España - Madrid

Ella hace huevos con puntilla

Germán García Tomás
lunes, 17 de marzo de 2025
'Ella' de Boadella © 2025 by Pablo Lorente 'Ella' de Boadella © 2025 by Pablo Lorente
Madrid, sábado, 8 de marzo de 2025. Teatros del Canal (Sala Negra). Ella. Una idea de María Rey-Joly. Dirección: Albert Boadella. Dramaturgia: Albert Boadella y Martina Cabanas. Interpretación: María Rey-Joly. Piano y arreglos: Rubén Sánchez Vieco. Violín: Alfredo Ancillo. Iluminación: Bernat Jansà. Diseño proyecciones: Ciscu Isern. Sonido: Carlos Parra. Construcción de escenografía: Mambo Decorados. Canciones de Richard Strauss, Jules Massenet, Kurt Weill, Franz Schubert, Benjamin Britten, Leonard Bernstein, Francis Poulenc, Camille Saint-Saëns, Joaquín Turina, Manuel de Falla, Olivier Messiaen, Charles Dumont y Heitor Villa-Lobos.
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No existe trauma que la música no pueda paliar o aliviar, y por ende, ayudar a superar. Sus efectos beneficiosos se materializan por ejemplo en lo que hoy en día se denomina musicoterapia. Bien conoce Albert Boadella el poder sanador de la música, quien en un nuevo y personal espectáculo teatral con el apoyo de su colaboradora habitual Martina Cabanas plantea una terapia de choque en la que los beneficios del canto ayudan a salir de su situación traumática a una mujer víctima de una supuesta agresión sexual.

Ella se concibe como una liberación de los fantasmas del pasado por medio de la realización y consumación que alcanza la expresión artística del canto. Pero Ella como propuesta teatral, como es habitual en Boadella, seria y alejada de toda frivolidad, y con su punto políticamente incorrecto, es por encima de todo la sensibilidad artística de su protagonista y creadora a su vez de la idea original: la cantante y actriz con letras grandes María Rey-Joly, a la que venimos de ver recientemente dando vida a la sensual Lota de La corte de Faraón en el Teatro de la Zarzuela, y que aquí añade un nuevo personaje a la galería de creaciones del dramaturgo catalán afincado en la Villa y Corte (El pimiento Verdi, ¿Y si nos enamoramos de Scarpia?, Diva, Malos tiempos para la lírica), el más personal e íntimo de todos ellos, tal es el grado de concentración expresiva de este liberador monólogo femenino de casi hora y media, una suerte de La voix humaine de Poulenc-Cocteau sin teléfono ni obsesión enfermiza por el amante.

‘Ella’ de María Rey-Joly, Albert Boadella y Martina Cabanas. Dirección: Albert Boadella. Madrid, Teatros del Canal, marzo de 2025. © 2025 by Pablo Lorente.‘Ella’ de María Rey-Joly, Albert Boadella y Martina Cabanas. Dirección: Albert Boadella. Madrid, Teatros del Canal, marzo de 2025. © 2025 by Pablo Lorente.

Porque Rey-Joly es la encarnación de la más completa ambivalencia, duplicidad y complementación entre géneros teatrales. La artista madrileña pasa de la comedia al drama en cuestión de segundos, y se enseñorea en el canto con una riqueza de registros vocales que asombran por la aparente facilidad con que son desgranados por el escenario, un suelo escénico para ella sola, y que es el de la polivalente y funcional Sala Negra de los Teatros del Canal.

Y es que esta Ella del tándem María Rey-Joly-Albert Boadella no debió gustar a esas comisarias del feminismo del “solo sí es sí”, porque ella es una soberbia Rey-Joly que se come ella sola el escenario, que lo inunda con su carisma interpretativo e hipnotiza al espectador durante hora y media entre risas y desvelos, “las asociaciones mentales frente al dolor se harán visibles a través de su inclinación por el canto, y la restauración de los hábitos cotidianos especialmente vinculados a su condición femenina”, como explicita Boadella. Sí, y me dirijo a esas señoritas abanderadas del nuevo empoderamiento: en el guion del espectáculo está cocinar, pues asistimos en directo a cómo se realiza un guiso surrealista y a cómo se fríe un huevo ¡con puntilla, claro! mientras ella fuma y vocaliza con notas de Turina antes de mancharse el mandil con las del paño moruno de Falla, además de limpiar y ordenar la casa -objetos desperdigados por el suelo nada más comenzar la función serán ordenados al final de la misma- así como la práctica de movimientos de yoga y ejercicios de respiración aconsejados por su terapeuta anglosajona a la que ella satiriza -la terapia moderna de la New Age por antonomasia con la Gymnopedie nº 1 de Satie como idóneo fondo musical-, que la propia mujer desprecia cuando se apodera de ella el canto.

