Suiza
Lucerna: el universo de ‘Le piano symphonique’ (III/III): Shostakovich y Kissin
Agustín Blanco Bazán

La tercera noche del festival, presentada como la primera parte de un “Proyecto Shostakovich 2025 iniciado por Evgeny y actu ” comenzó con este célebre pianista acompañando a Alexander , un bajo de imponente y amigable estatura que cantó ó los Cuatro poemas del Capitan Lebjadkin op. 146 con voz de timbre claro y vibrante. Enfatizo el hecho de que actuó porque sin actuación es imposible entronizarse en la sardónica personalidad de Lebjadkin, un nihilista personaje de Los demonios de Dostoievsky que reflexiona cruelmente sobre sus amores, la alegoría de una cucaracha encerrada con moscas en una botella, la hipócrita inocencia de las debutantes en un baile de sociedad, y finalmente el pretendido idealismo de un disidente obligado a abandonar Rusia.
Pocas veces lamenté tanto no poder entronizarme en las sutilezas de un idioma tan apto para engarzar humor y amargura en una fusión inseparable, máxime cuando en algunos momentos Roslavets confrontó con sus miradas y gestos al pianista, hoy uno de los disidentes mas formidables del dictador Putin. Ello porque Kissin ha sido declarado como “agente foráneo” por su apoyo a Ucrania y su deseo vía Facebook de que “todos sobrevivamos a Putin y sus compinches."
Siguió el Quinteto
para piano y cuerdas op 57 que comenzó con estas últimas produciendo
sonoramente opacos y cromáticamente erráticos acordes introductorios. Pero los
maduros instrumentistas del cuarteto Koperman, aun cuando ya no exhiban la
técnica de antaño, están artísticamente consustanciados con un Shostakovich con
quién dos de ellos, el violinista Boris
Para el Trío
nº 2 opus 67 se agregaron a Kissin otros dos ejecutantes de formidable
capacidad de precisión y sensibilidad interpretativa, el violinista Gidon
y la chelista Giedrė
El desafiante
y sombrío tema judío machacado al final del Trío sirvió de adecuada
introducción al Lamento sobre la muerte
de un pequeño con el que la mezzo Rachel abrió las canciones De
la poesía popular judía op.79. En ellos, y siempre con el enfático y al
grano acompañamiento de Kissin se agregaron la soprano Chen y el tenor
Michael . Nada escapó a estos espléndidos interpretes de solos, dúos y
tríos declamados con luminosa y expresiva ingenuidad, desde la lacerante
canción fúnebre al comienzo hasta la arrebatadora enajenación danzante de La felicidad que cerró este inolvidable
viaje con Shostakovich en mi tercera noche en Lucerna.
Dos jóvenes pianistas: Shmukler y Ciobanu
Dos conciertos de mediodía en una de las salas de exposiciones de este atractivo centro cultural permitieron apreciar a dos juveniles talentos pianísticos. El primero de ellos, Ilya
(ganador del concurso Géza Anda 2024) aporreó el piano del principio al fin, con talentosa precisión, pero poco refinamiento. La primera víctima fue una Toccata de J.S. Bach implacablemente latigueada con estrepitosa tendencia al fortissimo. Siguieron unas Variaciones de Walter Furrer en primera audición, y, con similar sobre-énfasis, los admirables Funérailles de las harmonies poétiques et religieuses de F. Liszt. ¡Gracias al pianista por incluirlas, aún cuando, como ocurrió con los Estudios Sinfónicos op. 13 de Schumann que cerraron el recital, el piano siguió siendo aporreado con excesiva furia!Mejor estuvo Daniel
Epílogo
Después de mi partida, la Orquesta Sinfónica de Lucerna bajo la batuta de Michael Las Estaciones , acompañó en el Concierto nº 2 de S. Rachmaninoff al pianista Yunchan Lin quién como solista interpretó de P. I. Chaikovski, y Kissin se unió a Gautier Capuçon en un programa con Sonatas de Shostakovich.
Y finalmente, Marta Argerich se Le piano symphonique. para sus típicos recitales con amigos (“Martha Argerich and friends”) en este caso la violinista Janine , junto a su proverbial amigo de siempre, el chelista Mischa . Su aparición final fue con el Concierto nº 1 para piano de Beethoven con la Sinfónica de Lucerna bajo la dirección de Gregory que cerró este cuarto festival de
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