Austria

Una golondrina que levantó vuelo

Gustavo Gabriel Otero
lunes, 17 de febrero de 2025
de Beer, La Rondine © 2025 by Barbara Pálffy / Volksoper Wien de Beer, La Rondine © 2025 by Barbara Pálffy / Volksoper Wien
Viena, viernes, 7 de febrero de 2025. Volksoper Wien. Giacomo Puccini: La Rondine, comedia lírica en tres actos. Libreto de Giuseppe Adami basado en el trabajo de Alfred Maria Willner y Heinz Reichert. Lotte de Beer, dirección escénica. Florian Hurler, coreografía y co-dirección escénica. Christof Hetzer, escenografía. Jorine van Beek, vestuario. Roman Hansi, vídeo. Peter te Nuyl, dramaturgia. Alex Brok y Georg Veit, iluminación. Verity Wingate (Magda de Civry), Johanna Arrouas (Lisette), David Junghoon Kim (Ruggero Lastouc), Robert Bartneck (Prunier), Pablo Santa Cruz (Rambaldo Fernández), Marco Di Sapia (Perichaud), Aaron Casey Gould (Gobin), Aarón Pendleton (Crébillon y un mayordomo), Michael Arivony (Rabonnier), Julia Koci (Yvette), Jaye Simmons (Bianca), Jasmin White (Suzy). Orquesta y Coro de la Volksoper de Viena (director del coro: Roger Díaz-Cajamarca). Dirección musical: Alexander Joel.
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La Rondine de Puccini, nacida con idea de opereta y comisionada para el Carltheater de Viena, mutó en comedia lírica y se terminó estrenando en Montecarlo el 27 de marzo de 1917, para ofrecerse casi inmediatamente en el Teatro Colón de Buenos Aires el 24 de mayo de 1917, y luego estrenarse en Italia (Bologna) el 5 de junio de 1917. Llegó, finalmente, a Viena el 9 de octubre de 1920.

Desvalorizada por la crítica del momento, burlada como ´la Traviata de los pobres’, mal considerada por algunos biógrafos del compositor y cuestionada por no ser una tontería romántica de final feliz imposible, es la ópera menos valorada del maestro de Lucca, junto quizás a la juvenil Edgar.

Una escucha atenta y una evaluación sin perjuicios permiten justipreciar su delicada y colorida orquestación, su belleza lírica, sus líneas vocales de perfecta factura y una historia que desde el inicio se comprende cómo será (una ‘escapada’ casi adolescente de Magda con el primer joven que encuentra para retornar a la normalidad luego de un tiempo), que la protagonista prefigura claramente en el ‘sogno di Doretta’ y en ‘Ore dolci e divine di lieta baraonda’, tanto como en la adivinación del poeta Prumier (Forse, come la rondine, … ), con un final con un adiós doloroso pero sin muertos, y de pleno empoderamiento femenino, que aún asusta a muchos.

‘La Rondine’ de Puccini. Alexander Joel, dirección musical. Lotte de Beer, dirección escénica. Viena, Volksoper, febrero de 2025. © 2025 by Barbara Pálffy / Volksoper Wien.‘La Rondine’ de Puccini. Alexander Joel, dirección musical. Lotte de Beer, dirección escénica. Viena, Volksoper, febrero de 2025. © 2025 by Barbara Pálffy / Volksoper Wien.

En la actualidad las más recientes corrientes musicológicas la consideran una obra de verdadera madurez que debería ser tomada por el público y los programadores con mucha más seriedad. Afortunadamente en los últimos tiempos se puedo apreciar La Rondine en el Teatro Alla Scala de Milán, la Ópera Metropolitana (Met) de Nueva York, Zurich (Suiza), Turín, Cesena, Rímini, Novara, y Verona (Italia), Melbourne (Australia), Toronto (Canadá), Zagreb (Croacia), Maribor (Eslovenia) Washington, Metz (Francia), Xalapa (Méjico), Mónaco, Londres, y Rumania.

La Volksoper de Viena la ofreció en abril de 2024 con gran éxito y la repite en esta serie, con varios cambios de elenco, pero misma dirección musical y equipo escénico.

La versión que reseñamos fue muy buena y la excelencia está marcada por la calidad de la orquesta, por la ajustadísima versión musical, un elenco sin grandes nombres, pero solvente y homogéneo, y una razonable puesta en escena con alguna modernización.

