Discos
Ostrava Days 2023 Live (I): continuidades
Daniel Martínez Babiloni

El Centro para la nueva música de Ostrava (República Checa) convoca desde 2001 una bienal en la que durante unos diez días repasa el estado de la creación sonora actual. En su seno acoge diferentes entidades de carácter divulgativo —los Ostravské dny—, formativo —el Institut Ostravské dny— e interpretativo, como los conjuntos residentes de cámara, Ostravská banda, y sinfónico, ONO-Ostrava New Orchestra.
Todos estos entes tienen carácter estacional y, en el caso del instituto y los conjuntos, se nutren de jóvenes músicos, de entre veinte y treinta y cinco años, procedentes de diferentes países de Europa y América.
En la edición celebrada entre el 24 de agosto y el 2 de septiembre de 2023 pudimos contar hasta ocho jóvenes españoles en las especialidades de fagot, trompa y violín.
Como resumen de dichas jornadas, el Centro para la nueva música suele editar varios discos con una selección de las piezas interpretadas y grabadas en vivo. En este caso, en una serie de tres artículos, comentaremos cada uno de los volúmenes resultantes de los Ostrava Days 2023.
Tres compactos que en realidad no tienen formato físico, ya que se distribuyen en diferentes plataformas digitales. No obstante, para quien huya de la liquidez imperante, también está a la venta un cuidado CD físico que incluye cuatro piezas seleccionadas entre el centenar que se registró en dicha edición del festival y una carpetilla con información y numerosas fotografías.
La atención que el encuentro presta a la música actual abarcó, en 2023, páginas creadas entre 1969, fecha del estreno del Concerto per violino e orchestra, de Bruno
Prueba de ello, son los cuatro estrenos absolutos que se emparejan en el primer disco. High Noon, de Phill For 38 Players, de Christian (1934), en Outline/Fragment II, de Petr (1942). La continuidad entre el minimalismo y la música drone de Niblock en la pieza de Falzone es evidente y lo mismo sucede con la improvisación y aleatoriedad en las de Wolff y Kotík.
(1933-2024), tiene su correlato sonoro en Neither/Nor, de James Falzone, yTodas estas propuestas están amparadas por ese paraguas conceptual denominado arte sonoro y tienen como referencia la Experimental Intermedia Foundation de Nueva York. Por tanto, es inevitable cotejar los emparejamientos.
High Noon es uno de los últimos trabajos de Niblock, fallecido el 8 de enero de 2024. Como en los demás títulos de su catálogo, su propuesta parte de los fundamentos de la psicoacústica. Esta creación de veintitrés minutos de duración arrastra al oyente hacia una escucha activa y atenta que permite captar las sutiles variaciones microtonales que modifican la textura producida por adición o sustracción de los instrumentistas de la ONO.
Por otra parte, el planteamiento de Falzone es interesante, pero no atrapa de la misma manera. En Neither-Nor (Redux) —título de resonancias kierkegardianas— la corriente sonora emitida por los vientos y cuerdas de la Ostravská banda es interrumpida y modificada constantemente por unos acordes del piano. Es cierto, que cada cambio supone un estímulo anímico diferente, pero estas mutaciones son tan evidentes y reiteradas que la atención llega a decaer. La obra está construida a base de lo que el autor denomina “intervalos neutros”, es decir, una serie de tríadas que no son ni mayores ni menores al ser modificadas por la microtonalidad.
El crítico estadounidense definió a Petr Kotík, director del festival, como un brillante flautista, director y compositor que “ha jugado un rol crucial en la reciente historia de la música checa”. En el disco, su pieza Outline/Fragment II (2023) está situada en el centro de la grabación, en espejo con For 38 Players, de Wolff.
Ambas crean una atmósfera muy próxima y en las dos son los intérpretes quienes eligen el devenir narrativo. Es así como estos autores ponen el foco en el proceso y no en la estructura, con lo que inciden en la percepción de un tiempo elongado sobremanera. Entre las dos composiciones suman más de cuarenta y dos minutos, de los setenta y seis que dura el disco.
La diferencia estriba en que Wolff permite que los músicos empleen como modelo algunas canciones conocidas, a las que modifican los parámetros ritmo y entonación, y Kotík propone un puro vagar sin rumbo. Así, For 38 Players resulta algo más familiar al oído. Por último, un aspecto que no hay que obviar es que dichas canciones presentan un marcado calado político. Entre otras, aparecen Which side are you on y Bread and Roses, popularizadas por Pete Seeger, Judy Collins o Joan Báez, y el himno de Sudáfrica, Nkosi sikel’ iAfrika.
En conclusión, los maestros, Niblock y Wolff, emplean un lenguaje macerado durante muchos años. El de Kotík y Falzone es expuesto más en crudo y, por tanto, merma en intensidad emocional y profundidad.
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