España - Madrid

Teatro Real

Justos por pecadores

Germán García Tomás
viernes, 7 de marzo de 2025
La vida breve / Tejas verdes © 2025 by Teatro Real La vida breve / Tejas verdes © 2025 by Teatro Real
Madrid, sábado, 15 de febrero de 2025. Teatro Real. La vida breve. Drama lírico en dos actos. Música: Manuel de Falla. Libreto: Carlos Fernández-Shaw. / Tejas verdes. Ópera. Música: Jesús Torres. Libreto: Fermín Cabal, basado en su obra homónima con poemas intercalados procedentes del Cancionero y romancero de ausencias de Miguel Hernández. Obra encargo del Teatro Real. Estreno absoluto. Dirección musical: Jordi Francés. Dirección de escena: Rafael F. Villalobos. Escenografía: Emanuele Sinisi. Asesora plástica: Soledad Sevilla. Iluminación: Felipe Ramos. Coreografía: Estévez / Paños y Compañía. Reparto La vida breve: Adriana González (Salud), Eduardo Aladrén (Paco), Ana Ibarra (La Abuela), Rubén Amoretti (Tío Sarvaor), Gerardo Bullón (Manuel –juez-), Carmen Mateo (Carmela / Vendedora I), Alejandro del Cerro (una voz en la fragua / Vendedor), María Marín (cantaora), Laura Vila (Vendedora II), Sara Jiménez (La Madre). / Reparto Tejas verdes: Natalia Labourdette (Colorina), Ana Ibarra (Doctora), Alicia Amo (Delatora), María Miró (Hermana), Sandra Ferrández (Madre), Laura Vila (Enterradora), Alejandro del Cerro (Miguel), Raúl Benítez / Edu Rodríguez (Niño), Gloria Muñoz (voz en off). Bailarines y actores. Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real.
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En ocasiones puede parecer que en nuestro país la creación contemporánea toma al espectador por menor de edad, por no decir otra cosa más grave. Se evidencia que, o bien el público se deja engañar fácilmente, o aparenta que no ha superado los fantasmas del pasado, los cuales una y otra vierten creadores actuales sobre sus obras escénicas para evocar monstruos y espantajos.  

Bajo un pretendido alegato contra las violencias que oprimen y aprisionan en jaulas o cárceles a sus víctimas se enhebra este programa doble en el Teatro Real con el retorno a su escenario de La vida breve, el emblema operístico de Manuel de Falla que combina el lenguaje verista y un estilizado folclore andaluz, ópera concebida para el concurso de la Real Academia de Bellas Artes de Madrid, que estaba ausente del coliseo de la Plaza de Oriente desde 1997, fecha del estreno en sus tablas –se ha visto hasta dos veces en las del Teatro de la Zarzuela en un lapso de 10 años-, y que se ha programado junto al estreno absoluto de Tejas verdes del compositor zaragozano Jesús Torres (1965), ópera encargada por el Real, cuyo título remite a la prisión chilena en plena represión política del régimen de Augusto Pinochet.

Adriana González (Salud), Carmen Mateo (Carmela / Vendedora) y Coro Titular del Teatro Real en "La vida breve", régie de Rafael F. Villalobos. © 2025 by Javier del Real.Adriana González (Salud), Carmen Mateo (Carmela / Vendedora) y Coro Titular del Teatro Real en "La vida breve", régie de Rafael F. Villalobos. © 2025 by Javier del Real.

El nexo de unión ha sido el clima opresivo y sórdido que el compositor Jesús Torres y su colaborador, el director de escena Rafael R. Villalobos, entienden que comparten ambas obras, con sufrientes protagonistas, víctimas del mundo hostil que las rodea, y más concretamente, de los hombres –cómo no- para justificar la alegoría contra la violencia y la opresión machista que nos quieren vender con el engarce de dos obras que no tienen nada que ver entre sí, ni en espíritu musical ni en línea argumental. 

Es como juntar el agua y el aceite, dos cosas que no pegan ni con cola pero que nos quieren meter con calzador, cuyo ánimo solidario y reivindicativo en plena época del revisionismo histórico queda muy bonito de cara a la galería del esnobismo, que es en lo que se convierte esta función, con tintes de panfleto propagandista fuertemente ideologizado.

