Discos
CD Leonard Bernstein, Beethoven Symphonie Nr. 5 & Leonoren-Ouverture Nr. 3,
Juan Carlos Tellechea

El célebre Leonard Bernstein dirigió regularmente en Múnich desde el decenio de 1980, época en la que comenzó a apreciar y amar especialmente a la Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera (Symphonieorchester des Bayerischen Rundfunks).
La serie de sus conciertos
anuales dio inicio en 1983 tras un primer compromiso en octubre de 1976, cuando
se presentó con un programa dedicado exclusivamente a Ludwig van Beethoven.
Este CD (sello BR-Klassik) preserva
maravillosamente la grabación en directo (remasterizada) de aquel histórico
concierto dedicado a Beethoven del 17 de octubre de 1976, con Bernstein
dirigiendo la Quinta Sinfonía de Beethoven y la Obertura de Leonora nº 3; un
documento esencial para todos los incondicionales de
Estremecedora
La mixtura de conmovedora sensibilidad y
claridad estructural hace de esta interpretación una experiencia musical del
más alto calibre. La pasión con la que dirige Bernstein y el ferviente
compromiso de la Sinfónica de la Radio de Baviera se funden aquí para entregar
una interpretación que sigue estremeciendo de emoción a los escuchas.
La Quinta es sin duda una de las obras más
emblemáticas de la historia de la música. Este op 67 pone música de forma
bastante abstracta a un golpe de liberación en el sentido de “per aspera ad
astra” (a través de lo áspero hacia las estrellas o a través de la oscuridad
hacia la luz).
El “motivo del destino”, esas llamativas cuatro
notas, es algo más que una idea musical; simboliza esa transición desde las
tinieblas hacia la luminosidad, desde la duda a la certeza. Leonard Bernstein
supo como nadie dar forma a esta obra con una intensidad y una complejidad que
sumergían inmediatamente al oyente en el mundo interior de Beethoven.
Desenfreno
Abre el primer movimiento con un impresionante
arco de tensión. Desde las primeras notas, la orquesta suena con un énfasis
casi amenazador que subraya el drama existencial de la obra. Cada dinámica se
lleva al extremo, los contrastes entre la fuerza eruptiva y la ternura
susurrante son emocionantes.
Bernstein consigue que la música no se
interrumpa en ningún momento: la orquesta, como todo ser vivo, respira al
unísono. El segundo movimiento, el Andante con moto, revela una faceta
completamente distinta de la obra: calidez, consuelo y esperanza. Destacan aquí
las maderas, cuyos tonos suaves y cálidos ofrecen un contrapunto lírico al
dramatismo del primer movimiento.
El maestro celebra este momento con la máxima
dedicación, dejando que cada fraseo inhale y que cada melodía fluya. Con el
Scherzo, Bernstein lleva de nuevo al oyente a terrenos más dramáticos. Las
cuerdas graves y los bajos transmiten la atmósfera misteriosa, casi
espeluznante, que irradia este movimiento. Aquí la orquesta demuestra su
extraordinaria precisión al interpretar los pasajes fugados con una estructura
cristalina y una energía desenfrenada.
Catarsis
El director consigue crear una transición
orgánica que eleva la tensión a un nivel casi irresistible: una obra maestra de
la dramaturgia. El final es una pura celebración triunfal. Bernstein consigue
un resplandor de los metales que rompe la oscuridad como un luminoso rayo
solar. Los timbales ponen acentos poderosos, mientras que las cuerdas avanzan
con una energía desenfrenada. Así consigue enfatizar claramente la arquitectura
del movimiento final sin sacrificar la intensidad emocional. Los jubilosos acordes
finales parecen un avance imparable hacia la incandescencia, un momento
verdaderamente catártico.
Dramatismo
La tercera Obertura de Leonora, originalmente
pensada para la ópera Fidelio de Beethoven, era para Bernstein algo más que una
pieza de concierto: era una obra que amaba profundamente y que le llegaba
especialmente al corazón. Bajo su égida, este op 72b desplegó un dramatismo y
una profundidad narrativa apasionantes.
El famoso toque de señal de la trompeta, que
anuncia la llegada del ministro Don Fernando y, con ello, el rescate del
injustamente encarcelado Florestán, víctima de la violencia arbitraria en la
ópera, es un radiante clímax en la interpretación de Bernstein. La tensión
entre la sombría introducción y la triunfal conclusión está equilibrada hasta
el último detalle.
El maestro permite a la orquesta dar vida a la
estructura narrativa de la obra con una intensidad apasionante: desde las
misteriosas capas de sonido que se intensifican al principio hasta el liberador
y jubiloso final. Es una interpretación que penetra profundamente en el alma de
la música y al mismo tiempo subraya el ideal humanista de Beethoven.
Entereza
La Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera
demuestra una vez más ser un conjunto de la más alta calidad. Su capacidad para
explorar los extremos tonales bajo la dirección de Bernstein es tan
impresionante como su calidez tonal y la precisión del conjunto. Los músicos
responden al carismático y exigente estilo de Bernstein con la máxima
dedicación.
El propio Bernstein no era solo un director de
orquesta, sino también un comunicador de los mensajes de Beethoven. Su
capacidad para captar por igual la profundidad emocional y la altura filosófica
de las obras le convirtió en uno de los intérpretes de Beethoven más
importantes de su tiempo. Su dirección nunca fue meramente técnica, sino un
acto de compromiso total con la música.
Grabación
Un influyente crítico de la época expresaba en
su columna que Bernstein había demostrado ante un público embelesado hasta qué punto
Beethoven le colmaba de libertad y fogosidad productiva. Aunque el uso que
Bernstein hacía de la fuerza, los saltos, las disminuciones y los crescendos
pudiera parecer violento a las mentes ansiosas, era sobrecogedora la entereza
interior de la música, que suena poderosa, natural, gloriosa y desenfadada.
Sería un eufemismo decir que los músicos de la Sinfonieorchester de la Bayerische Rundfunk estaban de fiesta, aportando sus conocidas cualidades instrumentales a estas grandiosas composiciones, sean de las secciones que fueran. Más que asimilar una música quizá un poco diferente a la de su día a día, se trataba de ir directamente al meollo de la cuestión, adoptando el tono adecuado.
La grabación en directo, en la maravillosa acústica
de la Sala de congresos del Museo Alemán, en Múnich por el ingeniero de sonido Martin Wöhr,
así como su remasterización por el también ingeniero de sonido Christoph Stickel,
dos galardonados técnicos, tiene un relieve precioso, preservando la
espacialidad y la riqueza del sonido de estas obras.
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