el uso de medios militares no abiertos, como los ciberataques, el espionaje, la desinformación y la propaganda, y que pretende sembrar el miedo y la discordia en los países occidentales.

Para los autores de la obra es hora ya de actuar y de entender lo que está ocurriendo: cómo Moscú se ha estado armando en los últimos años para atacar a las democracias occidentales allí donde son particularmente vulnerables, en la libertad de expresión.

Sistemático

El objetivo es el debilitamiento sistemático de Occidente y la destrucción de la UE. Para ello se ha servido y se sirve de todo lo que haya estado o esté a su alcance: la campaña de las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016 y la del Brexit británico del mismo año o la influencia masiva en los esfuerzos independentistas de Escocia y Cataluña o sobre las campañas electorales francesas o alemanas o los ataques de hackers a los partidos políticos y a los parlamentos fueron y son ejemplos de ello.

El ataque a Ucrania no fue una invasión repentina en 2014, sino parte de la estrategia de Putin para convertir de nuevo a Rusia en una gran potencia, como lo fue hasta 1989. Los secretarios generales de la extinta Unión Soviética ya sabían cómo manipular a la gente con propaganda. En lo interno, para que la gente obedeciera y siguiera la corriente; y en lo externo, para debilitar al enemigo en cuestión.

El sueño de Kohl y Gorbachov

Horst Teltschik, «Die 329 Tage zur deutschen Einigung». © 2024 by Vandenhoeck & Ruprecht .Horst Teltschik, «Die 329 Tage zur deutschen Einigung». © 2024 by Vandenhoeck & Ruprecht .

La Rusia del autocrático Putin está siguiendo el mismo derrotero, quemando el futuro de su país, vaciándolo, y destruyendo el porvenir de su pueblo. Todo lo contrario de lo que se proponía el antiguo presidente soviético Mijail Gorbachov, según Horst Teltschik, asesor de relaciones internacionales del entonces canciller alemán Helmut Kohl, en su libro de memorias: Die 329 Tage zur deutschen Einigung (Los 329 días de la unificación alemana), editado por el historiador Michael Gehler, de la Universidad de Hildesheim, y publicado por Vandenhoeck & Ruprecht, de Paderborn.*

Aludiendo a las ideas de Gorbachov, durante las conversaciones mantenidas con el canciller Kohl, que culminaron con una Declaración Conjunta Germano-Soviética de Bonn, el 13 de junio de 1989, un catalizador en el camino hacia una Europa unificada y autodeterminada, Teltschik creía que:

una Europa unida con una estructura federal podría surgir desde el Atlántico hasta la proa (en el Extremo Oriente ruso del Pacífico), una casa europea en la que Estados Unidos y la Unión Soviética serían huéspedes permanentes y bienvenidos.

Alemania y la UE

En esa Declaración Conjunta que había firmado con el canciller Kohl, el presidente Gorbachov había reconocido por primera vez el “derecho de todos los pueblos y Estados” a “determinar libremente su destino”, un requisito previo para “completar la unidad y la libertad de Alemania”, que pronto se haría realidad con la unificación, el 3 de octubre de 1990. Los caros sueños acariciados y compartidos por Gorbachov y Kohl en aquel entonces todavía están por convertirse en realidad.

Putin, quien fuera oficial del servicio secreto soviético KGB en la RDA, sabe que Alemania es el corazón de la UE, debido a su poder económico, y esto determinará si los países de la Unión Europea siguen apoyando a Ucrania, y en qué medida, en su lucha contra la agresión rusa.

Si se debilita a Alemania se debilita a la UE. Si todavía el lector se está preguntando de dónde viene la avalancha de cuentos catastrofistas que circulan por Europa, puede estar seguro de que la mayoría se origina en la fábrica de trolls rusos. Russia Today (RT), que ya no está autorizada a emitir en Alemania debido a su política de desinformación y de apoyo a la propaganda bélica rusa, se beneficia del hecho de que Internet se extiende por todo el mundo. RT vende narrativas específicas, según las cuales la política rusa es la mejor medicina contra la superioridad de Occidente. Por no hablar de los canales amigos de la Rusia de Putin y las personas que duplican y difunden estas historias como idiotas útiles, tanto en la izquierda como en la ultraderecha fascista.

