Discos
Jaromír Weinberger, Piano Music
Juan Carlos Tellechea

El pianista Gottlieb Wallisch, eximio conocedor del repertorio de música de entreguerras, ha lanzado en carácter de primicia mundial un CD (sello Grand Piano Records) que reune obras para piano completamente olvidadas de Jaromír Weinberger.
El éxito de su fantástica ópera Schwanda, el
gaitero (1927) y el redescubrimiento de su genial opereta de
espionaje Tormentas de
primavera, estrenada el 20 de enero de 1933 en el legendario Admiralspalast de Berlín,
diez días antes del ascenso al poder de Adolf Hitler y su horda de
genocidas nazis, arrojaron nueva luz sobre la temprana música para piano de
Weinberger.
Reivindicación
Hoy por hoy,
El talento melódico de Weinberger se puede
descubrir asimismo en los Valses Nobles y su brillantez técnica en los
preludios y fugas de las Gravures.
El escucha simplemente admira y se deleita con
las ricas sonoridades, con la flexibilidad y maleabilidad de las texturas que
logra Gottlieb
Los tempi son el corazón vital de las obras,
además de una gran y apasionada declaración de acordes para remacharlas sin que
los secretos de esta música se revelen fácilmente. El lenguaje habitual de
motivos breves, disonancias armónicas, ostinatos dentados y un raro lirismo
trascendente, domina en estas infravaloradas piezas.
Zarabanda
El CD comienza con la Sarabande (¿1916?), que
permite percibir que Weinberger estaba fascinado por el impresionismo francés,
inclinación que iba de la mano con su amor por la música folclórica. Si bien la
zarabanda es una danza originaria de España en el siglo XVI, de características
moriscas, más tarde formó parte junto con otros bailes de la suite barroca, que
a su vez pasó a formar parte de la sinfonía clásica. Cabe destacar el tempo de
apertura, Andante con garbo (caminando con gracia), ya que esta instrucción de
interpretación rara vez se utiliza hoy en día.
El amor de Don Quijote
Más adelante viene la Pavane pour Dulcinea del
Toboso (1916). El ingenioso
hidalgo Don Quijote de la Mancha (1605, 2da parte 1615), de Miguel
de Cervantes ha inspirado a innumerables artistas, y el propio Weinberger creó
varias composiciones basadas en esta novela, entre ellas esta para piano, así
como un poema tonal escrito ese mismo año y revisado en 1917.
El centro lo ocupa la figura de Dulcinea, a
quien el Caballero de la Triste Figura ha elegido como objeto de su
predilección. Dulcinea es la dama ficticia por la que todo caballero debe
luchar. En realidad, Cervantes se refiere a la campesina Aldonza
Lorenzo, a la que el iluso Don Quijote otorga su amor, para escarnio
de quienes le rodean. Escribir el estudio del personaje en forma de pavana era
históricamente apropiado, ya que esta danza lenta del siglo XVI era muy popular
en España.
Sonatas
La segunda pista del CD la ocupa la Sonata para
piano nº 2 en re menor op. 4 (1915). Weinberger escribió esta obra a la edad de
19 años como estudiante en el Conservatorio de Praga, y su manejo del material
aquí revela una madurez que va más allá de su edad. El propio compositor
estrenó la sonata ese mismo año, como parte de su último concierto como
pianista y compositor en el Rudolfinum (sede de la Orquesta Filarmónica Checa).
El dominio de Weinberger de la forma sonata
proporciona un marco adecuado para el material poético y virtuosístico. Cabe
mencionar que sus profesores le prepararon para una carrera como pianista
debido a sus habilidades, pero Weinberger sabía incluso a su tierna edad que
carecía, según sus propias palabras, del “temperamento “ para un estilo de vida
tan extenuante. La Sonata en re menor es un ensayo autobiográfico de su
creador, a veces juguetón, a veces sombrío y moroso.
Impresionista
Los tres breves Valses Nobles (1921-1922?)
constituyen todo un estudio de economía. El compositor escribió estas
encantadoras miniaturas en su estilo “impresionista“, sin ningún derroche, Las
habilidades melódicas y expresivas de Weinberger son claramente reconocibles,
despertando así el deseo del oyente de escuchar más piezas encantadoras de este
tipo.
Basadas en figuras de la historia checa, el
compositor describe así sus Gravures (Rytiny): Cinq Préludes et Fugues (1923):
La primera fuga se basa en la leyenda de Krystof Harant z Polzic a Bezdruzic
(siglo XVI). Es el héroe de una fuga doble; al final, entra un tercer motivo en
la bajante - el tema del coral “Navstev nas Kriste zadouci “ (Ven a nosotros,
Cristo, de quien tenemos sed). El héroe de la segunda fuga es el escritor checo
Mukusa Dacicky z. Heslova
(siglo XVI). La tercera fuga está dedicada a Zyto el Mago - el bufón (y
mago) de la corte del rey Wenceslao IV.
La cuarta pieza combina una zarabanda con una fuga basada en cuatro temas.
