Reino Unido

ROB Covent Garden

Jenůfa, refinada combinación escénico-musical

Agustín Blanco Bazán
miércoles, 22 de enero de 2025
Guth, Jenůfa © 2025 by Camilla Greenwell / RBO Guth, Jenůfa © 2025 by Camilla Greenwell / RBO
Londres, sábado, 18 de enero de 2025. Royal Ballet and Opera (RBO) en el Covent Garden. Jenůfa, ópera en tres actos con libreto y música de Leoš Janáček. Regie: Claus Guth. Jenůfa: Corinne Winters. Kostelnička Buryjovka: Karita Mattila. Laca Klemeň: Nicky Spence. Števa Buryja: Thomas Atkins. Abuela Buryjovka: Hanna Schwarz. Capataz: James Cleverton. Alcalde: Jonathan Lemalu. Coros y orquesta de la RBO dirigidos por Jakub Hrůša.
0,00055

La primera Jenůfa vista en el Covent Garden fue la dirigida por el checo Raphael Kubelik, entonces director musical de la casa, en 1956. Kubelik no duró más de tres años (1955-58) como tal, aparentemente por un carácter introvertido y difícil que no cayó bien en el establisment londinense. El segundo checo en el puesto, Jakub Hrůša (Brno, 1981), acaba de presentarse en la misma sala este enero como ‘director musical designado’ con el modesto encargo de una reposición de la misma obra en la puesta de Claus Guth estrenada en el 2021 y ya comentada por Mundo Clásico

Hrůša es un director no menos talentoso que Dudamel, Mäkelä o Nezet-Seguin, que se ha ido abriendo paso sin exuberancias mediáticas o pluriempleos con orquestas y sellos discográficos encargados de promocionarlo como un Superman. Una orquesta, la Sinfónica de Bamberg, lo tiene como director principal, mientras que su paso por la ópera se ha limitado a un repertorio más bien limitado pero, eso sí, probado solamente en casas de ópera de calidad.

Pieza enlazada

En Inglaterra lo vi en Carmen y Lohengrin y en Glyndebourne, una casa donde la calidad sigue siendo el primer criterio de selección de artistas y que lo ha contratado varias veces, en Vanessa, La zorrita astuta, Sueño de una noche de verano, Carmen, La vuelta de tuerca, Don Giovanni y La Bohème. También lo vi, siempre musicalmente superlativo, en la Katia Kabanova del Festival de Salzburgo. Y no hay gran orquesta que no le pida conciertos, desde la Filarmónica de Viena hasta la de Berlin, la Concertgebow y la sinfónica de Chicago.

Los escuetos datos biográficos accesibles le adjudican sólo un Puccini (La Bohème), y no he encontrado ningún Verdi, algo decididamente extraño para quién será el director musical de un teatro de renombre internacional. Pero nada de malo en este comprobación de que Hrůša viene a crecer y madurar en el Covent Garden, ya no una sala a la par de la Opera de Paris, Viena, o el Met, en la capacidad de contratar directores y cantantes internacionalmente célebres.

Tal vez la maduración de este nuevo checo sea aprovechada mejor que en el caso de Kubelik para beneficio de un teatro que todos esperamos vuelva a la primera fila que ocupó durante la postguerra y aún durante la administración de Antonio Pappano que acaba de cambiar la dirección artística del Covent Garden por la de la Sinfónica de Londres. 

‘Jenůfa’ de Janáček. Dirección musical: Jakub Hrůša. Regie: Claus Guth. Londres, Covent Garden, enero de 2025. © 2025 by Camilla Greenwell / RBO.‘Jenůfa’ de Janáček. Dirección musical: Jakub Hrůša. Regie: Claus Guth. Londres, Covent Garden, enero de 2025. © 2025 by Camilla Greenwell / RBO.

