Discos
CD Bach Keyboard Concertos, Beatrice Rana, Amsterdam Sinfonietta
Juan Carlos Tellechea

La maravillosa pianista Beatrice Rana entrega su toque sensible y exquisito en los cuatro Conciertos de Johann Sebastian Bach reunidos en este disco compacto (sello Warner Classics) grabado con la Amsterdam Sinfonietta, fruto de un primer encuentro en marzo de 2019 y de una gira europea conjunta en 2022 con esta orquesta.
Aunque la colosal producción de Bach parece
concentrarse en el ámbito de la música religiosa (misas, cantatas, pasiones),
no descuidó el repertorio profano, en particular en el repertorio de
conciertos. Dotado de una imaginación prodigiosa e inagotable, compuso
numerosos Conciertos para teclado, cuatro de los cuales se incluyen en esta
placa.
Las obras
Estas cuatro composiciones, BWV 1052 en re
menor, 1053 en mi mayor, 1054 en re mayor y 1056 en fa menor, son arreglos de
conciertos preexistentes. En respuesta a la demanda de los músicos de Leipzig
en los últimos años del decenio de 1730, y para los conciertos del Collegium
Musicum en el famoso Café Zimmermann, Bach adaptó obras anteriores,
especialmente conciertos para violín.
Este reciclaje era una práctica habitual en la
época. No es que se tratara de un collage servil. La transición de un
instrumento a otro es resultado de una hábil adaptación: la parte solista del
violín se cede a la mano derecha del clave (en este caso la pianista) mientras
que la izquierda completa el bajo ripieno de cuerda.
Concierto nº 3
Concebidas originalmente para el clave,
estas composiciones recurren a fuerzas variadas: mientras que el Concierto para
teclado nº 3 en re mayor, BWV 1054, requiere un solo intérprete. La obra es una
cuidadosa reelaboración del conocido Concierto para violín en mi mayor.
El primer movimiento es inusual por su denso
trabajo: el acompañamiento cita motivos del tema casi continuamente; en
combinación con una clara estructura ABA (la primera parte se repite
íntegramente sin cambios), el movimiento parece muy “moderno” dentro del
conjunto de la obra de Bach.
Virtuosismo
Algo parecido puede decirse del movimiento
final con su forma de rondó, que solo presenta el tema en la tonalidad inicial
e intercala cuatro secciones solistas, cada vez más virtuosas, que Bach adaptó
convenientemente para el clave (piano en el presente caso).
El movimiento medio insinúa una passacaglia
al principio, pero abandona rápidamente la conexión estricta con el tema
presentado y solo utiliza el motivo del tema en el bajo y la cadencia final.
Para Beatrice Rana, parte de la genialidad de
la música de Bach reside en el modo en que trasciende su época y las
tecnologías musicales de su tiempo, para continuar pareciendo moderna a los
oyentes de hoy.
Problemas
Esta antologia plantea, sin embargo, problemas
de interpretación ya que las fuentes autógrafas están incompletas o perdidas.
De ahí la necesidad de que el intérprete tome decisiones. Entre ellas, la forma
del acompañamiento de cuerda, ya sea un pequeño conjunto de cámara o un
colectivo más amplio, como el de la
El resultado es bastante interesante. Tal es el
caso del Concierto nº 1 en re menor BWV1052, derivado de un concierto para violín perdido.
Comienza con un Allegro vivace, muy articulado aquí, seguido de un Adagio en el
que las cuerdas expresan un lamento, como en un aria de cantata, el solista
representando la voz expresándose libremente antes de fundirse en el
acompañamiento. El Allegro final, tomado Presto por Beatrice Rana y los
instrumentistas, revela su profunda riqueza de textura.
Weimar
El Concierto nº 2 en mi mayor, BWV 1053, que procede de un
concierto para viento de la época de Weimar, destaca por su Siciliano central,
que sustituye al movimiento lento, tomado a un ritmo cómodo dado el enfoque
adoptado por el intérprete. También aquí, el ripieno emite una especie de
lamento en contrapunto con la parte solista bien bailada. Los dos movimientos
extremos se tocan con mucho brío y las cadencias se adornan con algunas notas
de las cuerdas.
Beatrice Rana tocó el Concierto nº 5 en fa
menor, BWV 1056, cuando tenía nueve años. Fue ese su primer concierto público
con orquesta. Dos décadas después, ella y la Amsterdam Sinfonietta lo pasearon
en la referida tourné europea antes llevarlo al estudio de grabación. Solista y
colectivo musical tocan en una muy estrecha comunión.
A otro mundo
Un momento increíblemente íntimo del segundo
movimiento, Largo, del fa menor, es la parte favorita de la pianista:
Cuando lo veo en la partitura, que exige tanto el legato y el cantabile que tipifican la técnica pianística, me pregunto qué tenía Bach en mente cuando escribió este tipo de música para un clave, un instrumento que ofrece propiedades radicalmente distintas a las del piano. Lo que realmente adoro en este movimiento es la forma en que la increíblemente conmovedora línea de piano se cierne tan por encima de una capa de sutiles pizzicatos.
Nada más empezar a tocar parece como si entráramos en otra dimensión. Es difícil de describir, pero te transporta a otro planeta, especialmente después de ese primer movimiento tan dramático. Encontrar de repente este sonido celestial en medio de la nada es como encontrar una gema en la oscuridad.
Lo sorprendente de la música de Johann
Sebastian Bach es que, sea cual fuere su forma original, siempre lleva su
inconfundible impronta, y una universalidad innegable.
Grabación
La captación de sonido, en el Muziekcentrum van
de Omroep, en Hilversum, Países Bajos, por el laureado ingeniero de sonido Guido
Tichelman (60th. Grammy)
ofrece una imagen aérea y amplia que da la certera impresión de un gran
conjunto. También hay un buen relieve, con un equlibrio satisfactorio entre el
piano, Steinway & Sons modelo D concert grand, y la Amsterdam Sinfonietta,
con la solista Beatrice Rana bien inmersa entre las cuerdas. Este CD sale al
mercado el 21 de marzo de 2025.
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