Recensiones bibliográficas
Novedades bibliográficasRainer Maria Rilke oder Das offene Leben. Eine Biographie
Juan Carlos Tellechea

Este año se cumple el 150º aniversario del nacimiento del poeta y novelista Rainer Maria Rilke y con tal motivo la directora del Archivo de Literatura Alemana de Marbach, Dra Sandra Richter, acaba de publicar (editorial Insel/Suhrkamp de Berlín) una nueva e importante biografía de él, aprovechando el abundante y hasta ahora desconocido material, recibido por su institución con la adquisición en 2022 del archivo privado del escritor a sus herederos.
Rainer MariaRilke oder Das offene Leben. Eine Biographie (Rainer Maria Rilke o la vida abierta. Una biografía)* se titula la obra de Richter, profesora de Literatura alemana moderna de la Universidad de Stuttgart. Rilke, considerado junto a Franz Kafka uno de los autores más importantes de la literatura moderna en lengua alemana, lo tendrá algo difícil con la celebración de su sesquicentenario el próximo 4 de diciembre, porque también del Premio Nobel de Literatura (1929) Thomas Mann se celebran 150º años de su nacimiento el 6 de junio de 1875 en Lübeck.
Grande
En tono irónico y a veces distanciado, la
profesora Dra Richter presenta bajo una nueva luz al poeta
Rilke falleció en 1926, tres años antes de que
Mann se hiciera acreedor del máximo galardón que puede recibir un escritor de
la Academia
Sueca de Estocolmo, y no conoció ni el el desastre al que llevó el
nacionalsocialismo a Alemania y el fascismo a Italia ni la barbarie del Holocausto (el 27 de enero
de 2025 se conmemoró el 80º
aniversario de la liberación del campo de exterminio nazi de Auschwitz
por el Ejército Rojo
de la Unión Soviética). A Thomas Mann, un acérrimo opositor al régimen de Adolf Hitler, que tuvo que
ir al exilio por sus ideas, le molestaba el “esnobismo y preciosismo“ de
Rilke.
Una visita al “Jardin des Plantes“ de París
inspiraría a Rilke para su poema La pantera, publicado en 1902; hasta hoy su
obra más famosa. El poeta era todo menos un “canalla mimoso“, apunta la Dra
Richter. La pantera ofrece una nueva imagen del vate, al que siempre se le
ha visto como un poco canalla. En realidad era un contemporáneo muy humorístico
y alegre.
Adaptado
Con su acceso a las referidas fuentes, Richter
consigue escudriñar la imagen del recluso que se aparta del mundo. En su lugar,
muestra a un Rilke adaptable, sociable y a veces sorprendentemente pragmático
en la sociedad de su tiempo. Sandra Richter describe a Rilke como un hombre que
a menudo anhelaba la soledad, pero que al mismo tiempo dependía de la
inspiración de sus semejantes.
Esto queda especialmente patente en su relación
con mujeres como Lou y Marie von , que le
influyeron y animaron. La biografía también aborda las contradicciones de
Rilke: lamentaba la pérdida de espiritualidad en el mundo moderno y, al mismo
tiempo, se sentía fascinado por los nuevos avances técnicos. Buscaba la
sencillez, pero no podía vivir sin las comodidades de los estilos de vida
lujosos. Richter muestra cómo estas ambivalencias enriquecieron su arte e
hicieron de su poesía un espejo de su tiempo.
Rilke y los grandes desafíos de su época
Rilke vivió en una época de agitación: desde la
monarquía austrohúngara hasta la Primera Guerra Mundial y la agitación social
de los años veinte. Richter describe cómo estas circunstancias influyeron en la
obra de Rilke. Sus Elegías de Duino y los Sonetos a Orfeo surgieron de su
confrontación existencial con la vida y la muerte, la belleza y el sufrimiento.
Según Richter, la capacidad de Rilke para tratar líricamente las
contradicciones de su tiempo le convierte en un poeta de extraordinaria
actualidad. Se atrevió a reflejar en sus obras tanto los abismos como las
alturas de la vida.
Una hermosa ruta de senderismo conduce a lo
largo del Adriático italiano, sobre escarpados acantilados de piedra caliza,
hasta Duino, el castillo donde Rilke escribió sus famosas Elegías. Una de las
peculiaridades del trayecto es que, si el tiempo lo permite, en cada curva del
camino, peregrinos apasionados lanzan versos difíciles de entender con voz
aguda por encima de la corriente de los grupos de turistas que pasan.
El hecho de que lo bello es el principio de lo
terrible encuentra aquí su peculiar confirmación. La escena puede considerarse
emblemática de la mezcla de arrebato y favor, preciosidad y popularidad,
sacerdocio y profanación que se encuentra en el poeta.
Interpretaciones ambivalentes: Entre Martin Heidegger y Theodor Adorno
Un aspecto especialmente fascinante de la
biografía es el examen de las interpretaciones opuestas de la obra de Rilke por
parte de los filósofos Martin Heidegger y Theodor W. Adorno. Mientras interpretaba la poesía de Rilke como filosóficamente profunda, le
acusaba, no exento de razón, de ser kitsch ajeno al mundo y cercano al
fascismo. Para Theodor W. Adorno, Rilke escribía una “jerga peculiar“ que era “sonámbula
al borde“ del fascismo.
Richter analiza críticamente estas opiniones
extremas y demuestra que ambos pensadores redujeron la obra de Rilke a aspectos
concretos, con lo que se perdió su complejidad real. Aclara que la poesía de
Rilke no es simplemente armoniosa o afirmativa, sino que se caracteriza por
contradicciones y tensiones.
