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Ravel 2025

CD Daphnis et Chloé, Ravel, London Symphony Orchestra, Sir Antonio Pappano

Juan Carlos Tellechea
jueves, 27 de marzo de 2025
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Daphnis et Chloé, Ravel, London Symphony Orchestra, Sir Antonio Pappano. Duración 54’32. Recorded at the Barbican April 2024. Jonathan Stokes and Neil Hutchinson for Classic Sound Limited engineers. Sello LSO Live. C+P London Symphony Orchestra 2025.
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Sir Antonio Pappano, al frente de la London Symphony Orchestra (LSO), entrega una bellísima versión (álbum sello LSO Live) de la sinfonía coreográfica Daphnis et Chloé (1912) de Maurice Ravel, en un homenaje por el sesquicentenario del nacimiento del compositor, el 7 de marzo de 1875 en Ciboure, País Vasco francés.

Compuesta para los Ballets Rusos de Serguei Diaghilev, la obra, en tres partes y varias escenas para orquesta y coro (sin palabras), que narra el amor entre el cabrero Dafnis y la pastora Chloé, según un romance del mítico escritor griego Longo, es la más larga (dura casi una hora) y la de formación orquestal más amplia de Ravel. En estos juegos pastoriles en la isla de Lesbos, los jóvenes bailan y compiten por el amor con el mar y las estatuas de las ninfas como telón de fondo.

Fresco

Dafnis y Chloé disfrutan de la vida (primera parte de esta sinfonía coreográfica). Él se gana el beso de ella. Ravel destruye a la competencia, el pastor Dorcon, representándolo torpemente y haciendo que la orquesta estalle en risitas maliciosas, antes de que los piratas secuestren a la pastorcilla. La ayuda llega del dios Pan, que desata las fuerzas de la naturaleza contra los piratas (parte 2). Por último, Dafnis y Chloé, reunidos, presentan una obra sobre el amor de Pan y Siringa. (Parte 3).

El compositor comentaba que cuando escribió la música para la obra a partir de 1909

Mi intención era componer un fresco sonoro ampliado, por lo que me preocupaba menos el arcaísmo que la fidelidad a la Grecia de mis sueños, que corresponde exactamente a la Grecia imaginada y pintada por los artistas franceses de finales del siglo XVIII.

En el desarrollo sonoro de Daphnis et Chloé, muy progresivo, pero sobre todo poderoso, la utilización inhabitual del coro (aquí el destacado Tenebrae Choir de Londres), desempeña un papel especial. Como si Ravel hubiera querido subrayar su máxima de crear una música sin referencias al mundo exterior, hace cantar al coro sin palabras, es decir, solo con las denominadas vocalizaciones. De este modo, la voz humana se une celestialmente a los instrumentos orquestales; en esta nueva función, el coro no está tan alejado de un órgano de acompañamiento, por ejemplo.

Críticas iniciales

La puesta en escena de Daphnis et Chloé fue estrenada en el Théâtre du Châtelet de París el 8 de junio de 1912, con dirección musical de Pierre Monteux, coreografía de Michel Fokine y escenografía de Léon Bakst. Los solistas Vaslav Nijinsky y Tamara Karsavina bailaron los papeles principales.

La producción solo recibiría críticas mediocres del público, pese a que Ravel acababa de componer una de sus obras más fascinantes. Incluso el compositor y profesor de teoría musical Vincent d'Indy se burlaba de él, calificando la orquestación de “holocausto de roces estrafalarios cuya utilidad musical no parece flagrante” a pesar de su extremado refinamiento.

Extraño juicio el del autor de la Symphonie sur un chant montagnard français o Symphonie cévenole que parece abrumado por la increíble paleta orquestal que Maurice Ravel utiliza en este ballet y que el maestro Sir Antonio Pappano desarrolla con excelente y precisa mano.

