Suiza

Inesperado 3: ¡tanta sangre!

Julia & Romeo de Ómarsdóttir y Ólafsdóttir © 2024 by Ingo Hoehn Julia & Romeo de Ómarsdóttir y Ólafsdóttir © 2024 by Ingo Hoehn
Basilea, martes, 31 de diciembre de 2024. Theater Basel. Julia & Romeo, espectáculo de danza de Erna Ómarsdóttir y Halla Ólafsdóttir. Música de Sergei Prokofiev y nuevas composiciones de Valdimar Jóhannsson. Erna Ómarsdóttir y Halla Ólafsdóttir, coreografía. Chrisander Brun, decorados. Hanna Kisch, vestuario. Chrisander Brun, iluminación. Bailarines: Feiza Bessard, Eva Blunno, Lydia Caruso, Yaëlle Chassin, Dayne Florence, Marina Sánchez Garrigós, Karat Kila, Carlos Kerr Jr., David Lagerqvist, Dario Minoia, Stefanie Pechtl, Jan Chris Pollert, Anthony Ramiandrisoa, Reika Shirasaka, Ekaterina Shushakova, Tana Rosás Suñé, Giulia Torri, Thalia Tulkens, Sophie Flannery, Prune Vergères, Jin Young Won, Cheng-An Wu, y Max Zachrisson. Canto: Emily Adomah.
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Aunque sí se utilizara la música de Prokofiev, Julia & Romeo -estrenada por el Theater Basel el pasado 30 de noviembre de 2024- no es simplemente una nueva versión del famoso ballet de Prokofiev y no sólo porque se haya incorporado nueva música de Valdimar Jóhannsson (un compositor islandés, muy vinculado al mundo de la danza) o cambiado el orden de los protagonistas en el título

Las coreógrafas islandesas Erna Ómarsdóttir y Halla Ólafsdóttir se plantean una revisión profunda de la historia donde los elementos básicos se mantienen pero obligando a los bailarines a una interiorización y personalización de sus roles, que resulta inesperada en un espectáculo de ballet. Julia & Romeo comienza con una larga intervención de los bailarines presentándose personalmente y en su relación con la historia de Romeo y Julieta: ciertamente no es la primera vez que vemos bailarines hablando al público pero sigue siendo inusual. Y más inusual todavía fue que también tuvieran que cantar. 

Junto a estas novedades también hubo mucho de tradición en esta versión, y no sólo la del ballet soviético original de Prokofiev, sino ocasionales referencias -casi guiños- al mundo de las bandas callejeras que está en West Side Story, otra maravillosa versión de Romeo y Julieta

En cualquier caso, lo que si dejan claro Ómarsdóttir y Ólafsdóttir es que -como en Shakespeare- esta es una historia de adolescencia y mantuvieron -incluso exagerando en la segunda parte- la irracionalidad de la violencia, generada por cuestiones ajenas a los protagonistas y su grupo, que en esta coreografía ni siquiera se sabe muy bien a qué se debe: en Shakespeare es una cuestion de lucha de poder entre Capuletos y Montescos, en West Side Story una cuestión entre inmigrantes, pero en Julia & Romeo es puramente irracional, o acaso haya que vincularlo con la violencia social y la confrontación que se extiende actualmente por toda Europa y que no responde a ningún motivo objetivo, y más bien tiene que ver con una realidad inventada. 

'Julia & Romeo' de Erna Ómarsdóttir y Halla Ólafsdóttir. Basilea, Theater, diciembre de 2024. © 2024 by Ingo Hoehn.'Julia & Romeo' de Erna Ómarsdóttir y Halla Ólafsdóttir. Basilea, Theater, diciembre de 2024. © 2024 by Ingo Hoehn.