Muchos cuentos populares bohemios describen el
amor, la felicidad y el trágico destino del gaitero Schwanda; en el preludio y
el final de la quinta fuga Weinberger ha utilizado la vieja melodía de gaita Na
tom nasem dvore (En nuestra vieja granja).
Algo de historia
Con libreto de Miloš Kareš,
basado en la popular obra de cuento Strakonický dudák aneb Hody divých žen (El gaitero de Strakonice o El festín de las mujeres salvajes) de Josef Kajetán Tyl, Schwanda,
el gaitero se estrenó el 27 de abril de 1927 en el Teatro Nacional de Praga con
producción de Otakar
Ostrčil.
Pese a las críticas entusiastas, la ópera fue
cancelada del repertorio tras 14 representaciones; su destino solo cambiaría
decisivamente tras la traducción alemana del libreto por Max Brod. En 1928, el
estreno alemán tuvo lugar en Breslau/Wrocław, seguido un año más tarde por el
Nuevo Teatro Alemán de Praga.
Ese mismo año, Schwanda, el gaitero se representó en
Basilea, Liubliana, Leipzig y Berlín. Erich Kleiber también
había ensayado la ópera en la Ópera Estatal de Berlín Unter den Linden con Theodor Scheidl y Maria Müller en los
papeles principales. Siguieron Budapest, Sofía, Helsinki y Viena, y luego la
primera representación en la Metropolitan Opera de Nueva York en 1931 y tres
años más tarde en la Royal Opera House Covent Garden de Londres.
En 1935, el gaitero checo de Strakonice llegaría
incluso a Buenos Aires. Solo las leyes raciales de Nuremberg, bajo el régimen
genocida de Adolf Hitler, pusieron fin abruptamente a esta carrera triunfal: la
música de Weinberger era desde entonces “indeseable“.
Obra
Nacido en Praga en 1896 y muerto (por suicidio)
en 1967 en St. Petersburg, Florida, Estados Unidos, Jaromír Weinberger se formó
con Karel
Hoffmeister en su ciudad natal y con Max Reger en Leipzig. En
1922 llegó a Nueva York, donde fue profesor de composición en el Ithaca
College. Regresó a Europa en 1926 y ganó fama con el estreno de Schwanda, el
gaitero. En 1938 huyó a París, antes de caer en manos de los esbirros
genocidas nazis, y finalmente se instaló en Estados Unidos en 1939.
Aunque Schwanda, el gaitero es, con diferencia, la
obra de mayor éxito de Jaromír Weinberger, no es ni mucho menos la única. En
1929 escribió las Canciones y danzas de Bohemia para violín y piano (también
arregladas para violín y orquesta), dos años más tarde una impresionante Passacaglia para orquesta y órgano y en 1936 las Canciones hebreas para orquesta y
coro.
Notable
Sus óperas La voz amada (1930), Los
proscritos de Poker Flat (1932, el libretista fue de nuevo Miloš Kareš) y Wallenstein (1937), obra que el director Clemens Krauss había
proyectado para el teatro de la ópera de Viena (actual Ópera Estatal de Viena),
también fueron escritas en la década de 1930.
En 1933, Weinberger también había firmado un
contrato para la música de la película Venus del gueto, basada en la novela
recién publicada de Eduard Rada (en realidad Rudolf Ekštei). Sin embargo, la
película nunca llegó a rodarse. Weinberger también había probado suerte en la
opereta.
Después de Las tormentas de primavera (estrenada el 20 de enero de 1933 en Berlín con Jarmila Novotná y Richard Tauber en los
papeles principales), creó tres operetas en colaboración con los libretistas Bohumír Polách y František Kožík, todas
ellas estrenadas en Brno: En un lecho de rosas (1933), Hablando de eso,
¿qué hace Anna? (1934) y El emperador recogiendo cerezas (1936).
La opereta En un lecho de rosas fue llevada
al cine en 1934 con Maria
Tauberová, Lída Baarová,
Antonie
Nedošínská, Jindřich
Plachta y Ladislav
Pešek. Weinberger también se dedicó a la literatura y escribió
artículos de fondo para el diario Národní listy desde finales de la década de
1920, por ejemplo sobre música atonal, jazz y Antonín Dvořák. La
impresionante Passacaglia para orquesta y órgano (1931) es una de las obras
más notables de Weinberger en la década de 1930.
Para esta nueva obra del sello Grand Piano
Records, Gottlieb Wallisch ofrece interpretaciones sacadas de la pasión de su
corazón. La acertada elección de las obras y su secuenciación se corresponden
con la autenticidad e intensidad de su ejecución. Ésta marcada por esa mezcla,
inherente a la música bohemia y checa, de un registro emocional a menudo
elegíaco y un ritmo que transmite una alegría incontenible de júbilo colectivo.
Esto se corresponde con el sentido de la visión
del pianista en otros discos y álbumes grabados para este mismo sello. Las
grabaciones realizadas en el auditorio Klaus von Bismarck de la WDR Funkhaus
(la casa de la emisora de radio de Colonia) por los ingenieros de sonido Patrick Huth,
y Jens Digel son de buen
relieve. El piano Steinway D, captado de cerca, tiene una gran presencia.
Comentarios