Ucrania y Siria

El abandono por parte de Rusia del régimen sirio de Bashar al-Asad para reunir más recursos para la lucha contra Ucrania ilustra vívidamente que Putin está dispuesto a sacrificarlo todo por la victoria total en la guerra, afirma el ex diplomático Alexander Baunov, en un artículo publicado recientemente en Foreign Affairs.

Aunque Putin trata de presentarse como un realista, se ha consumido por Ucrania, con exclusión de casi todos los demás imperativos de política exterior. En gran parte de África, Asia, América Latina y Oriente Medio, Rusia había conseguido vender su guerra en Ucrania como una lucha por una causa compartida: un orden mundial menos centrado en Occidente, una mayor independencia y descentralización del sistema financiero, y la capacidad de hacer caso omiso de las críticas occidentales a las violaciones de los derechos humanos y a los gobiernos antidemocráticos percibidos por algunos países no occidentales como hipócritas.

En el esquema de Putin, Ucrania se ha convertido en un punto de inflexión en una lucha global entre la élite occidental y un nuevo orden liderado por Rusia: una vez que Ucrania caiga, Rusia espera tomar Georgia y cualquier otro territorio que desee, y venderse una vez más como un patrón fuerte a países de todo el mundo. Mientras tanto, sin embargo, las promesas de Moscú sonarán huecas, concluye Baunov.

Bots

Von Loringhoven y Erlenhorst explican cómo funcionan estos ejércitos de bots, así como los modos de funcionamiento de la propaganda rusa, que ya no es tan primitiva como en tiempos de Stalin, porque incluso los servicios secretos (cuya guerra incluye la desinformación y la distracción por su propia naturaleza) y los departamentos de propaganda estatales están aprendiendo. El siglo XX fue un único proceso de aprendizaje sobre cómo manipular, desestabilizar y dividir a las sociedades.

Por esa razón es que no hay una imagen uniforme de las narrativas rusas en Occidente. La cuestión central es la de alimentar sobre todo la desconfianza, la división y el debilitamiento. Al mismo tiempo, se trata de fortalecer a los partidos radicales que, como la AfD (Alianza para Alemania, de orientación neonazi-fascista y en favor de Putin), están encantados de adoptar las narrativas de la propaganda rusa.

En el capítulo titulado “El largo brazo de Moscú: un manifiesto para la AfD”, los autores describen también cómo probablemente no se trate de una adopción accidental, ya que formulaciones de este manifiesto fabricado en Moscú han aparecido desde hace tiempo en discursos y declaraciones de funcionarios de la AfD.

Propaganda y desinformación

Algunas personas que se topen con estas afirmaciones en los llamados “medios de comunicación social” quizá se escandalicen al darse cuenta de dónde proceden. Estos usuarios llevan mucho tiempo atrapados en las burbujas de los algoritmos que les suministran propaganda rusa gratuita las veinticuatro horas del día, sin darse cuenta de que tienen poco que ver con la realidad alemana. Verbigracia:

El documento de tres páginas que tenemos delante pinta el estado de Alemania con colores oscuros. Habla de la desindustrialización y del éxodo de las grandes empresas de Alemania. La población alemana se está muriendo. Más del 30% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza. La división interna del país va en aumento.

La desinformación se nutre del hecho de que siempre hay un grano de verdad en ella. Moscú observa muy de cerca lo que ocurre en los países importantes e influyentes. Cuando este grano de verdad se mezcla con exageraciones y mentiras, el resultado es un cóctel que deja indefensas a todas aquellas personas que ya están abrumadas por la avalancha de información. Sobre todo cuando los mismos canales se ven inundados cada día de nuevas acusaciones contra los medios de comunicación “dominantes”, a los que se acusa de parcialidad o incluso de control estatal.