‘Ella’ de María Rey-Joly, Albert Boadella y Martina Cabanas. Dirección: Albert Boadella. Madrid, Teatros del Canal, marzo de 2025. © 2025 by Pablo Lorente.‘Ella’ de María Rey-Joly, Albert Boadella y Martina Cabanas. Dirección: Albert Boadella. Madrid, Teatros del Canal, marzo de 2025. © 2025 by Pablo Lorente.

Sí, ese canto que es su mayor válvula de escape, sobre todo cuando escucha esos acordes estridentes del violín con la Danse macabre de Saint-Saëns -cuya melodía luego cantará con texto tirándose por el suelo con el violinista persiguiéndola cual Guadaña de la página original para violín y orquesta- que la hacen rememorar el trato violento y vejatorio al que fue sometida, sugerido en escena por ella misma con tensos movimientos, pero nunca explicitado de forma morbosa.

Porque todo ese repertorio vocal de variado estilo reunido en Ella se utiliza para concebir la dramaturgia, la narración. Toda esa música se concibe como el poderoso elemento liberador y la verdadera terapia psicológica de la mujer ante esas imágenes mentales perturbadoras y traumáticas, y le sirve o bien como honda y dolorosa expresión emocional de la experiencia traumática sufrida o como factor evocador de su propia vida y cotidianidad, mostrada a través de pequeños y banales recuerdos.

Baste como ejemplo el recuerdo de su afición por Schubert al ver tirado entre sus pertenencias un retrato del compositor austriaco, y cómo su difunto padre la decía que ella prefería a Schubert a él mismo, para luego entonar la canción que más le gustaba a su padre, dedicada al arte supremo: An die Musik. Píldoras sentimentales sobre la vida en general que atraviesan Ella y que en ocasiones hacen caer la lagrimita -esa que se provoca con la ayuda de la cebolla, muy bien picadita, por cierto, doña María-, y al aludir a los hombres, y a uno en concreto que aparentemente fue su amante, en ningún momento son denigrados ni culpabilizados.

¡Pero quién no esboza una sonrisa cuando se pone en evidencia al hombre aludiendo al hecho de no acertar regalando perfumes a la mujer! Qué lástima para algunas mentes progresistas: Albert y María -creadores libres por antonomasia, artistas a contracorriente- ignoran y rechazan la ideología de género. La veteranía es un grado.

‘Ella’ de María Rey-Joly, Albert Boadella y Martina Cabanas. Dirección: Albert Boadella. Madrid, Teatros del Canal, marzo de 2025. © 2025 by Pablo Lorente.‘Ella’ de María Rey-Joly, Albert Boadella y Martina Cabanas. Dirección: Albert Boadella. Madrid, Teatros del Canal, marzo de 2025. © 2025 by Pablo Lorente.

La desgracia, la amargura, el patetismo, la impotencia y hasta el nihilismo existencial lo expresa la única protagonista de este Cinco horas con Mario sin cadáver presente -solo los restos del violín que destroza, enajenada y en un arrebato descontrolado- con un variado ramillete de canciones, entre francesas -curiosamente ninguna mélodie de Fauré-, alemanas, inglesas y españolas, tales como Élegie de Massenet, As you make your bed del Mahagonny de Weill y Brecht, Hôtel de Poulenc, Funeral Blues de Britten, Olas gigantes de Turina o Pourquoi? de Messiaen.

El tono jocoso de la Rey-Joly -que lo tiene en enormes dosis- eclosiona en la receta trabalenguas La Bonne Cuisine de Bernstein, mientras cocina a su propio gato de fieltro como si fuera un conejo, o mostrando su mejor versión de diva de music hall en la extrovertida One Life to Live de Weill, cuando recompone su habitación y su propia peripecia vital, antes de entregarse a la limpieza en una Edith Piaf rediviva -qué graves y egues consigue nuestra soprano, me río yo de los concursantes de Tu cara me suena- y su nostálgica despedida con la Cantinela de la Bachiana Brasileira nº 5 de Villalobos.

En ese punto, el empoderamiento de verdad se ha consumado, muestra incluida de afecto a sus sobresalientes pianista y violinista: delicada y vertiginosa pulsación a partes iguales la de Rubén Sánchez Vieco y enormemente teatral Alfredo Ancillo con sus damnificadas y victimizadas cuerdas, que reemplaza con otro ejemplar de su instrumento. Llegados a este punto… ¡cómo no rendirse viendo cómo María Rey-Joly se come ávidamente una lata de caviar mientras canta Du bist die Ruh (Tú eres el reposo) del divino Schubert!

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