España - Cataluña

Madamigella Valéry (Recordando a Marcel Cervelló)

Jorge Binaghi
viernes, 31 de enero de 2025
McVicar, La Traviata © 2025 by Sergi Panizo McVicar, La Traviata © 2025 by Sergi Panizo
Barcelona, martes, 28 de enero de 2025. Gran Teatre del Liceu. La traviata, Venecia, La Fenice, 6 de marzo de 1853. Libreto de F. M. Piave y música de G. Verdi. Puesta en escena: David McVicar (Repositor: Leo Castaldi). Escenografía y vestuario: Tanya McCallin. Coreografía. Andrew George. Intérpretes: Ruth Iniesta (Violetta), Xabier Anduaga (Alfredo), Mattia Olivieri (Germont), y otros. Coro (preparado por Pablo Assante) y Orquesta del Teatro. Dirección: Giacomo Sagripanti
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De nuevo entradas agotadas para ese segundo reparto del cual hablaba hace tiempo. Viene a cuento la famosa frase del autor en la correspondencia recogida por G. Monaldi (1839-1898) cuando se le preguntó, pocos años después de la reposición que llevó al triunfo esta obra en la misma Venecia que la había visto caer en su estreno absoluto, aunque en otro teatro, cuál de sus óperas escritas hasta entonces consideraba la mejor: “Hablando como profesional, Rigoletto; como aficionado, La Traviata.” (Budden, The Operas of Verdi, vol. II, cap. 4. p.164).

Y sin volver a decir nada sobre la reposición del espectáculo de McVicar (que a algunos les ha parecido deformada y deformante -no es mi caso-) no estará mal recordar que por fin se siguieron para las pausas los dos intervalos marcados por Verdi sin desequilibrar ni acumular tensiones. Después de ‘Sempre libera’ tiene que haber una pausa (también para que la soprano pueda reponerse un poco, pero porque la situación cambia radicalmente). También estaba mal cuando, en el pasado no tan reciente, se la hacía en cuatro actos, haciendo de los dos cuadros del segundo, actos independientes, lo que en el caso del primer cuadro era un disparate total.

Nada nuevo que decir sobre la actuación de coro y orquesta y la labor de los comprimarios. Me gustaría sí volver a remarcar lo bien que ha estado Sagripanti en la dirección de una ópera ‘demasiado’ famosa por lo que se suelen perpetrar toda suerte de fechorías con algunos fragmentos. El mejor uso del coro de ‘zíngaras’ (¿se puede decir?) que recuerdo es el que hizo Visconti en la llegada de la familia de Il Gattopardo a su castillo en el campo. En este caso esos coros estuvieron bien ejecutados sin exageraciones, y lo mismo dígase del maltratado ‘brindis’ del primer acto: aquí fue lo que debía ser, y eso no es poco mérito. Del maestro esta vez me interesaron mucho ciertos acompañamientos (como por ejemplo el de ‘Addio del passato’, y en particular la segunda estrofa) y los pizziccati tan expresivos del preludio inicial.

Verdi, La Traviata. Giacomo Sagripanti, dirección musical. David McVicar, dirección escénica. Barcelona, Gran Teatre del Liceu, enero de 2025. © 2025 by Sergi Panizo.Verdi, La Traviata. Giacomo Sagripanti, dirección musical. David McVicar, dirección escénica. Barcelona, Gran Teatre del Liceu, enero de 2025. © 2025 by Sergi Panizo.

Esta vez el rol de Violetta fue confiado a Ruth Iniesta. Para hacer rima, diremos en primer lugar que es una cantante honesta. No ‘hace ver’, no ‘disimula’, no pretende cubrir limitaciones vocales con dotes actorales más o menos buenas (que es lo que la mayoría de Violettas hace y siempre ha hecho). Canta bien y tiene extensión suficiente, sobre todo en la zona alta del registro. Aquí había hecho una excelente ‘Lauretta’ en Gianni Schicchi, pero claro este rol es más largo y complicado y la lleva al límite, por una cuestión de timbre y dimensiones. Con todo sale airosa de los momentos más peligrosos que son los de los actos siguientes e incluso hace una lectura de la carta muy imaginativa y eficaz. O sea que es una buena Violetta; que es mucho: si me apuran, muy buena o mejor que algunas de las que hoy tienen ‘fama’ (recuerdo a mi admirado compatriota Cortázar cuando estableció la categoría de ‘fama’ como tipo de persona).

