Ópera y Teatro musical

El espejo roto y sincero

Enrique Sacau
martes, 14 de enero de 2025
Maria Callas © by livingmus Maria Callas © by livingmus
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Imagino que aprovechando el estreno de la película sobre Maria Callas protagonizada por Angelina Jolie, la BBC ha emitido un documental (Maria Callas: The final act) sobre la soprano greco-norteamericana que, si bien bastante aburrido, evita, quizás por vez primera, caer en tópicos absurdos sobre el final de su carrera. 

Quienes hablan en el documental escuchan grabaciones tardías de Callas y, en vez de mearse de gusto en las bragas (como la proverbial Vivian en Pretty Woman), en términos bastante claros, reconocen el horror de la afinación, por mencionar el problema más obvio. No hay, gracias a Dios, absurdas referencias a misiones divinas, a muertes por amor ni memeces similares, sino el reconocimiento de una carrera breve y extraordinaria que se acabó cuando falló la voz. Justamente dicen también que durante esos años gloriosos Callas cantó poco comparado con otras cantantes de su generación. 

Morboso como soy, este fin de semana me he puesto sus grabaciones tardías y problemáticas. Un sonido nasal deplorable, afinación terrible, coloratura imprecisa y… en 1969 una Callas completamente acabada graba algunas arias en París con Nicola Rescigno y la Orquesta de la Sociedad de Conciertos del Conservatorio. Elijo una grabación de I vespri Siciliani y el aria “Arrigo! Ah! Parli a un core” con la protagonista Elena que dice “Mi mayor dolor era deber odiarte… Yo te amo y estas palabras rinden feliz mi muerte”. 

Se pregunta uno por qué Elena, la protagonista, habría de sonar afinada diciendo algo así. Me recuerda al “espejo adulador” del monólogo de Ricardo II de Shakespeare que sigue a su abdicación en el acto IV. No entiende el Rey que el espejo le devuelva la imagen de un rostro completo, íntegro cuando en realidad él está completamente roto. Acaba sus palabras, como no puede ser de otro modo, lanzando el espejo al suelo, que se hace añicos. 

Cierto que el realismo y la ópera no tienen nada que ver, pero hay espacio para la voz rota como lo hay para la voz perfecta puesto que ambas nos cuentan una historia distinta. Me repito cuando escribo que la ópera es actuar con la voz y Callas lo hace con la voz que le queda. Una voz que no habría sido apropiada para un aria bufa, pero que lo deja a uno emocionado en el papel Elena, quien lucha con las armas que le quedan. 

Imagino que esta viñeta de una Callas tardía que canta sin voz ayude a explicar su relevancia que, cerca de 50 años desde su fallecimiento, no ceja. La relevancia del teatro cada día hasta el ultimo día. 

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