Nos referimos a ese proceso de intoxicación por parte de grupos extremistas y a la proliferación de fake news que alimentan el pensamiento irracional, la desconfianza frente a la lógica y la ciencia, el fanatismo en valores como las identidades inventadas, y a un nivel más básico la insistencia en los problemas internos de los territorios (el gobierno se hunde, España, Francia o Alemania son estados fracasados, los inmigrantes son peligrosos, los desastres atmosféricos son consecuencia de conspiraciones empresariales, etc.) y en una sanidad pública de la que se desconfía. Y Julia & Romeo es en buena medida una respuesta a eso. 

La coreografía utiliza una combinación muy libre de lenguajes y técnicas de danza que, con gran imaginación, son puestas al servicio de códigos linguísticos que no necesariamente coinciden con las tradiciones internas de cada práctica específica, por ejemplo el uso de los códigos de street dance en contextos identificables como de danza clásica. 

'Julia & Romeo' de Erna Ómarsdóttir y Halla Ólafsdóttir. Basilea, Theater, diciembre de 2024. © 2024 by Ingo Hoehn.'Julia & Romeo' de Erna Ómarsdóttir y Halla Ólafsdóttir. Basilea, Theater, diciembre de 2024. © 2024 by Ingo Hoehn.

Más curioso aún resulta el hecho de que estamos ante un espectáculo de danza colectiva en el que se cuenta la historia de Julieta y Romeo sin que estos dos personajes alcancen el rol de protagonistas. en realidad no se llega a saber quiénes son exactamente y la sensación es de cada bailarín simboliza uno o varios de los elementos propios de sus caracteres, construyendo la identidad de los dos enamorados como un puzzle colectivo. Y por otra parte no se le niega el uso de estilemas identitarios a cada uno de los bailarines, lo cual dota de variedad a la coreografía y consigue mantener la tensión narrativa y cautivar el interés del espectador. 

La participación esporádica de la cantante, en nuestra función Emily Adomah, contextualizada como parte de una fiesta juvenil, se introduce como elemento natural de la narrativa, al igual que la espléndida iluminación de Chrisander Brun. Muy bien pensado también el vestuario de Hanna Kisch, cómodo y al mismo tiempo identitario, así como los eventuales elementos escénicos corpóreos, firmados igualmente por Chrisander Brun. 

'Julia & Romeo' de Erna Ómarsdóttir y Halla Ólafsdóttir. Basilea, Theater, diciembre de 2024. © 2024 by Ingo Hoehn.'Julia & Romeo' de Erna Ómarsdóttir y Halla Ólafsdóttir. Basilea, Theater, diciembre de 2024. © 2024 by Ingo Hoehn.

Ómarsdóttir y Ólafsdóttir concibieron y diseñaron un 'espectáculo de danza' -así se le llamaba, evitando la palabra ballet- de gran 'decoro', en el que la renuncia del punk a la belleza sensu stricto, ha dado lugar a la restitución del decoro como valor estético. Producir un espectáculo tan complejo genera fragilidades que sólo se pueden combatir cuando se dispone de una compañía competente y disciplinada como es la del Ballett Theater Basel, en la cual se prima la imaginación e individualidad de cada intérprete. 

La frescura de las intervenciones iniciales de los bailarines se mantuvo hasta el final y alimentó la permanente comunicación con el público. El cual, aún conmocionado por la dureza de Julia & Romeo, ovacionó entusiasmado. 

Pieza enlazada

Por cierto, una alegría volver a encontrarse con dos de las bailarinas españolas del Ballett Theater Basel: Marina Sánchez Garrigós (que lleva en la compañía desde 2016) y Tana Rosás Suñé (que lleva en la compañía desde 2009), las dos formadas en el Instituto del Teatro de Barcelona ... y en otros sitios. 

Como ya comenté en mi primera visita a Basilea, es agridulce ver a tantos bailarines españoles -según mis cálculos, sólo en el Ballet del Teatro de Basilea hay siete- triunfando fuera ... o exiliados porque en España no tienen donde bailar. 

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