La vida breve

de espaldas, Eduardo Aladrén (Paco); al fondo, Adriana González (Salud); sobre la silla, Carmen Mateo (Carmela / Vendedora); y en el suelo, bailarines en en "La vida breve", régie de Rafael F. Villalobos. © 2025 by Javier del Real.de espaldas, Eduardo Aladrén (Paco); al fondo, Adriana González (Salud); sobre la silla, Carmen Mateo (Carmela / Vendedora); y en el suelo, bailarines en en "La vida breve", régie de Rafael F. Villalobos. © 2025 by Javier del Real.

Envuelto en una escenografía de Emanuele Sinisi lúgubre y minimalista que prescinde de cualquier atisbo de luz y alegría de la feria popular a excepción de una plataforma giratoria que nos muestra una pared que simula claveles rojos en la estética explícita de Soledad Sevilla, el inmortal título operístico de Falla se ve abiertamente contaminado de un concepto ideológico, mostrando una violenta escena de violación sexual durante la ejecución de la Danza nº 2 contra el personaje bailado de la Madre (Sara Jiménez) de la protagonista Salud, una invención dramatúrgica que Villalobos se saca de la manga para situar en contexto el acoso sexual de los cinco forzudos machos alfa que pueblan la escena.  

Carmen Mateo (Carmela) y bailarines en "La vida breve", régie de Rafael F. Villalobos. © 2025 by Javier del Real.Carmen Mateo (Carmela) y bailarines en "La vida breve", régie de Rafael F. Villalobos. © 2025 by Javier del Real.

Mucha coreografía masculina pero sin rastro de esencias gitanas, de yunque ni martillo, con una voz en la fragua de carne y hueso en escena –trasunto de Miguel Hernández que luego reaparecerá en la ópera estrenada- que se ve intimidado por la exhibición de testosterona de los citados violadores, que exhiben su brutalidad hacia la mujer con pases de baile y embestidas taurinas lanzando oles impúdicos, como si la fémina fuera el miura. 

Junto a la agresión sexual, poses militares y falangistas que remiten a la España de la Guerra Civil denigran y dinamitan la esencia folclórica de La vida breve y vierten ideología a la escena, un sustrato popular al menos respetado en la escena del cante flamenco y la subsiguiente Danza nº 1, aquí con una cantaora-guitarrista (María Marín) por otro lado excepcional en todos los sentidos de este arte inigualable, con adaptación propia de la copla original de Falla.

Tejas verdes

Natalia Labourdette (Colorina), Alicia Amo (Delatora), y Coro Titular del Teatro Real en "Tejas verdes", régie de Rafael F. Villalobos. © 2025 by Javier del Real.Natalia Labourdette (Colorina), Alicia Amo (Delatora), y Coro Titular del Teatro Real en "Tejas verdes", régie de Rafael F. Villalobos. © 2025 by Javier del Real.

Una visión aún más denigrante –la de la tortura y la prisión femenina- se vierte en el título de Torres. Los desgarradores versos de Miguel Hernández vertebran Tejas verdes, poesías fuertemente evocadoras y extremadamente simbólicas, que son válidas en la recitación inicial en off, pero no llegan a funcionar a la hora de trasladarlos a un texto cantado, sirviendo a una narrativa ya de por sí críptica e incomprensible extraída de un relato original de Fermín Cabal, que gira en torno a una desaparición y un supuesto cadáver que ha sido torturado y asesinado, el de Colorina, delatada por su compañera de celda, y la búsqueda por parte de la protagonista de su amado Miguel –una especie de alter ego del poeta-. No hallamos más que escenas yuxtapuestas hilvanadas en un incoherente continuum que hereda la técnica multi temporal y de tiempos teatrales indeterminados de Die Soldaten de Bernd Alois Zimmermann, en lo que adivinamos una ineludible influencia o poco disimulado tributo.  

Coro Titular del Teatro Real y Maria Miró (Hermana) en Tejas verdes", régie de Rafael F. Villalobos. © 2025 by Javier del Real.Coro Titular del Teatro Real y Maria Miró (Hermana) en Tejas verdes", régie de Rafael F. Villalobos. © 2025 by Javier del Real.

Las poesías insertadas durante todo el canto de los personajes y del coro las convierte Torres junto al texto de Cabal en ininterrumpidas peroratas, muchas veces mecánicas e instaladas en el grito, que no se esfuerzan en buscar un mínimo atisbo de melodía, pese a momentos de relajación y trance de la protagonista. Verdaderamente, la escucha se hace angustiosa por la experimental música, alguna pregrabada, muy florida rítmicamente y con un despliegue inusitado de variopinta percusión que convierten a la composición en su conjunto en un exabrupto maquinista alejado de todo tipo de lirismo, en gran medida estridente y monocorde en lo vocal. Unos personajes merodeadores y sin alma contrastan con la entidad vocal y la categoría escénica de los diseñados por Carlos Fernández-Shaw y por Falla.