Riqueza

Como experimentado músico, Ravel estaba acostumbrado a que en el arte las cosas no siempre fueran fluidas y resbaladizas. Pero si hubiera sabido de antemano las arduas disputas que conllevaría el proyecto de Dafnis y Chloe, tal vez no habría aceptado el encargo de los Ballets Rusos en 1909. Sin embargo, Ravel enriqueció la historia de la música con esta obra orquestal extraordinariamente colorista sobre un ancestral cuento pastoril.

Para recrear a esta Grecia imaginaria acechada por los dioses y las extraordinarias criaturas de una mitología onírica, el compositor recurre a una orquesta imponente que requiere de cuatro instrumentos de metal (4 trompas, 4 trompetas en do, 3 trombones, 1 tuba), introduce también a un coro mixto y añade a los considerables recursos orquestales la presencia de un eolífono (máquina de viento), anticipándose así a Richard Strauss que introduciría este extraño artefacto en su Sinfonía Alpina en 1915.

Conflictos

El ballet Dafnis y Chloe sufrió retrasos, disputas e incluso peleas internas. A pesar de estas controversias, la pieza, con sus idilios pastoricios y bucólicas escenas, subió a cartel más de tres años después del comienzo de los trabajos. Ravel subrayaba en aquel entonces con orgullo que su música estaba

construida sinfónicamente, según un plan tonal muy estricto y utilizando un número reducido de motivos.

Magnificencia

Sin embargo, esta precisión desaparece ante la magnificente impresión que deja la música interpretada por la London Symphony Orchestra bajo la égida de Sir Antonio Pappano. Ravel traduce el ambiente bucólico a un lenguaje tonal bastante artificial. No obstante, la impresión auditiva es extremadamente novedosa.

El famoso “Lever du jour”, el “despertar del día”, al principio de la tercera parte, es solo un ejemplo de muchos en esta placa. Dura unos instantes, pero la forma de jugar aquí con las voces de la orquesta es como una pintura indeleble para los oídos.

Todo suena épico y el escucha se siente capaz de reconocer hasta en el más mínimo detalle cada mariposa que vuela en este imaginario escenario. Sir Antonio afila cada contorno mientras fluye el torrente musical. El ballet de Ravel suena maravillosamente brillante y permeable en la interpretación de la LSO. Los instrumentos confieren a la sección de viento gran calidez y una frágil ligereza, pero sobre todo una enorme riqueza de colores y matices. Aquí y allá, esta partitura lleva a los instrumentos hasta sus límites.

Todo levita y fluye

Fascina desde un comienzo cómo todo parece levitar, flotar y rezumar; cómo se utilizan los grupos instrumentales individuales para “pintar” ese fresco; cómo surgen las grandes estructuras sonoras a partir de un núcleo de motivos gracias a la repetición constante y variada; de hecho, cómo los sonidos se convierten y se desvanecen a lo largo de los incontables compases...

Esto y mucho más impresiona a los oyentes e incluso a los colegas compositores de Ravel hasta el día de hoy. Sus contemporáneos ya habían quedado impresionados por la obra. Igor Stravinsky, por ejemplo, confesaría en una ocasión que Dafnis y Chloé era uno de los

productos más bellos de toda la música francesa.

Cumbre

No en vano muchos consideran a esta sinfonía coreográfica la cumbre del arte de Maurice Ravel. Cuanto más se escucha este disco, más intensamente despliega esta maravillosa música su propia y frágil belleza. La grabación es abrumadora, con una enorme riqueza de detalles, se toma su tiempo y se atreve con claros contrastes de tempo. Sir Antonio Pappano nunca se pierde en exageraciones, sino que abarca el gran arco que esta obra de 55 minutos de Ravel necesita para sí. ¡Un gran éxito! ¡Bravo maestro!

La toma de sonido en el Barbican de Londres, en abril de 2024, por los ingenieros de sonido Jonathan Stokes y Neil Hutchinson, fundadores de Classic Sound Ltd., ofrece un marco espacial eficaz para la obra y mantiene un equilibrio perfecto entre la orquesta y el coro, haciendo que Daphnis et Chloé sea totalmente legible hasta la incandescente danza (bacanal) final. 

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