Ni siquiera es reconocible su procedencia. Al fin y al cabo, los trolls del Kremlin no trabajan con nombres reales, sino con decenas de miles de perfiles falsos, con bots que se ocupan constantemente de multiplicar mensajes, comentarios y referencias e introducirlos en el discurso.

Hace tiempo que en Rusia también se descubrió la inteligencia artificial (IA), que prácticamente ha acelerado la influencia en los debates occidentales, haciendo posible influir en discusiones encendidas en cuestión de segundos, reforzar posiciones que vigorizan las narrativas del Kremlin, avivar emociones y ahogar contribuciones objetivas y empujarlas fuera de los patrones de atención de los algoritmos.

Manipulación

El alcance de esta influencia también puede demostrarse ahora estadísticamente, por ejemplo en los índices de aprobación de los ciudadanos alemanes a las narrativas rusas sobre la guerra en Ucrania (palabras clave: “Putin no pudo evitarlo”, “la OTAN es la culpable”, “Ucrania nunca fue un país independiente”, “los fascistas gobiernan en Kiev”, etc.).

La propaganda funciona cuando domina el espacio informativo y los receptores ya no se dan cuenta de que en realidad solo viajan en una burbuja informativa en la que todo se confirma mutuamente. Se olvida que los medios de comunicación que funcionan también, confrontando a sus usuarios con opiniones controvertidas y que el discurso democrático solo cobra vida cuando personas con opiniones diferentes dialogan entre sí.

Atrás quedaron los tiempos en que imperaba la propaganda burda con eslóganes individuales. Internet y, sobre todo, las plataformas informáticas no reguladas han creado un mundo informativo completamente nuevo en el que los medios de comunicación tradicionales y reputados ya no tienen una función de guardianes, sino que los que juegan con las emociones, generan excitación, escándalos, ira y odio logran el mayor alcance, lo que los convierte en terrenos de acción ideales para las campañas de desinformación de los regímenes autoritarios, que los utilizan para intervenir directamente en los asuntos internos de los Estados occidentales.

Un ejemplo de reciente y candente actualidad: el oligarca Elon Musk, propietario de X, entre otras empresas, y asesor del presidente electo Donald Trump, se ha entrometido en las próximas elecciones parlamentarias federales alemanas (previstas para el 23 de febrero de 2025), afirmando que “solo la AfD puede salvar a Alemania”.

El discurso público en Alemania no puede manipularse mediante la difusión de mensajes propagandísticos o desinformativos individuales; se vuelve peligroso cuando estos mensajes se difunden miles de veces al día, escriben los dos autores. En una campaña descubierta por el Ministerio Federal alemán de Asuntos Exteriores, había 50.000 bots controlados por IA que difundían mensajes propagandísticos cientos de miles de veces al día.

Narrativas eficaces

Quienquiera que se pregunte por qué la ministra de Asuntos Exteriores de los Verdes, Annalena Baerbock, en particular, está siendo vilipendiada y declarada incompetente en las redes sociales alemanas, puede estar tranquilo: esto también viene de la caja de propaganda rusa. A diferencia de sus predecesores masculinos en dicha cartera, Baerbock es profundamente crítica con Moscú y con Pekín.

La conexión con la Rusia de Putin de políticos alemanes (bajo los gobiernos de los cancilleres Gerhard Schröder y Angela Merkel), crearon fuertes dependencias económicas. También aquí la propaganda moscovita desempeñó un papel central. Propaganda que casi ha cegado a varios gobiernos alemanes ante la creciente disposición del Kremlin a la agresión. La reacción alemana a la anexión de Crimea y de los territorios alrededor de Donetsk y Luhansk en 2014 fue correspondientemente mansa, un trauma del que el SPD en particular aún no se ha recuperado.

Al mismo tiempo, la influencia sobre los votantes alemanes continúa. Naturalmente, estos son especialmente susceptibles a ciertas narrativas. Tal es el caso de la narrativa pacifista que atribuye la culpa de la escalada a la OTAN y crea cada día nuevos temores entre los usuarios de las redes completamente desinhibidos de que la guerra (caliente) pueda extenderse también a Alemania o incluso desembocar en una escalada nuclear. Todas estas amenazas proceden directamente del Kremlin y tienen como principal objetivo disuadir a los alemanes de seguir apoyando a Ucrania en su campaña de defensa.

