Discos

Jaromír Weinberger, Piano Music

Juan Carlos Tellechea
viernes, 17 de enero de 2025
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Jaromír Weinberger, Piano Music, Gottlieb Wallisch, piano (Grand Piano Label). Sarabande. Piano Sonata nº 2 in re menor op 4. Piano Sonata nº 3 (Spinet Sonata). Pavane pour Dulcinea del Toboso. Valses Nobles. Gravures (RYTINY): Cinq Préludes et Fugues. MI-LA-DO. Three Pieces from the opera Schwanda the Bagpiper (1926) (arr. Gustav Blasser). Duración: 77:03. Grabación en la sala auditorio Klaus von Bismarck de la WDR Funkhaus (la casa de la emisora de radio de), Colonia, Alemania 5-6 de julio de 2021(pistas 1-4, 8, 9, 15-18), ingeniero de sonido Patrick Huth, y 13-14 de septiembre de 2021 (pistas 5-7, 10-14) ingeniero de sonido Jens Diegel. Piano Steinway & Sons Modelo D (#531.944). Licensed by WDR mediagroup GmbH. P&C 2022 HNH International Ltd.
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El pianista Gottlieb Wallisch, eximio conocedor del repertorio de música de entreguerras, ha lanzado en carácter de primicia mundial un CD (sello Grand Piano Records) que reune obras para piano completamente olvidadas de Jaromír Weinberger.

El éxito de su fantástica ópera Schwanda, el gaitero (1927) y el redescubrimiento de su genial opereta de espionaje Tormentas de primavera, estrenada el 20 de enero de 1933 en el legendario Admiralspalast de Berlín, diez días antes del ascenso al poder de Adolf Hitler y su horda de genocidas nazis, arrojaron nueva luz sobre la temprana música para piano de Weinberger.

Reivindicación

Hoy por hoy, Weinberger no podía tener mejor defensor que Wallisch para estas composiciones que han quedado arrumbadas hasta ahora en algún rincón de la historia. La Segunda y Tercera Sonatas para piano, incluidas en esta placa, forman una pareja impresionante, ambas escritas en 1915: la primera, autobiográfica, juguetona y sombría; la segunda, neoclásica con elementos francófilos.

El talento melódico de Weinberger se puede descubrir asimismo en los Valses Nobles y su brillantez técnica en los preludios y fugas de las Gravures.

El escucha simplemente admira y se deleita con las ricas sonoridades, con la flexibilidad y maleabilidad de las texturas que logra Gottlieb Wallisch al piano en su memorable, elegante y lograda interpretación.

Los tempi son el corazón vital de las obras, además de una gran y apasionada declaración de acordes para remacharlas sin que los secretos de esta música se revelen fácilmente. El lenguaje habitual de motivos breves, disonancias armónicas, ostinatos dentados y un raro lirismo trascendente, domina en estas infravaloradas piezas.

Zarabanda

El CD comienza con la Sarabande (¿1916?), que permite percibir que Weinberger estaba fascinado por el impresionismo francés, inclinación que iba de la mano con su amor por la música folclórica. Si bien la zarabanda es una danza originaria de España en el siglo XVI, de características moriscas, más tarde formó parte junto con otros bailes de la suite barroca, que a su vez pasó a formar parte de la sinfonía clásica. Cabe destacar el tempo de apertura, Andante con garbo (caminando con gracia), ya que esta instrucción de interpretación rara vez se utiliza hoy en día.

El amor de Don Quijote

Más adelante viene la Pavane pour Dulcinea del Toboso (1916). El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha (1605, 2da parte 1615), de Miguel de Cervantes ha inspirado a innumerables artistas, y el propio Weinberger creó varias composiciones basadas en esta novela, entre ellas esta para piano, así como un poema tonal escrito ese mismo año y revisado en 1917.

El centro lo ocupa la figura de Dulcinea, a quien el Caballero de la Triste Figura ha elegido como objeto de su predilección. Dulcinea es la dama ficticia por la que todo caballero debe luchar. En realidad, Cervantes se refiere a la campesina Aldonza Lorenzo, a la que el iluso Don Quijote otorga su amor, para escarnio de quienes le rodean. Escribir el estudio del personaje en forma de pavana era históricamente apropiado, ya que esta danza lenta del siglo XVI era muy popular en España.

Sonatas

La segunda pista del CD la ocupa la Sonata para piano nº 2 en re menor op. 4 (1915). Weinberger escribió esta obra a la edad de 19 años como estudiante en el Conservatorio de Praga, y su manejo del material aquí revela una madurez que va más allá de su edad. El propio compositor estrenó la sonata ese mismo año, como parte de su último concierto como pianista y compositor en el Rudolfinum (sede de la Orquesta Filarmónica Checa).

El dominio de Weinberger de la forma sonata proporciona un marco adecuado para el material poético y virtuosístico. Cabe mencionar que sus profesores le prepararon para una carrera como pianista debido a sus habilidades, pero Weinberger sabía incluso a su tierna edad que carecía, según sus propias palabras, del “temperamento “ para un estilo de vida tan extenuante. La Sonata en re menor es un ensayo autobiográfico de su creador, a veces juguetón, a veces sombrío y moroso.

Impresionista

Los tres breves Valses Nobles (1921-1922?) constituyen todo un estudio de economía. El compositor escribió estas encantadoras miniaturas en su estilo “impresionista“, sin ningún derroche, Las habilidades melódicas y expresivas de Weinberger son claramente reconocibles, despertando así el deseo del oyente de escuchar más piezas encantadoras de este tipo.