Los cantantes

Natalia Labourdette (Colorina) y Alicia Amo (Delatora) en "Tejas verdes", régie de Rafael F. Villalobos. © 2025 by Javier del Real.Natalia Labourdette (Colorina) y Alicia Amo (Delatora) en "Tejas verdes", régie de Rafael F. Villalobos. © 2025 by Javier del Real.

Algo digno de alabar es que el tour de force agónico para la protagonista de Tejas verdes encuentre aguante y resistencia en la soprano Natalia Labourdette, de mérito nada desdeñable pese a lo ingrato de su parte, y a la que el compositor somete a una inclemencia vocal importante, secundada por todas sus compañeras, con una Alicia Amo y una María Miró que juntas en técnica canon hacen lucir sus instrumentos no por lo que están cantando, sino por los respectivos atributos vocales que poseen, la primera monologando a su vez. A destacar asimismo la gravedad vocal de la mezzo Laura Vila como la enterradora. Aun así, es desalentador que cantantes españoles de enorme valía como los convocados se presten a participar en peripecias musico-teatrales de este calibre que no tendrán ningún recorrido y pasarán sin pena ni gloria, pero a la vez comprendemos que hay que llenar la nevera.

Adriana González (Salud) en "La vida breve", régie de Rafael F. Villalobos. © 2025 by Javier del Real.Adriana González (Salud) en "La vida breve", régie de Rafael F. Villalobos. © 2025 by Javier del Real.

En lo que respecta a La vida breve, la soprano Adriana González, de generosos medios vocales, cumple con fuerte empeño y vehemencia su cometido como Salud, pese a unos primeros minutos más gritados y no tan refinados, y una dicción no ideal, aunque con un canto más medido y cuidado en la segunda mitad de la ópera de Falla. La cantante guatemalteca es una artista sensible y entregada que está comenzando a despuntar en nuestro repertorio lírico, y es por ello que hay que seguirla muy de cerca. El tenor Eduardo Aladrén le dio el contrapunto como un indeseable Paco de amplias hechuras vocales en el breve y apasionado dúo.  

Arriba: Ana Ibarra (La abuela) y Rubén Amoretti (El tío Sarvaor). Abajo: Adriana González (Salud) y Eduardo Aladrén (Paco) en en "La vida breve", régie de Rafael F. Villalobos. © 2025 by Javier del Real.Arriba: Ana Ibarra (La abuela) y Rubén Amoretti (El tío Sarvaor). Abajo: Adriana González (Salud) y Eduardo Aladrén (Paco) en en "La vida breve", régie de Rafael F. Villalobos. © 2025 by Javier del Real.

La mezzosoprano Ana Ibarra, estupenda cantante y actriz, alternó el papel de la Abuela, siempre expresiva y dramática, con el de la Doctora en la obra de Torres, una especie de versión femenina de la ópera Wozzeck, el tenor Alejandro del Cerro regala su grato timbre en la voz en la fragua, el bajo Rubén Amoretti como Tío Sarvaor exhibe su característica reciedumbre vocal, y el barítono Gerardo Bullón muestra su elegancia actoral y vocal dando vida una vez más al personaje de Manuel, convertido en juez de la violencia exhibida en la fiesta de bodas de la que él es maestro de ceremonias. 

La excepcional dirección de Jordi Francés extrae de la orquesta una sonoridad compacta y oscura, atenta al detalle y demoledora en ocasiones, muy colorista y de dibujo muy marcado en los contornos melódicos de La vida breve, y desentraña el collage instrumental en la ópera de Torres.

La crítica interesada y el público más esnob han aplaudido con las orejas esta producción sin darse cuenta de que el gancho comercial para el espectador era la ópera de Falla, con lo que se percibe que ha existido cierto aprovechamiento de la obra del compositor gaditano para colar la obra encargada y hacer caja. Aunque nos hayan querido vender la moto con este programa doble, nosotros ya somos mayorcitos y no nos dejamos engañar, pero, ay, amigos lectores, como amantes de la lírica que somos y por nuestra admiración por La vida breve en sí misma -citando las palabras de la Doctora de Tejas verdes-, pagamos justos por pecadores. 

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