Punto fundamental para que La Rondine cobre vida es contar con una orquesta flexible, acostumbrada a la opereta pero que puede dar el realce necesario a una obra que no es una opereta en sentido estricto pero que tiene alma de ella, y que es a la vez ópera.

El director de orquesta debe creer en la calidad de la obra y resaltar sus valores y es lo que hizo el maestro Alexander Joel, con una respuesta de excelencia. La lectura musical dejó reconocer la sonoridad pucciniana, subrayó los momentos exquisitos vinculados al vals, a la vez que buscó los contrastes y la delicadeza de la obra. Fue exultante en los coros del segundo acto, pero sin tapar a las voces solistas. El Coro y Orquesta de la Volksoper mostraron que son agrupaciones de excelente nivel.

‘La Rondine’ de Puccini. Alexander Joel, dirección musical. Lotte de Beer, dirección escénica. Viena, Volksoper, febrero de 2025. © 2025 by Barbara Pálffy / Volksoper Wien.‘La Rondine’ de Puccini. Alexander Joel, dirección musical. Lotte de Beer, dirección escénica. Viena, Volksoper, febrero de 2025. © 2025 by Barbara Pálffy / Volksoper Wien.

Triunfadora vocal y actoral la Magda de Verity Wingate, una voz a tener muy en cuenta, bella, flexible, refinada, y creíble como actriz. El tenor David Junghoon Kim cumplió acabadamente como Ruggero, mientras que Johanna Arrouas dio vida con justeza a Lisette. Quizás un poco irregular en el inicio el Prunier de Robert Bartneck que fue creciendo a medida que avanzó la representación.

Con gran volumen y autoridad el Rambaldo de Pablo Santa Cruz, mientras que el resto del elenco fue solvente, homogéneo y ajustado. Con destaque de las tres amigas de Magda por su perfecta conjunción: Julia Koci (Yvette), Jaye Simmons (Bianca), y Jasmin White (Suzy).

Lotte de Beer en su concepción escénica mantiene el marco espacio-temporal como dicta el libreto (alrededor de 1860), pero sin renunciar a darle algún toque de cambio, como por ejemplo que en casa de Magda haya más gente que la que plantea el libreto y las mujeres adicionadas estén con el torso descubierto. Pero la principal idea fue la de mostrar que el poeta Prunier escribe una novela (el libreto de la obra y sus indicaciones que aparecen al final del escenario en alemán y en el sobretitulado en inglés) que todo el público puede ver en una pantalla-libro, con los tachones y correcciones que sobre la marcha él o Lisette van haciendo. En el último acto se presenta la lucha entre el final que imagina el poeta, y el que piensa Lisette.

‘La Rondine’ de Puccini. Alexander Joel, dirección musical. Lotte de Beer, dirección escénica. Viena, Volksoper, febrero de 2025. © 2025 by Barbara Pálffy / Volksoper Wien.‘La Rondine’ de Puccini. Alexander Joel, dirección musical. Lotte de Beer, dirección escénica. Viena, Volksoper, febrero de 2025. © 2025 by Barbara Pálffy / Volksoper Wien.

En esta ‘lucha’, el director de orquesta agrega música tomada de los dos primeros actos y vemos que se quiere que Magda muera de una enfermedad incurable viendo a Magda y Ruggero haciendo la escena del manguito de Mimì-Rodolfo, que es reescrito por Lisette haciendo que la protagonista se suicide como Cio Cio San en Butterfly; vuelve a reescribir Prunier intentado que Magda salte al mar haciendo recordar la escena del suicidio de Floria Tosca. Pero Lisette reescribe el final subrayando que Magda toma las riendas de su destino y se va libre, como una golondrina tal como indica el libreto original. No hay Rambaldo o semejante esperándole, como se adiciona sin sentido en algunas puestas. De Beer hace que la ópera se ría de sí misma de una manera original y que no molesta.

Práctica la escenografía de Christof Hetzer, con buen uso del escenario giratorio. En época y con alguna originalidad el vestuario diseñado por Jorine van Beek; y apropiada iluminación de Alex Brok. Muy bien resueltos los movimientos escénicos por la dupla de Beer en equipo con el coreógrafo Florian Hurler.

En suma: una golondrina que si levantó vuelo. 

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