Recensiones bibliográficas

Alemania evocó casi en silencio el 150º aniversario de la muerte del poeta de su himno nacional

Juan Carlos Tellechea
martes, 15 de abril de 2025
Die Gedanken sind frei © 2024 by Lau Verlag Die Gedanken sind frei © 2024 by Lau Verlag
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Las estrofas del himno nacional alemán (Das Lied der Deutschen), escritas el 26 de agosto de 1841 por el lingüista, académico y poeta Hoffmann von Fallersleben, el lírico más conocido de la Revolución de Marzo de 1848, causarían polémica en aquellos aciagos e inestables tiempos. El texto ya era considerado subversivo en aquel entonces. Su letra hacía referencia indirecta al conflicto con Francia por los territorios junto al Rin e introducía la idea de la unidad alemana.

El 150º aniversario del fallecimiento de Hoffmann von Fallersleben, el 19 de enero de 1874 en Corvey, a orillas del río Weser, en Renania del Norte-Westfalia, pasó casi desapercibido para la gran mayoría de la opinión pública alemana en medio de las controversias políticas internas y las guerras en Ucrania y Oriente Medio.

Los pensamientos son libres

El historiador e investigador Dr Jörg Koch, profesor titular de Historia en un instituto de enseñanza secundaria de Frankenthal (Renania Palatinado) acaba de lanzar un libro sobre la vida y la obra de Hoffmann von Fallersleben, titulado Die Gedanken sind frei. Augusto Heinrich Hoffmann von Fallersleben. Ein Dichterleben (Los pensamientos son libres. August Heinrich Hoffmann von Fallersleben. La vida de un poeta), publicado por la editorial Lau, de Reinbek (región metropolitana de Hamburgo) y presentado en estos días en la Feria del Libro de Leipzig (27 al 30 de marzo).*

Von Fallersleben redactó aquellas estrofas de manera que se ajustaran a la melodía del  Kaiserhymne (Himno del emperador) compuesto por Joseph Haydn en 1797, basado en el texto de Lorenz Leopold Haschka, como himno oficial para el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico de entonces, Francisco II (Gott erhalte Franz, den Kaiser/Dios salve a Francisco, el emperador).

Tras la Gran Guerra

La letra de Hoffmann von Fallersleben no adquiriría mayor importancia hasta la Primera Guerra Mundial (1914-1918), cuando, en noviembre de 1914, se extendió la noticia, no confirmada, de que un grupo de jóvenes soldados la habían entonado durante una batalla en Bélgica. La canción, con sus tres estrofas, fue declarada oficialmente himno nacional de Alemania el 22 de agosto de 1922 durante la República de Weimar, por iniciativa del entonces presidente Friedrich Ebert y con el fin de respaldar su tradición republicana y liberal.

El libro del Dr Jörg Koch trata de la vida del poeta Hoffmann von Fallersleben cuyas canciones infantiles son desde hace tiempo conocidas por los niños y sus padres en particular, como Kuckuck, Kuckuck, ruft's aus dem Wald (Cucú, cucú, llama desde el bosque), Alle Vögel sind schon da (Todos los pájaros están ya aquí), Morgen kommt der Weihnachtsmann (Mañana viene Papá Noel), Ein Männlein steht im Walde (Un hombrecillo está en el bosque) y Winter ade (Adios al invierno), entre muchas otras. Es probable que ni los propios padres sepan quién fue el autor de estas canciones.

Historia

Hoffmann nació en 1798 en Fallersleben, que ahora es un suburbio de Wolfsburgo. Fue enterrado en Corvey, a orillas del Weser, en 1874. Quienquiera que creara simultáneamente un gran número de inofensivas canciones infantiles y un texto tan controvertido hoy en día como ese Lied de Alemania (Deutschlandlied) debía de ser una persona versátil e interesante. Más que la descripción de la vida de este poeta, la obra del Dr Koch es una historia cultural de aquel tiempo.

La primera estrofa del himno, de la que abusaron los nacionalsocialistas del genocida, racista y antisemita Adolf Hitler (“Deutschland, Deutschland über alles...”/ Alemania, Alemania por encima de todo...) y no se canta hoy (solo los neonazis lo hacen), hace referencia a la zona de asentamiento de los germanoparlantes en aquella época: del Mosa al Niemen (o Memel en alemán), del Adigio al Belt.

