Una jirafa en Copenhague

¿Por qué el fútbol es más interesante que el arte contemporáneo?

Omar Jerez
miércoles, 29 de enero de 2025
Bansky me da pereza © 2025 by Omar Jerez Bansky me da pereza © 2025 by Omar Jerez
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Muchos seudo intelectuales han asociado el fútbol con un deporte de masas con aficionados que no poseen la suficiente inteligencia para entender otras artes más “elevadas”. 

Estos mismos que se definen a sí mismos como “instruidos” ponen sobre la mesa cuestiones tales como que es un deporte que está focalizado para desviar la atención sobre otros temas que son más prioritarios para la ciudadanía global y que dichos temas deberían ser conocidos por estos sujetos para ejercer protesta en un acto colectivo desde la resistencia civil. 

Entre tanto”instruido”, en su afán de superioridad intelectual, los hay que creen que estos aficionados al fútbol son un público poco formado en los que no merece ni la pena invertir tiempo alguno. 

Es posible que los aficionados al fútbol en su gran mayoría no estén conformados por las personas más leídas que puedas encontrar, pero si algo les diferencia de manera notable con el público que acude a ver exposiciones de arte contemporáneo, es que mientras los primeros invierten tiempo por ver la excelencia basada en criterios científicos en esos jugadores de fútbol, los segundos están sujetos a fraudes postmodernos donde muchos de los ejercicios discursivos se acompañan por formatos endogámicos para hacer coincidir la idea de colectivo global formalizado en unos intereses muy concretos. 

Digamos que alguien va a ver en un partido de fútbol a los jugadores de su equipo, estos, previamente han tenido que pasar por un criterio de varios expertos de diferentes departamentos para proceder a su fichaje y que por ello jueguen en la entidad deportiva; estos jugadores han sido seleccionados porque en sus respectivos puestos son los mejores que existen en el mercado futbolístico todo ello ajustado a las partidas presupuestarias de la entidad, es decir, meritocracia deportiva. 

Mientras que en el segundo caso, el de los “instruidos”, cualquier mediocre puede llegar a ser reconocido a nivel mundial teniendo una obra de mierda como la que hace el grafitero británico Banksy que trata a los espectadores como si fueran imbéciles. 

Lo que quiero decir con esto es que puede existir un Leo Messi del arte contemporáneo que no sea conocido, que no exponga en las grandes instituciones, y que a pesar de que su obra sea sublime, todo esto no sea suficiente para que sea reconocido a nivel mundial viviendo de su obra. 

Un futbolista que haya salido de un barrio marginal, si demuestra tener las aptitudes requeridas puede acabar jugando en los mejores equipos del mundo como se ha visto en más de una ocasión. Esto en el arte no ha ocurrido ni ocurrirá porque es un sector que se mueve con otros criterios que si los evaluados más minuciosamente son más estúpidos de lo que uno pueda llegar a imaginar.

Un tipo como Banksy trasladado al mundo del fútbol no jugaría ni siquiera en un equipo de su pueblo con jugadores que tuvieran obesidad mórbida, pero recordar, ¡los listos están en el mundo del arte!

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