Como proverbialmente ocurre con Hrůša, esta Jenůfa salió espléndida gracias a una dirección orquestal clarividente en el cincelado de cada acorde, y un tratamiento nunca sobre-enfatizado melodramáticamente, sino más bien de una sobriedad clínica y que evitó intensidades melodramáticas para soltar un lirismo espontáneo y luminoso, desde los premonitorios acordes iniciales de xilófono y pizzicato de cuerdas hasta esas típicas melodías que al parecer interrumpidas en medio de su desarrollo quedan como pinceladas impresionistas y anticipatorias de los inmensos tutti dramáticos finales. En esta oportunidad la confesión de la Kostelnička arrolló como irresistiblemente conmovedora, y el dúo de amor final pareció trascender a la eternidad gracias al recóndito y transparente marcado de arpas y cuerdas.

La magistral interpretación orquestal resultó apropiada con el minimalismo de una escena circundada por un enorme espacio vacío circundado por altísimos paneles de madera, eficaces para reflejar el encierro psicológico del cual Jenůfa y Laca logran librarse avanzando al límite exterior del proscenio mientras el telón final cae detrás de ellos. Es detrás de él que quedan encerrados los prejuicios burgueses, origen de los traumas de esta genial pareja operística, que ahora se acerca al público para proclamar el sentido de un amor ya no apasionado sino de recíproca aceptación.

Frente a la energía descargada por este director de orquesta y este regisseur, sucedió lo inevitable: el público respondió con lágrimas y aplausos y gritos de entusiasmo como lo hubiera hecho después de una buena Madama Butterfly o un buen Don Carlos.

‘Jenůfa’ de Janáček. Dirección musical: Jakub Hrůša. Regie: Claus Guth. Londres, Covent Garden, enero de 2025. © 2025 by Camilla Greenwell / RBO.‘Jenůfa’ de Janáček. Dirección musical: Jakub Hrůša. Regie: Claus Guth. Londres, Covent Garden, enero de 2025. © 2025 by Camilla Greenwell / RBO.

Y sin embargo, y a pesar de esta refinada combinación escénico-musical, la Jenůfa de Oliver Tambosi para el Covent Garden y el Liceu de principios de este siglo sigue desafiando a la de Guth por su dramatismo lacerante. En el Covent Garden este dramatismo era simbolizado por la irresistible Kostelnička de Ana Silja que también deslumbró con este rol en Glyndebourne. Frente a ella, Karita Mattila (en la regie de Tambosi, la mejor Jenůfa, que pisara la escena londinense) fue en esta ocasión una Kostelnička restringida, no sólo por la regie de Guth, sino por limitaciones vocales que le dificultan proyectar su fraseo con la fuerza penetrante con que sabía arrollar Silja. Véase sino la versión DVD de Glyndebourne, también disponible en youtube.

La producción de Tamnbosi incluía el monólogo en que Kostelnička recuerda su propio calvario juvenil. Se trata de una pieza dramática fundamental incluida en la versión crítica de la partitura original de Brno a cargo de Charles Mackerras y John Tyrrell, que alivia la severidad monocromática con que este personaje trata de reprimir su trágica fragilidad. Es inaceptable que Tambosi, Hrůša, y cualquier director o regisseur en cualquier teatro del mundo que reponga la obra, insistan en cortar este momento fundamental.

Siempre dentro de las limitaciones escénicas impuestas por Guth, Corine Winters cantó una protagonista firme y de timbre cálido. También fue histriónicamente convincente por la convicción con que logró el elemento fundamental de la dramaturgia de la obra, esto es el pasar de víctima a heroína a través del perdón y la compasión de su monólogo final.

La voz de Nicky Spence (Laca) es ahora más firme en volumen, impostación y squillo que hace dos años y también Thomas Atkins cantó un Števa de excelente expresividad. Hanna Schwarz, una veterana de la escena operística, impactó con su presencia de abuela, un rol de carácter que cuando se interpreta como en esta oportunidad hace girar a su alrededor la esencia dramática de la obra.

Todos los roles menores brillaron con un nivel artístico excepcional, junto a una orquesta y un coro similarmente superlativos. 

Comentarios
Para escribir un comentario debes identificarte o registrarte.