Fronteras

Aunque el Mosa discurre muy al oeste de la actual frontera alemana en muchos lugares y solo unos pocos kilómetros en otros, es probable que el Niemen (o Memel) y el Adigio en particular aparezcan hoy como límites problemáticos. Debido a la huida y expulsión después del fin de la Segunda Guerra Mundial en 1945, la zona de asentamiento alemán termina hoy muy al oeste del Niemen (o Memel), en el Óder (frontera con Polonia). Dado que el Imperio del canciller Otto von Bismarck no incluía Austria, y que Austria perdió el Tirol del Sur (hoy en Italia) en la Primera Guerra Mundial, el Adigio tampoco encaja ya.

Solo en el efímero III Reich alemán de Hitler la descripción geográfica era casi correcta. En aquella época, la primera estrofa de la canción, que ya era el himno nacional desde 1922, se impuso a las demás, lo que no se ajusta con la actitud democrática y liberal de Hoffmann. Hoy, esa primera estrofa solo puede recordarnos el carácter trágico de la historia alemana, de la guerra, la huida y la expulsión.

Una gran Alemania

Aunque Hoffmann, como muchos de sus contemporáneos, aspiraba a un Estado nacional de la Gran Alemania que incluyera a Austria, de la historia de su vida política puede deducirse que la unidad, la justicia y la libertad eran sus principales preocupaciones. Desde el intercambio de cartas entre el canciller alemán Helmut Kohl y el presidente federal Richard von Weizsäcker en 1991, tras la reunificación, solo la tercera estrofa ha sido reconocida como himno nacional.

Durante muchos años von Fallersleben, despedido de su puesto de profesor universitario por sus opiniones políticas, fue más condenado al ostracismo que respetado. Con sus Canciones apolíticas, que eran todo menos apolíticas, una de ellas Die Gedanken sind frei (Los pensamientos son libres), fue uno de los pioneros periodísticos de la revolución de 1848.

Antisemita

El libro del Dr Jörg Koch, cuya lectura merece la pena, es un ameno viaje en el tiempo hasta el siglo XIX; recorre la biografía aventurera de este escritor increíblemente prolífico y describe la historia de la creación del himno nacional alemán. Von Fallersleben era antisemita como muchos alemanes en su tiempo (y como todavía ahora entre los neonazis). 

Alrededor de 80 canciones de Hoffmann transmiten una impresión de su versátil poesía, que sigue viva hoy en día en la tríada actual de “Einigkeit und Recht und Freiheit” (Unidad y justicia y libertad), al comienzo de la tercera estrofa, la que se entona oficialmente en nuestros días.

En vida, Hoffmann fue bibliotecario, escritor y catedrático en Breslavia (hoy Wroclaw, en Polonia). Era uno de los fundadores de la investigación histórica y los estudios sobre los alemanes. Algunas de sus primeras investigaciones se centraron en los Países Bajos y Bélgica, país por el que también fue galardonado. Viajó mucho por Europa Central y conoció a muchas personalidades de la vida cultural: Poetas y profesores, compositores y músicos, incluso pintores. Hoffmann tuvo problemas por sus Canciones impolíticas (políticamente inoportunas), que se burlaban del Estado autoritario y de la nobleza, y provocaron su despido como profesor universitario.

Prohibición

La reacción de Hoffmann von Fallersleben forma parte de uno de sus poemas:

Para difundir más las Canciones impolíticas, se prohibieron en su momento.

En otro verso, en las Deutsche Gassenlieder (Canciones callejeras alemanas), afirma:

No me importa ningún ministro de Estado ni ninguna majestad, ningún compañero ni ningún filisteo ni la universidad (…). El profesor está enterrado, un hombre libre inventado - ¿qué más quiero? Viva la patria.

Un paria

Hoffmann fue expulsado 39 veces de su ciudad o del país por motivos políticos. Sin embargo, no participó activamente en la Revolución de Marzo de 1848.

La distancia de Hoffmann respecto a las condiciones políticas de su época se expresa en otro de sus poemas:

No nos falta nada, solo tenemos demasiado de todo, gobierno, impuestos y censura, soldados, policía, solo tenemos, ¡Dios nos ayude! Demasiado, demasiado de todo.

Esto encaja mejor en la prehistoria del pensamiento liberal radical o libertario. Hoffmann von Fallersleben quería pensar libremente, discutir libremente con los demás, sin miedo a los soplones ni a la policía ni a la cárcel. El mejor lugar para el joven poeta era el extranjero. La isla de Heligoland (al noroeste de Alemania) era entonces un territorio extranjero, pertenecía a Gran Bretaña.