Guerra nuclear

Tras las reiteradas amenazas de Putin de utilizar armas atómicas y mientras analiza la voluntad y capacidad de Rusia para hacer la guerra, la OTAN (como lo hace cada año) puso a prueba recientemente su aptitud para defenderse con armas nucleares, durante las maniobras militares Steadfast Noon, con diversos tipos de aviones de combate, de reconocimiento y guerra electrónica, bombarderos, reactores con capacidad atómica, cazas de escolta y aparatos de reabastecimiento en el aire.

El secretario general de la OTAN, Mark Rutte considera que:

La disuasión nuclear es la piedra angular de la seguridad aliada. El ejercicio Steadfast Noon es una prueba importante de la disuasión nuclear de la Alianza y envía un mensaje claro a cualquier adversario de que la OTAN protegerá y defenderá a todos los Aliados.

El año pasado se declararon listos para desempeñar funciones nucleares los primeros aviones de combate aliados F-35A procedentes de los Países Bajos. La declaración de la Cumbre de Washington de la OTAN dejó inequívocamente claro que:

el propósito fundamental de la capacidad nuclear de la OTAN es preservar la paz, prevenir la coerción y disuadir la agresión (…) mientras existan armas nucleares, la OTAN seguirá siendo una alianza nuclear.

Seguridad nacional

Mientras que otros países, como Francia y Suecia, hace tiempo que han creado poderosos institutos que se encargan principalmente de investigar las actividades rusas en Internet (que desde hace tiempo incluyen ataques concentrados contra infraestructuras vitales), la Alemania del gobierno semáforo (socialdemócrata, verde y liberal) saliente bajo el canciller Olaf Scholz no se ha tomado en serio esta guerra digital contra la democracia.

Arndt Freytag von Loringhoven y Leon Erlenhorst concluyen entonces de forma muy clara:

Alemania está haciendo demasiado poco. Le falta perspicacia y voluntad política para tomarse por fin en serio el problema de la propaganda y la desinformación y adoptar contramedidas decisivas.

La manipulación de la información debe tratarse por fin como una cuestión prioritaria de seguridad nacional, y esto también tiene que ver con la necesaria regulación de los gigantes informáticos que han fragmentado francamente las sociedades occidentales. Al tiempo que socavan la labor de los medios de comunicación serios.

Pero sin una información pública basada en hechos en la que todo el mundo tenga algo que decir, no puede funcionar ninguna democracia. Por el contrario, la gente desaparece en mundos de opinión cerrados (ejemplos: Rusia, China...) y desaparece la capacidad urgentemente necesaria de comunicarse entre sí sobre la realidad, y para quienes se irritan por el gran número de bots y campañas de propaganda, los dos autores esbozan la enorme red que el Kremlin ha creado para inundar constantemente de desinformación a los países occidentales en el capítulo titulado “Los actores: un pulpo, muchos tentáculos”.

Historias a menudo completamente contradictorias, pero todas con un mismo objetivo: incrustar profundamente en la mente de los ciudadanos la desconfianza en la democracia y en el funcionamiento de sus Estados. Los ciudadanos inseguros o las personas con poca o escasa cultura política son víctimas fáciles de cualquier tipo de manipulación.

Notas

1. Arndt Freytag von Loringhoven & Leon Erlenhorst, «Putins Angriff auf Deutschland. Desinformation, Propaganda, Cyberattacken», Berlin: Econ/Ullstein Buchverlage, 2024. 336 Seiten. ISBN 9783430211192. Gebunden 24,99 €

2. Horst Teltschik, «Die 329 Tage zur deutschen Einigung. Das vollständige Tagebuch mit Nachbetrachtungen, Rückblenden und Ausblicken», Michael Gehler (Hg.), Paderborn: Vandenhoeck & Ruprecht, 2024. 992 Seiten, mit 62 s/w-Abb. ISBN: 978-3-525-30265-1. Gebunden 89,00 € e-book 20,99 €,

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