Verdi, La Traviata. Giacomo Sagripanti, dirección musical. David McVicar, dirección escénica. Barcelona, Gran Teatre del Liceu, enero de 2025. © 2025 by Sergi Panizo.Verdi, La Traviata. Giacomo Sagripanti, dirección musical. David McVicar, dirección escénica. Barcelona, Gran Teatre del Liceu, enero de 2025. © 2025 by Sergi Panizo.

Debutaba como Alfredo, Xabier Anduaga. No sé si no es demasiado pronto para que cante este rol, aunque la voz parece más oscura, incluso demasiado para la parte, pero también más opaca, salvo en el registro agudo que retiene luminosidad. Como actor y fraseador resultó insulso, salvo su mejor momento, que fue, extrañamente, la escena de Flora donde dijo, cantó y actuó con acierto. Sorprende un poco la forma inerte en que pasaron algunos dúos (los del último acto, sobre todo) o el recitativo y gran parte del aria (la cabaletta, como tiene el agudo, fue otra cosa). Por supuesto tuvo mucho éxito, en especial en los saludos finales.

También debutaba en Germont, Mattia Olivieri. Y aquí viene el porqué de la dedicatoria de esta nota. Marcel Cervelló era una de las personas que aquí más sabía de voces y tenía una memoria prodigiosa al respecto. No siempre estábamos de acuerdo, pero su opinión siempre era atendible y valiosa. Recuerdo que tras una función de La favorite con la que Olivieri debutó aquí mismo yo estaba a su lado y -no era muy expresivo- percibí un ligero movimiento que me pareció de aprobación. Cuando terminó la función (los demás intérpretes ciertamente no provocaron ningún movimiento ‘sospechoso’) le pregunté. Y me dijo: ‘Oiremos hablar de este muchacho. Déjalo crecer’.

Verdi, La Traviata. Giacomo Sagripanti, dirección musical. David McVicar, dirección escénica. Barcelona, Gran Teatre del Liceu, enero de 2025. © 2025 by Sergi Panizo.Verdi, La Traviata. Giacomo Sagripanti, dirección musical. David McVicar, dirección escénica. Barcelona, Gran Teatre del Liceu, enero de 2025. © 2025 by Sergi Panizo.

Pues lamento tantísimo que por un año no haya podido comprobar qué razón tenía. Si Olivieri era entonces una brillante promesa hoy es una sólida realidad. No sólo. Ha conseguido hacer que uno se reconcilie con la imagen de este pequeñoburgués de provincia que no ve más allá de sus narices porque luego de las primeras frases duras y distantes (de allí el nombre de la reseña) parece -al menos- de veras impresionado y hasta conmovido por lo que la cortesana devoradora de hombres le dice. ‘Sento nell’anima già le tue pene’ puede ser una frase de una hipocresía abismal, pero en el canto del barítono (no en vano ha tenido largo contacto con el belcanto) era creíble. Su ‘Pura siccome un angelo’ fue entonada con suficiente volumen mas no vociferada y la empatía se extendió a su hijo en la ficción con un magnífico ‘Di Provenza’ donde evitó el riesgo corriente de la monotonía por el texto (y hasta esa cabaletta posterior que yo detesto profundamente pareció tener un mínimo sentido) para hacer una reaparición remarcable en el cuadro de Flora con esa frase tan verdiana que es ‘Di sprezzo degno’ y lo que sigue en el gran concertante donde sin forzar su voz se oyó siempre.

Y además tuvo el detalle, como en el primer reparto había ocurrido, de agradecer al traspunte (el excelente Jaume Tribó, otro pozo de sabiduría, que este mismo año cumplirá cincuenta años en su puesto donde muchas veces se las ha visto y deseado con más de un famoso o famosísima). 

Pues eso, Marcel: tenías razón. Ojalá hubieras podido verlo y oírlo. Seguramente te habrían fastidiado como solían los coros de toses, estornudos, bolsos u otros objetos que caían al suelo y los celulares que coprotagonizaron el ‘gioir’ de Violetta y la introducción de ‘Di Provenza’, siempre tan divos y oportunos ellos. Las veces que habrás ido resfriado y ni se te oía respirar.

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