Sueños de libertad

En la Alemania de aquellos tiemposo solo se podía soñar con valores como la libertad o la justicia. Y eso era exactamente lo que hizo. Como muchos espíritus progresistas, anhelaba el fin de la arbitrariedad y el dominio feudal de innumerables príncipes: una Alemania unida y democrática.

Habló de estos sueños con personas de ideas afines en Heligoland. Sentado en un acantilado de la isla del Mar del Norte, von Fallersleben escribió la Canción de los alemanes y se dirigió con este texto al anhelo de muchas personas en Alemania. Su editor, Julius Campe, le compró inmediatamente la canción de tres estrofas, e imprimió varios centenares de ejemplares, que se agotaron enseguida.

Feudalismo

Von Fallersleben se convirtió rápidamente en una estrella entre los intelectuales, pero no entre muchos príncipes. La idea de una Alemania unificada les hacía superfluos. El reclamo de justicia amenazaba su sistema feudal, el llamado a la libertad ponía en peligro su poder. Aunque el Deutschlandlied era solo una de las muchas canciones del movimiento nacional alemán de la época, von Fallersleben fue despedido sin contemplaciones de su cátedra en la Universidad de Breslavia solo un año después de escribirla en Heligoland.

Las autoridades de la censura le acusaron de desprecio y odio hacia el soberano y las autoridades, por lo que en la década de 1840 se convirtió en un solicitante de asilo perseguido políticamente.

En 1922, el presidente Friedrich Ebert (socialdemócrata, SPD) proclamó la canción, cada vez más popular, himno nacional de la República de Weimar, con las tres estrofas.

Los nazis

En la época nacionalsocialista solo se cantaba la primera estrofa, seguida del himno del partido Nazi (“Horst Wessel Lied''). Mientras que von Fallersleben había enfatizado la idea de una Alemania unida internamente por encima de todo, los nazis tergiversaban su idea para afirmar que Alemania está por encima de todos los demás en el exterior, sobre todo el mundo.

La canción en sí tenía una connotación tan negativa de los nazis, su dictadura y la guerra que mucha gente ya no la quería como himno nacional. En 1950, el entonces presidente federal Theodor Heuss, entre otros, dijo que aunque la letra formaba parte originalmente de la historia alemana,

el tremendo destino que destrozó el contexto nacional creó un punto de inflexión histórico que ya no puede ser abarcado por el viejo acervo de significados y palabras.

El nuevo himno no es bien recibido

Por ello, Heuss encargó una nueva canción sobre Alemania. Sin embargo, el “Himno a Alemania”, escrito por Rudolf Alexander Schröder con melodía de Hermann Reutter, no caló entre el público.

En su lugar, otro político de primera fila, el canciller federal Konrad Adenauer, reintrodujo la tercera estrofa del antiguo himno en una representación en 1950 en el Titania-Palast de Berlín, y le dio un nuevo significado:

Si ahora les pido, señoras y señores, que canten la tercera estrofa del Deutschlandlied, que sea para nosotros una promesa sagrada de que queremos ser un pueblo unido, un pueblo libre y un pueblo pacífico. (Canciller federal Konrad Adenauer, 1950)

Tras un intercambio de cartas con Adenauer, Heuss finalmente cedió y la tercera estrofa del Deutschlandlied de Hoffmann von Fallersleben se cantaría como himno nacional de la República Federal de Alemania a partir del 2 de mayo de 1952.

“Unidad y justicia y libertad”: tercera estrofa himno nacional oficial desde 1991

La tercera estrofa de la Canción de los Alemanes es el himno nacional oficial desde 1991, tras la reunificación, como confirmaron el canciller Helmut Kohl y el presidente federal Richard von Weizsäcker en un intercambio de cartas: la tercera estrofa de la canción de Hoffmann-Haydn había demostrado su valor como símbolo y debía seguir siéndolo. Un gran busto de bronce en Heligoland rinde homenaje al poeta Hoffmann von Fallersleben; se encuentra en la Unterland (zona baja de la isla), junto al embarcadero al que llegan los turistas.

Notas

Jörg Koch, "Die Gedanken sind frei. Augusto Heinrich Hoffmann von Fallersleben. Ein Dichterleben", Reinbek: Lau Verlag, 2024, 272 Seiten mit 36 s/w Abbildungen. ISBN: 978-3-95768-256-7. Paperback 26€

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