Basadas en figuras de la historia checa, el compositor describe así sus Gravures (Rytiny): Cinq Préludes et Fugues (1923):

La primera fuga se basa en la leyenda de Krystof Harant z Polzic a Bezdruzic (siglo XVI). Es el héroe de una fuga doble; al final, entra un tercer motivo en la bajante - el tema del coral “Navstev nas Kriste zadouci “ (Ven a nosotros, Cristo, de quien tenemos sed). El héroe de la segunda fuga es el escritor checo Mukusa Dacicky z. Heslova (siglo XVI). La tercera fuga está dedicada a Zyto el Mago - el bufón (y mago) de la corte del rey Wenceslao IV. La cuarta pieza combina una zarabanda con una fuga basada en cuatro temas.

Muchos cuentos populares bohemios describen el amor, la felicidad y el trágico destino del gaitero Schwanda; en el preludio y el final de la quinta fuga Weinberger ha utilizado la vieja melodía de gaita Na tom nasem dvore (En nuestra vieja granja).

Algo de historia

Con libreto de Miloš Kareš, basado en la popular obra de cuento Strakonický dudák aneb Hody divých žen (El gaitero de Strakonice o El festín de las mujeres salvajes) de Josef Kajetán Tyl, Schwanda, el gaitero se estrenó el 27 de abril de 1927 en el Teatro Nacional de Praga con producción de Otakar Ostrčil.

Pese a las críticas entusiastas, la ópera fue cancelada del repertorio tras 14 representaciones; su destino solo cambiaría decisivamente tras la traducción alemana del libreto por Max Brod. En 1928, el estreno alemán tuvo lugar en Breslau/Wrocław, seguido un año más tarde por el Nuevo Teatro Alemán de Praga.

Ese mismo año, Schwanda, el gaitero se representó en Basilea, Liubliana, Leipzig y Berlín. Erich Kleiber también había ensayado la ópera en la Ópera Estatal de Berlín Unter den Linden con Theodor Scheidl y Maria Müller en los papeles principales. Siguieron Budapest, Sofía, Helsinki y Viena, y luego la primera representación en la Metropolitan Opera de Nueva York en 1931 y tres años más tarde en la Royal Opera House Covent Garden de Londres.

En 1935, el gaitero checo de Strakonice llegaría incluso a Buenos Aires. Solo las leyes raciales de Nuremberg, bajo el régimen genocida de Adolf Hitler, pusieron fin abruptamente a esta carrera triunfal: la música de Weinberger era desde entonces “indeseable“.

Obra

Nacido en Praga en 1896 y muerto (por suicidio) en 1967 en St. Petersburg, Florida, Estados Unidos, Jaromír Weinberger se formó con Karel Hoffmeister en su ciudad natal y con Max Reger en Leipzig. En 1922 llegó a Nueva York, donde fue profesor de composición en el Ithaca College. Regresó a Europa en 1926 y ganó fama con el estreno de Schwanda, el gaitero. En 1938 huyó a París, antes de caer en manos de los esbirros genocidas nazis, y finalmente se instaló en Estados Unidos en 1939.

Aunque Schwanda, el gaitero es, con diferencia, la obra de mayor éxito de Jaromír Weinberger, no es ni mucho menos la única. En 1929 escribió las Canciones y danzas de Bohemia para violín y piano (también arregladas para violín y orquesta), dos años más tarde una impresionante Passacaglia para orquesta y órgano y en 1936 las Canciones hebreas para orquesta y coro.

Notable

Sus óperas La voz amada (1930), Los proscritos de Poker Flat (1932, el libretista fue de nuevo Miloš Kareš) y Wallenstein (1937), obra que el director Clemens Krauss había proyectado para el teatro de la ópera de Viena (actual Ópera Estatal de Viena), también fueron escritas en la década de 1930.

En 1933, Weinberger también había firmado un contrato para la música de la película Venus del gueto, basada en la novela recién publicada de Eduard Rada (en realidad Rudolf Ekštei). Sin embargo, la película nunca llegó a rodarse. Weinberger también había probado suerte en la opereta.

Después de Las tormentas de primavera (estrenada el 20 de enero de 1933 en Berlín con Jarmila Novotná y Richard Tauber en los papeles principales), creó tres operetas en colaboración con los libretistas Bohumír Polách y František Kožík, todas ellas estrenadas en Brno: En un lecho de rosas (1933), Hablando de eso, ¿qué hace Anna? (1934) y El emperador recogiendo cerezas (1936).

La opereta En un lecho de rosas fue llevada al cine en 1934 con Maria Tauberová, Lída Baarová, Antonie Nedošínská, Jindřich Plachta y Ladislav Pešek. Weinberger también se dedicó a la literatura y escribió artículos de fondo para el diario Národní listy desde finales de la década de 1920, por ejemplo sobre música atonal, jazz y Antonín Dvořák. La impresionante Passacaglia para orquesta y órgano (1931) es una de las obras más notables de Weinberger en la década de 1930.

Para esta nueva obra del sello Grand Piano Records, Gottlieb Wallisch ofrece interpretaciones sacadas de la pasión de su corazón. La acertada elección de las obras y su secuenciación se corresponden con la autenticidad e intensidad de su ejecución. Ésta marcada por esa mezcla, inherente a la música bohemia y checa, de un registro emocional a menudo elegíaco y un ritmo que transmite una alegría incontenible de júbilo colectivo.

Esto se corresponde con el sentido de la visión del pianista en otros discos y álbumes grabados para este mismo sello. Las grabaciones realizadas en el auditorio Klaus von Bismarck de la WDR Funkhaus (la casa de la emisora de radio de Colonia) por los ingenieros de sonido Patrick Huth, y Jens Digel son de buen relieve. El piano Steinway D, captado de cerca, tiene una gran presencia.

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