Nuevas fuentes: La obra de Rilke en un nuevo contexto
Las fuentes a las que Richter tuvo acceso en
Marbach en 2022 incluyen cartas, manuscritos y documentos personales que
ofrecen una imagen más matizada de la vida de Rilke. La atención prestada a su
faceta pragmática es especialmente reveladora: la habilidad de Rilke en el
trato con los editores y su hábil comprensión de la comercialización de sus
obras muestran a un artista que no descuidaba los aspectos prácticos de su
trabajo.
La biografía de Richter también arroja luz
sobre la influencia de mecenas y contemporáneos en la obra y la vida de Rilke.
Demuestra que Rilke no trabajó en absoluto aislado, sino que estuvo en estrecho
contacto con las redes literarias y artísticas de su época.
Sandra Richter deja claro por qué las obras de
Rilke siguen siendo fascinantes hoy en día: Su poesía es intemporal y
universal, pero al mismo tiempo habla directamente de las incertidumbres y
desafíos que experimentan las personas en tiempos de crisis.
La búsqueda de Rilke de una “vida abierta“
-una vida que se enfrente por igual a las bellezas y los horrores del mundo- es
especialmente pertinente en el mundo actual.
Un poeta complejo bajo una nueva luz
Con Rainer Maria Rilke o la vida abierta,
Sandra Richter consigue crear una biografía de múltiples capas y diferenciada.
Muestra a Rilke no solo como un poeta de talla mundial, sino también como un
hombre lleno de ambivalencias que hicieron de su arte algo único. El libro
conduce a una lectura apasionante para cualquiera que desee redescubrir a
Rilke, como poeta y como persona, que con todas sus contradicciones y su vigor
artístico, sigue inspirando y conmoviendo hoy en día.
Figura central en el mundo literario de
aquellos días, Rilke era alguien que conocía a todo el mundo o que llegaba a
conocer a todo el mundo. Era un ojeador, por decirlo de algún modo, que viajaba
por encargo de las editoriales en la búsqueda de nuevos talentos. La imagen del
mago distante no puede sostenerse, según la profesora. Rilke era una persona
que estaba en el centro de la vida y solo se retiraba para escribir.
¿Intoxicado?
Nunca se sabrá si Rilke murió tras envenenarse
a sí mismo sin saber lo que estaba haciendo. A partir de 1923, Rilke tuvo que
luchar contra graves problemas de salud, que hicieron necesarias varias largas
estancias en sanatorios. Su estadía en París de enero a agosto de 1925 fue
también un intento de escapar de la enfermedad trasladándose y cambiando sus
condiciones de vida. No obstante, en los últimos años, entre 1923 y 1926,
escribió numerosos poemas sueltos (como Gong y Mausoleo) y una extensa
obra lírica exofónica
en francés.
Se desconoce asimismo si para ese entonces el
poeta, gravemente enfermo, se encontraba todavía en condiciones de discernir
con claridad. En enero y febrero de 1926, Rilke escribió tres cartas a Aurelia
Gallarati Scotti, opositora al dictador Benito Mussolini, en las
que alababa al régimen y ensalzaba al fascismo como cura de todos los males.
Rilke no ignoraba el papel de la violencia. Estaba dispuesto a aceptar cierto
uso temporal de ésta y la privación de libertad. También era necesario actuar
ante la injusticia. Veía a Italia como el único país al que le iba bien y
estaba en ascenso.
El fascista Mussolini se había convertido en el
arquitecto de la voluntad italiana, el forjador de una nueva conciencia cuya
llama se encendía con un antiguo fuego. “¡Feliz Italia!“, proclamaba Rilke, al
tiempo que rechazaba las ideas de libertad, humanidad e internacionalismo. No
eran más que abstracciones que casi habían provocado el hundimiento de Europa.
La tumba de Rilke en el cementerio de Raron
Poco antes de la muerte de Rilke, su enfermedad
fue diagnosticada como leucemia, en una forma aún poco conocida en la época. El
poeta falleció el 29 de diciembre de 1926 a la edad de 51 años en el sanatorio
de Valmont sur Territet, cerca de Montreux (Suiza) y fue enterrado el 2 de
enero de 1927 -según sus deseos- cerca de su último lugar de residencia, en el
cementerio de montaña de Raron (Suiza). En su lápida figura la frase escrita
por el propio Rilke y elegida para la lápida:
Rose, oh reiner Widerspruch, Lust,
Niemandes Schlaf zu sein unter soviel
Lidern.
(Traducción libre):
Rosa, oh pura contradicción, lujuria,
ser el sueño de nadie bajo tantos
párpados.
Corolario
Con esta nueva biografía, la profesora Dra
Sandra Richter quería tomarse en serio las aspiraciones literarias de Rilke y
el trasfondo social e intelectual de su escritura, del que el propio Rilke
quería saber poco y, preferiblemente, nada. Es cierto que no tiene sentido
convertirse después en juez estético o moral, sobre todo porque la Europa
artística e intelectual acompañó a Rilke en la forma de sus esposas, amigos y
editores de la manera más cercana posible, a través del diálogo con él, de las
traducciones conjuntas, de la lectura y la escucha de sus textos, afirma
Richter en su libro.
Pero al mismo tiempo, el punto de vista de las
amigas y los amigos, las y los mecenas, así como los editores es esclarecedor.
Sugiere que no fueron solo los recursos estilísticos ostensiblemente modernos,
como la ironía, lo grotesco y lo drástico, sino también la pátina kitsch que
recubre algunos versos de Rilke lo que sirvió para aumentar la cooperación y la
apertura artísticas: se pretendía hacer soportable lo intolerable y
aparentemente inalterable haciéndolo parecer bello. A través de su camino hacia
lo abierto, Rilke amplió el horizonte de autointerpretación de la vieja Europa
y lo confirmó al mismo tiempo.
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